P-51: Dragon Fighter (2014)

Hace unos años, en mi tienda de DVD´s favorita descubrí un título cuya portada me llamó poderosamente la atención. En ella aparecía un dragón y un avión de la II Guerra Mundial. Su título: "P-51: Dragon Fighter". El precio era de casi 6 euros, una ganga para cualquier película... pero no para esa. Dos euros podía ser capaz de pagar (ya lo he hecho) por un título que huele a la legua a gasolina y mechero, pero más, sintiéndolo mucho, no.

Y "P-51:Dragon Fighter" da exactamente lo que cabe esperar de una película low cost de distribución barate y carne de televisión, de esas de megalodones, tiburones en ciudades del mundo y demás bichos extraterrestres. Por desgracia, el film dirigido por Mark Atkins no aporta nada nuevo a su variopinta idea. Y eso que tiene ingredientes para poder enganchar a quienes, como yo, agradecen el híbrido Bestias salvajes + II Guerra Mundial.

La película nos muestra unos dragones con esvásticas en sus alas (¿Puede haber algo más molón que eso?). Se trata del nuevo arma secreta de los nazis para ganar la guerra a los aliados. Para ello, emplean un grupo de brujas que por poderes mentales controlan a dichas bestias aéreas. Los nazis tienen todo bajo control y los aliados encargan una difícil misión a un oficial y un grupo internacional de pilotos... una misión en apariencia suicida.

La película tiene los topicazos del cine de aviación de la II Guerra Mundial, pero con un presupuesto bajísimo. El cartón se ve a la legua y los efectos especiales que inundan la pantalla son cutrecillos. Pero, ojo, con eso ya se contaba y en todo momento he visto la película sabiendo a lo que me atenía. Lo que no perdonaré a Atkins como director y guionista es a no aprovechar su punto de partida y explotarlo sin remordimientos.

Diré aquí ahora, en alto, que me encantó (sabiendo que es cutre y mala) Sharknado. La primera, la original, tiene lo que le debes pedir a una película que se sabe inferior de antemano, que no es otra cosa que quedar claro que los que actúan saben que todo se debe tomar a cachondeo. Lo bizarro e irreal, cuanto más exagerado, mejor. De ahí que la saga haya llegado a ser famosa, juntando (además) a actores conocidos venidos a menos.

A "P-51: Dragon Fighter" le falta ese alma gamberra que su primera escena pide a gritos. Tenemos unos dragones con esvásticas y a brujas controlándolas mentalmente. Mete al científico loco de turno alemán en la ecuación y haz que la operación se centre mucho en una base alemana. Mete nazis a punta pala y no solo dragones... quizás el error sea mío por esperar de ella algo que no parecía querer ofrecer. A un film cutre de principio a fin le pido que sea consciente de su derrota y sea capaz de venderla cara. Ahí fracasa la película. Ahí y en que el villano de turno parece salido más de Jurassic Park con sus pantaloncitos cortos, que el ser el nazi loco que necesita una película así como villano.

Y a pesar de ello, la película consiguió mantenerme entretenido pese a saber en todo momento que es un film digamoslo suavemente, difícil de digerir. Con un argumento pobre, repleto de topicazos... pero bueno, la escena inicial como puesta a punto de la producción y parte del berenjenal final, pueden merecer la pena. Tampoco me malinterpretéis, puesto que la escena final es cutre en muchos aspectos, pero el raid aéreo y ese toque "Star Wars" con la estrella de la muerte, merecen la pena. Y eso pese al escaso protagonismo de ese monstruo final de pantalla que merecía algo más de metraje.

Los amantes del cine bélico encontrarán, asímismo, cierta similitud en la operación final con "Operación Crossbow" en tanto que toca abrir desde dentro una compuerta para que caigan las bombas adentro. Los pobres animalitos son lo salvable de la producción, esvásticas aladas que merecían un mejor destino que esta cutre y floja película. Lo de encasquetar otra historia de amor de andar por casa, como si se tratara de un "Pearl Harbor" de la vida es otro error de campeonato.

El resumen es claro: "Nazis, brujas y dragones... Todos quieren ser los campeones". Se podría haber hecho una gamberrada de principio a fin, que fuera disfrutona pese a lo cutre de la puesta en escena y los escasos medios de los que se disponía. Sin embargo, se toma a sí misma excesivamente en serio para lo que es. Una pena.

Nota: 3

Lo Mejor: Los dragones y algunas partes de los combates aéreos (pese a sus medios low cost)
Lo Peor: Que no se haya convencido a sí misma que podría haber sido memorable.

Comentarios

  1. Se toma a si misma en serio, con eso ya me lo habéis dicho todo. Gracias por la crítica, muy buena (la opinión, claro) 🤣

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