A quienes la primera temporada le crearan sarpullidos, decirles que no sean masocas y si no les gusta como están narradas las hazañas del Cid, no encontrarán en esta segunda temporada la redención de la serie. Como todo producto de ficción, tiene muchas licencias para con la historia, y en esta nueva temporada eso no es menos. Arrancarse los ojos y sufrir por ello no es sano. Recordarles, eso sí, que no deja de ser una serie, basada o inspirada en el Cantar del Mio Cid, y aprovechando los nuevos medios de la producción española.
Y se agradece lo mucho que en España han cambiado las cosas en los últimos 25 años. La entrada en el Siglo XXI ha ido mejorando progresivamente la calidad y acabado técnico, un punto importantísimo para que no se vean cutres las batallas. "El Cid" nos propone una ración de gore en sus combates que se degusta con facilidad y sienta fenomenal. Si en la primera temporada se achacaba la falta de batallas que justificaran al héroe, en esta hay una triple ración (en 5 capítulos, nada mal) para satisfacer el belicoapetito.Galicia, León y por último, el asedio a Zamora, rodados cada cual con sus artilugios pero a destacar momentos como esa batalla en la niebla de Galicia y, sobretodo, el asedio a Zamora. Sin duda, hay presupuesto y ganas de hacerlo bien. Y eso acaba compensando a un reparto que ya avisé que quedaba descompensado. Por suerte, la serie se centra bastante en diferentes aspectos y las nuevas batallas hacen que los líos de palacio puedan quedar relegados a segundo plano. En parte, se agradece, por aquello de evitar ser un "Juego de Tronos".
No obstante, la serie sigue queriendo caminar en esos lares, y acaba otorgando traiciones y otro tipo de suertes a los personajes nobles principales (A saber, Alfonso, Sancho, Urraca y García) que provoca que no se pueda quitar la etiqueta de la famosa serie internacional. Donde la historia no tenía guarismos para hablar de traición y suspense, los creadores y guionistas se las ingenian para, pasando por los puntos principales de la historia de "El Cid", añadir los aspectos no realistas que la hagan visualmente y cinematográficamente más potente.Lo consigue, a pesar de saltarse la historia, consigue enganchar tras una primera temporada con ciertos altibajos debido a la presentación de personajes. Sirve la segunda temporada para ver como algunos actores como los que dan vida a Urraca y a Sancho, salen bien parados, y otros andan más justitos. De Llorente, decir que hace lo que toca, que es creerse al personaje. No es Heston, ni se debería comparar, y la serie no pretende alcanzar la magnitud de la obra de Anthony Mann, simplemente es una revisión en formato serie, realizada (ahí es nada) sesenta años más tarde.
"El Cid" vino para quedarse, y esta segunda temporada, con más batallas y más sangre, demuestra que la serie tiene puntos a favor que se podían y debían explotar. Lo han hecho con bastante buen resultado gracias a decorados, vestuarios o no deparar en extras. Las batallas son logradas, que es lo que le pido a una serie de este aspecto y las tramas palaciegas lo suficientemente atractivas para enganchar al espectador que no esté muy ducho con la historia. El resultado es disfrutable, más que la primera temporada.Así que ese es mi aviso. Si la primera temporada te dejó con ganas de más batallas o de ver a donde caminaba "El Cid", sin duda quedarás contento con lo que propone esta segunda campaña. Si te dejó algo frío, dale la oportunidad. Si directamente eres de los que no soporta que la historia se varíe en algunos apartados para ser más cinematográfico, pocas series o películas lograrán satisfacerte pero, sin duda, no intentes hincar el diente a esta segunda temporada.
Nota: 6,5
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