Llegaron a Cordura (Robert Rossen, 1959)

En la ración de cine histórico-bélico de hoy nos trasladamos a principios del Siglo XX, con la Gran Guerra ya en marcha, y antes de que Estados Unidos tomara parte activa en el conflicto, los norteamericanos estaban enfrascados en una contienda bélica con el ejército revolucionario de Pancho Villa, cuyas tropas habían llegado a invadir suelo americano. En esos tiempos difíciles, en 1915, tiene lugar "Llegaron a Cordura", la película de hoy, con cierto aroma a Western.

En realidad podría ser incluida dentro de dicho género, o del de aventuras por aquello de la lucha por la supervivencia sin caballos, sin agua, en pleno desierto, de este grupo de auténticos cabrones, cada cual con algo más oscuro que esconder. Todo ello en un drama con fondo bélico (y una gran escena bélica en su inicio) dirigido por Robert Rossen en 1959.

El reparto, de mucha calidad, liderado por el dos veces oscarizado Gary Cooper (aquí ya algo más veteranete), y secundado con el que siempre nos gusta ver en una película Van Heflin, con una sensual Rita Hayworth y con algún que otro veterano del cine clásico de los cuarenta como Richard Conte. Todos ellos forman parte de esta espedición en busca (o no) de una medalla. En una historia que nos habla (ya lo anuncian los créditos iniciales) del valor, la valentía y el miedo.

¿De qué va?
Un oficial del ejército norteamericano tiene el trabajo de recomendar a soldados u oficiales para un condecoración. Mientras dicha condecoración se gesta, los hombres en cuestión quedan apartados del combate (no vaya a ser que no haya a quien condecorar...). Sin embargo, el oscuro pasado, en forma de cobardía de dicho oficial irá poco a poco saliendo a la luz a medida que descubrimos, uno a uno, los motivos por los que esos valerosos hombres quieren renunciar a su premio.

La Escena
Desde la lejanía, con prismáticos, el personaje interpretado por Gary Cooper asistirá a un ataque tan suicida como descabellado de caballería (recordemos que estamos en 1915) sobre un fuerte defendido por las tropas rebeldes mejicanas. Durante dicho asalto irá viendo pequeñas escenas de valerosos hombres. Como el que, una vez parece todo perdido, sale el solo a asaltar al enemigo logrando que le acaben siguiendo las tropas. O el que, a pesar de ver morir a un superior, es capaz de jugarse el pellejo por escalar y saltar al otro lado del fuerte para abrir las puertas.

Tres pequeñas historias de valor se darán cita durante dicha batalla, unida a una cuarta acontecida con anterioridad (vemos al joven soldado acompañarle en la lejanía, sin entrar en combate) darán pie a este interesante título que, por desgracia ,se acaba haciendo algo pesado y desinflándose pese a sus buenas intenciones.

De Cobardes y valientes cobardes
La película acabará mostrando la pequeña línea que puede separar a un hombre de una soga a una medalla... de ser un cobarde a un héroe. Tenemos en Cooper el fiel reflejo, un hombre que ha mostrado cobardía pero cuya amistad con un oficial le salvará el pellejo. A partir de ahí irá buscando en los demás los motivos que hacen que ellos sean valientes.

En las diferentes entrevistas durante la película Cooper les interroga uno a uno para conocer más a fondo qué les ha impulsado a ser tan valientes, a salvar la vida de sus compañeros o lograr vencer al enemigo. Se irán viendo diferentes motivaciones, desde el que no sabe porqué lo ha hecho al que dice que sentía que Dios le protegía. Poco convencen, algunas de las declaraciones a un insaciable Cooper que persigue la verdad inmutable de la valentía. Quiere saber donde crece ese sentido de la osadía que en él no aparecerá hasta bien entrado el largometraje, cuando decide tirar de la situación él solo.

El resto no dejan de ser unos pobres infelices que en el fondo, no son unos valientes, si no unos auténticos cabrones, cada uno a su manera. Los hay que intentan asaltar a la mujer de turno. Carne femenina para saciar el apetito de largos meses de combate lejos de casa. Lo hay, también, el de un hombre que no quiere fotografías ni ser reconocido, puesto que en su pasado mató a un hombre y acabaría en el ejército precisamente para huir de su pasado.

Al final, uno a uno, todos los inquilinos de esta pequeña patrulla que pretende llegar a Cordura (bonito nombre de población que esconde un claro mensaje en castellano) acabarán teniendo motivos suficientes para no querer el preciado galardón. Incluso Cooper, empeñado en llevarlos hasta allí, no deja de ser otro gris y oscuro personaje con un fondo nada limpio pese a que el hecho de liderar el cartel nos pueda señalar (junto a los momentos de tensión de la película) que es el único hombre de fiar y honorable.

Porque sí, Cooper es honrado hasta la médula desde el momento en que el Coronel que le había salvado el culo otorgándole dicho puesto, le suplica que a él también le de un reconocimiento. Un Coronel que casi mata a sus hombres en un acto suicida, y que teme que su siguiente combate pueda ser el último, clamando piedad, clamando que le asciendan para así salir de ese atolladero. Cooper, hombre de bien, por mucho que le deba un favor, se negará a realizar tal petición, confrontándose con su superior en ese momento y, al mismo tiempo, dando una señal a navegantes: Puede que sea una cobarte, pero ante todo tiene honor.

Comentario
Con una escena bélica en el inicio y apenas una escaramuza en su parte central, "Llegaron a Cordura" es un interesante relato sobre la valentía y la cobardía. Sobre buenos y malos... cuando un ser humano tiene un poco de ambas cosas. Con más negros que blancos, ese gris oscuro que muestran todos los personajes de la película (incluida la poco de fiar, o no, Rita Hayworth) la película viaja a través de sus diálogos y entrevistas personales.

De este modo parece más un reportaje de entrevistas, pues es en esos tramos donde conoceremos el pasado y presente de los distintos secundarios, que una película de aventuras al uso. Y es ahí donde Rossen acaba no saliendo del todo victorioso. La idea de base es sensacional, y las maneras en que ejecuta los primeros compases del film, también lo son. Pero la falta de acción, y unas subtramas que se enrrevesan quizás en exceso entre los personajes, acaban por dejar a la película con un tono casi tan gris como el de sus personajes.

No obstante, me gustaría recomendarla para quienes no la hayan visto. No es un film para adorar y ver en numerosas ocasiones, pero sí se trata de un interesante ejercicio sobre el valor y el precio que le pueden dar las personas al mismo, aderezado con dosis de cine canallesco propio de directores como Aldrich o Peckinpah. Sin embargo, incluso en esa bastarda propuesta, a la película le falta algo más de crudeza y dureza. A Cordura llegaron (eso dice el título), pero a convencer al público, no del todo.

Nota: 5,75

Lo Mejor: La propuesta. Un ejercicio sobre el valor pocas veces visto, y una escena bélica inicial muy lograda
Lo Peor: Se pierde por el camino a Cordura. Y no la recupera (la cordura).

Comentarios

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *