En el repaso del cine europeo estaba dejando un poco de lado al cine alemán. No os preocupéis, el cine alemán ha deparado grandísimos títulos bélicos y no podía faltar a la cita. Arrancamos con un título que muchos considerarán menor, otros que no es bélico. Bueno, vale, espero que aceptéis pulpo porque he considerado interesantísimo hablaros por un momento, por un breve momento, del cine alemán de los años 50, que recuperó la II Guerra Mundial.
Habían pasado 10 años de tan dolorosa (y avergonzante) derrota y el cine alemán (de la República Federal, la de los yankees), en crecimiento como el propio país comenzó una cinematografía en la que los grandes éxitos entre 1955 y 1959 eran, precisamente, películas bélicas. Se trataba de títulos donde se intentaba reflejar algún aspecto de la contienda, generalmente para edulcorar la historia y hablar de algún héroe alemán. Nótese que he dicho alemán y no "Nazi".
Una de las pioneras en este subgénero fue "El general del diablo" que tiene como detalle a tener en cuenta la presencia de uno de los grandes actores del cine bélico europeo: Curt Jürgens. Este fue su primer gran título, el que le puso en boca de todos antes de que llegase el éxito europeo de "Miguel Strogoff" Y con él el pasaporte a USA a rodar cine bélico como oficial alemán de turno.
La Historia
"El General del diablo" nos traslada a la Alemania nazi durante la II Guerra Mundial. Estamos a finales de 1941 y, aunque la Batalla de Inglaterra ha supuesto un revés para Hitler, la realidad es que sus tropas tienen el resto de Europa bajo su poder, en el Norte de África van ganando y han iniciado una ofensiva en el Este que, de momento, va por el buen camino.
En dicha situación de efervescencia nos situamos con un General, Harry Harras, personaje ficticio pero que está inspirado en Ernst Udet, as de la aviación alemana durante la Gran Guerra y que moriría suicidado en 1941 si bien el régimen nazi vendió su muerte como un fallecimiento en accidente aéreo. Primero llegó una obra teatral y, posteriormente, una película en la cuál tenemos a nuestro querido Curt Jürgens, tal y como he dicho, por protagonista.
Habían pasado 10 años de tan dolorosa (y avergonzante) derrota y el cine alemán (de la República Federal, la de los yankees), en crecimiento como el propio país comenzó una cinematografía en la que los grandes éxitos entre 1955 y 1959 eran, precisamente, películas bélicas. Se trataba de títulos donde se intentaba reflejar algún aspecto de la contienda, generalmente para edulcorar la historia y hablar de algún héroe alemán. Nótese que he dicho alemán y no "Nazi".
Una de las pioneras en este subgénero fue "El general del diablo" que tiene como detalle a tener en cuenta la presencia de uno de los grandes actores del cine bélico europeo: Curt Jürgens. Este fue su primer gran título, el que le puso en boca de todos antes de que llegase el éxito europeo de "Miguel Strogoff" Y con él el pasaporte a USA a rodar cine bélico como oficial alemán de turno.
La Historia
"El General del diablo" nos traslada a la Alemania nazi durante la II Guerra Mundial. Estamos a finales de 1941 y, aunque la Batalla de Inglaterra ha supuesto un revés para Hitler, la realidad es que sus tropas tienen el resto de Europa bajo su poder, en el Norte de África van ganando y han iniciado una ofensiva en el Este que, de momento, va por el buen camino.
En dicha situación de efervescencia nos situamos con un General, Harry Harras, personaje ficticio pero que está inspirado en Ernst Udet, as de la aviación alemana durante la Gran Guerra y que moriría suicidado en 1941 si bien el régimen nazi vendió su muerte como un fallecimiento en accidente aéreo. Primero llegó una obra teatral y, posteriormente, una película en la cuál tenemos a nuestro querido Curt Jürgens, tal y como he dicho, por protagonista.
La Trama
En cuanto a la trama, la película nos ofrece muchos diálogos y poca acción. Por algo, repito, está basada en una obra teatral. Y muestra a Harras como un General alemán contrario al régimen. Repito, para ubicar, que estamos en una época de vacas gordas para el Tercer Reich. Sin embargo, este hombre duda de cualquier superior, de la Gestapo y de quien toque.
Es oficial encargado de pruebas aéreas. Es decir, él contribuye a la guerra probando aviones junto a sus subordinados. Sin embargo, una de las cosas que sabemos desde el principio es que alguien está boicoteando la operación, en señal de protesta contra la guerra. A partir de ese momento tendremos a los "malos" de turno intentando buscar el error en Harras.
La primera parte de la película es una fiesta donde el protagonista acabará borracho perdido y rajando de todo lo que se le ocurra. Esa borrachera no le impedirá ligar con una jovenzuela de 21 años (¿Asaltacunas?, sí). Historia de amor de esas de andar por casa un tanto pobre y que no acaba de cuajar en una película sujetada más por el carisma de su protagonista que por la trama en sí.
Tenemos, a lo largo de las casi dos horas (que se llegan a hacer largas) la clásica trama judía de por medio, representada con los Rosenfel, una familia que mantiene escondida su ex amante (Y tía de la jovenzuela de 21 años). Harras, más que por amor, por ser antinazi, hará lo que esté en sus manos por intentar salvar a dichos judíos. Pero los chivatos están en cada esquina, y ponen micros en todas partes.
Uno de los momentos divertidos de la película es cuando un militar cuenta un chiste en el cuál le preguntan a ver por qué tiene un cable colgando de la boca y él suelta: "Porque estuve en una fiesta anoche y justo fui a dar con el canapé que llevaba micrófono" en referencia a la psicosis nazi del momento donde estaba de moda los micrófonos escondidos para descubrir traidores. A este chiste le seguirá la risa no solo de los presentes, si no de los dos escuchas que tienen micrófonos incorporados en una radio en la fiesta. La mirada de ambos al acabar de reirse, es el momentazo de la película.
A partir de ahí, el oficial de las SS que tras proponer a Harras que se incorpore a la Luttwaffe cara al combate acabará metiéndole en prisión para darle un escarmiento. Ahí tenemos uno de los momentos dramáticos más bien llevados de la película. Desde su celda, Harras escucha como el pelotón de fusilamiento cumple con una misión. Al volver, abrirán su puerta "por error", temiéndose Harras que ese será su fin. Sin embargo, simplemente es la estrategia de los mandamases para meterle miedo y que reaccione.
Como podréis comprobar, el personaje no reaccionará porque ante todo, es un antinazi, un alemán de pro. Y ello le acabará llevando rumbo a un desenlace un tanto atropellado, que contiene la única escena de aviación y de acción de una película llevada en tres actos.
Aceptable propuesta antinazi rodada apenas diez años después de la catástrofe. Curt Jürgens ofrece un sobrio papel como Harry Harras, el gran descubrimiento para el mundo de una película que, de no ser por él, poco más podría aportar. Excesivamente teatral por momentos y con una historia de amor un tanto floja, "El General del diablo" acaba siendo una película muy de su época que, apenas cinco años después, ya estaría pasada de moda.
Tiene buena puesta en escena, un trama antinazi bien llevada pero que carece del suficiente interés o acción para enganchar al público, con apenas un par de escenas a destacar positivamente. El resultado es una película que logra el suficiente, pero no va mucho más allá. Un film que sirve como curiosidad a quienes quieran descubrir ese cine alemán de los años 50 que contiene títulos interesantes como "U-47: Comandante Priem", "Noche amarca", "El médico de Stalingrado", "El zorro de París" o "Sucedió el 20 de julio", esta última sobre la operación Valkiria.
Nota: 5
Lo Mejor: El momento del calabozo, con el pelotón de fusilamiento al acecho
Lo Peor: Excesivamente teatral y, como no, con historia de amor que lastra la trama innecesariamente.
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