1.- Primer recuerdo de cine bélico.
Mi primer recuerdo de cine bélico es ver “Los cañones de Navarone” con mi padre, la persona que me transmitió la pasión y la devoción por el cine bélico, su película bélica favorita. Concretamente recuerdo cuánto me impresionó la escena en la que el barco en el que viaja el comando consigue sobrevivir a la tormenta y llegar a tierra, y de repente se ve el acantilado que tienen que escalar; a partir de ahí quedé atrapado por las aventuras que vive el comando formado por los GRANDIOSOS Peck, Niven y Quinn.
Con el tiempo instauramos como tradición ver juntos “Los cañones de Navarone” cada mañana del día de Reyes, así que es un recuerdo mágico para mí.
2.- Película favorita del cine bélico.
Mi película bélica favorita es “El día más largo”. Por la Segunda Guerra Mundial, y en especial por el desembarco de Normandía, siento una auténtica y respetuosa devoción, gracias a mi padre, así que venero absolutamente la película que recrea el Día D de una forma apabullante, grandiosa y monumental. Recuerdo perfectamente la primera vez que vi “El día más largo”, fue en TVE2, cuando de madrugada daban cine clásico en b/n y en v.o.s.e., así que es un recuerdo de cine tremendamente especial para mí.
La película abarca prácticamente todos los aspectos del Día D y lo hace de tal forma que te atrapa de principio a fin, dotándole de un espíritu monumental que la convierte en un hito del cine bélico. Y todo ello con un reparto irrepetible en la historia del cine, Wayne Mitchum, Fonda, Burton, ... oro puro.
La edición de coleccionista de “El día más largo” es uno de mis tesoros belicoseros más preciados.
3.- Una película a reivindicar (por poco conocida o con mala fama).
Una película bélica a reivindicar totalmente es, en mi opinión, “Cuando callan las trompetas”, película norteamericana de 1999 sobre la “Batalla del Bosque de Hurtgen”, que tuvo lugar justo antes de comenzar la Batalla de las Ardenas, y que por eso ha quedado en el olvido.
La película es durísima, por cómo recrea la carnicería que esa batalla supuso para la Infantería de EE.UU, la crudeza de los combates y el horror absoluto de la guerra. Ver cómo el protagonista asciende de rango varias veces en pocos días porque todos sus compañeros y mandos van muriendo en combate es espeluznante.
Para mí es una joya injustamente poco valorada; por cierto, me costó un mundo encontrar el DVD (otro de mis “tesoros” belicoseros).
4.- Subgénero favorito del cine bélico.
Mi subgénero favorito del cine bélico, si se le puede considerar técnicamente como tal, es el de aquellas películas que recrean una batalla, o una operación militar a gran escala, que resultaron decisivas para el devenir de la Segunda Guerra Mundial.
Como ejemplos de este subgénero:
La Batalla de Inglaterra / Patton / Uno Rojo, división de choque / La Batalla de Anzio / El día más largo / Salvar al soldado Ryan / Un puente lejano / Cuando callan las trompetas / Fuego en la nieve / La Batalla de la Ardenas / Stalingrado / Tora! Tora! Tora! / La Batalla de Midway / La delgada línea roja / Cartas desde Iwo Jima / Hasta el último hombre.
Siempre me ha apasionado la historia y estas películas combinan ese aspecto (no entro en el rigor histórico) con el hecho de que fueron batallas y/o operaciones militares determinantes, e incluso vitales, para el resultado final de la Segunda Guerra Mundial, mi gran pasión como comenté al principio. Además, la mayoría de estas películas tienen un carácter monumental y grandioso a la hora de recrear los hechos, junto con unos repartos increíbles, lo que las convierte en hitos del cine bélico.
5.- Una escena bélica que defina mi pasión por el cine bélico.
Aunque soy devoto del cine bélico clásico he de rendirme ante el Maestro Spielberg y los primeros 27 minutos de “Salvar al soldado Ryan”. Su recreación del desembarco en Omaha Beach es una obra maestra en sí misma y posiblemente la mejor escena del cine bélico (por ser de un realismo que sobrecoge, que te deja k.o.).
Esta escena refleja el mayor de los sacrificios imaginables, unos jóvenes de otros países que dieron la vida por un bien mayor, para que los aliados terminasen ganando la SGM, y recrea el horror de la guerra, desembarcando a sangre y fuego en esas playas, con una crudeza aplastante y con un realismo espeluznante. Por todo ello, es la escena que define la pasión y la devoción, respetuosas, que siento por el cine bélico.
Si me permites, me gustaría añadir que cuando recorrí con mi padre las zonas del desembarco de Normandía puede comprobar de primera mano la admiración, el respeto y el agradecimiento eternos por el sacrificio de tantos el Día D ... SIN PALABRAS.
Comentarios
Publicar un comentario