Fue en Madrid, en 2003, la Real estaba peleando la liga con el Real Madrid. Recuerdo ver un 5-0 al Rayo Vallecano por la tele de un Pub irlandés. Estaba con mis padres de vacaciones por la capital madrileña cuando en una tienda (¿Fnac?,no recuerdo) di y compré el libro "Las 100 mejores películas bélicas", de José Luís Mena. Cabe poner el nombre porque si algún día hiciera yo la misma lista, sería diferente. Eso sí, #belicómetro me parece un buen título para esa lista, por desgracia ya publicada gratuitamente en el blog. El caso es que yo me la jugué a ordenarlas, Mena se limitó a poner 100 títulos alfabéticamente. Pero volvamos atrás en el tiempo, 2003, yo comenzaba a tener Internet pero eso de las descargas tampoco lo llevaba tanto. En esa tesitura, un libro con 100 películas bélicas (y otros títulos que se mencionaban en el libro) me hacía descubrir un mundo más allá del cine bélico de mi infancia. Era el siguiente paso en la evolución belicosera.
Se convirtió en una especie de biblia, de bandera del cine bélico. Y me propuse ampliar mis conocimientos. Pongamos que cuando compré el libro habría visto unos 75 títulos de los presentes en el libro. Aún quedaban 25 películas más para completar la colección. Sin embargo esa misión la inicié mucho más tarde, cuando descubrí el poder de encontrar títulos para descargar o ver online, o que tiendas como Media Markt o Fnac tenían algunas de las películas. Fue en Madrid, en 2008, cinco años y medio más tarde, cuando compré "Sangre, sudor y lágrimas", una de las que me faltaba en la lista por ver. Poco a poco avanzaba.
Hay que tener en cuenta que en dicha lista aparecían títulos de películas difíciles de conseguir y que no solía emitir la tele como las mudas "Alas", "El gran desfile" o "Los cuatro jinetes del apocalipsis" y otros títulos de la Primera Guerra Mundial como "Escuadrilla del amanecer" o "Los ángeles del infierno". Fue una de estas, la de los jinetes de Blasco Ibáñez mi penúltima película vista de la lista.
Con la Pokeball fui visionando títulos uno tras otro y, con paciencia, llegué a las puertas del final de tan cruzada, de esa búsqueda del Santo Grial en la cuál se había convertido la lista de Mena. El último título era fácil de encontrar, puesto que era una oscarizada película que, simplemente, siempre me había dado pereza ver: "El paciente inglés", debido a que su contenido bélico, sospechaba, era escaso.
En efecto, la película no merecía estar en una lista belicosera, pero aceptamos pulpo. Eso sí, es una buena película, y la pude disfrutar en el sofá acompañado de la que ahora es mi mujer. Con lo cuál, ¿Qué mejor manera que esta de cerrar un ciclo iniciado al final de mi adolescencia? Y ahora, os reto a coger el libro y apuntaros todas las películas de la lista que tengáis pendientes. O, mejor aún, coged el #belicometro y tomad nota, que os ahorro el ir a buscar el libro a la biblioteca.
Se convirtió en una especie de biblia, de bandera del cine bélico. Y me propuse ampliar mis conocimientos. Pongamos que cuando compré el libro habría visto unos 75 títulos de los presentes en el libro. Aún quedaban 25 películas más para completar la colección. Sin embargo esa misión la inicié mucho más tarde, cuando descubrí el poder de encontrar títulos para descargar o ver online, o que tiendas como Media Markt o Fnac tenían algunas de las películas. Fue en Madrid, en 2008, cinco años y medio más tarde, cuando compré "Sangre, sudor y lágrimas", una de las que me faltaba en la lista por ver. Poco a poco avanzaba.
Hay que tener en cuenta que en dicha lista aparecían títulos de películas difíciles de conseguir y que no solía emitir la tele como las mudas "Alas", "El gran desfile" o "Los cuatro jinetes del apocalipsis" y otros títulos de la Primera Guerra Mundial como "Escuadrilla del amanecer" o "Los ángeles del infierno". Fue una de estas, la de los jinetes de Blasco Ibáñez mi penúltima película vista de la lista.
Con la Pokeball fui visionando títulos uno tras otro y, con paciencia, llegué a las puertas del final de tan cruzada, de esa búsqueda del Santo Grial en la cuál se había convertido la lista de Mena. El último título era fácil de encontrar, puesto que era una oscarizada película que, simplemente, siempre me había dado pereza ver: "El paciente inglés", debido a que su contenido bélico, sospechaba, era escaso.
En efecto, la película no merecía estar en una lista belicosera, pero aceptamos pulpo. Eso sí, es una buena película, y la pude disfrutar en el sofá acompañado de la que ahora es mi mujer. Con lo cuál, ¿Qué mejor manera que esta de cerrar un ciclo iniciado al final de mi adolescencia? Y ahora, os reto a coger el libro y apuntaros todas las películas de la lista que tengáis pendientes. O, mejor aún, coged el #belicometro y tomad nota, que os ahorro el ir a buscar el libro a la biblioteca.
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