Toca cerrar una de las secciones estrella de este 2020. Y lo hago con un título que no forma parte de Póker de ases de la temática, pero en muchas quinielas seguramente sea la quinta en discordia: "Corazones de acero", obra dirigida por Brian de Palma ("Scarface") en 1989, a rebufo de los grande títulos. Fue la última en llegar y ello posiblemente le privó de la gloria. Eso y cierta blancura a la hora de mostrarnos el horror de la guerra, a excepción de las fechorías acometidas por Sean Penn y los suyos.
El reparto está repleto de rostros conocidos pero que en el momento del rodaje no lo eran tanto. Sí lo era su clara estrella: Michael J.Fox en uno de esos papeles destinados a ser tomado más en serio pero que escasearían en su carrera. Le hace sombra, sin duda alguna, un jovencísimo Sean Penn que es el alma matter de la película, dejando claro el pedazo de actor que había en juego. En el pelotón tenemos a dos rostros a posteriori conocidos como John Leguizamo o John C.Reilly. Completa como Teniente del grupo, Ving Rhames ("Pulp Fiction").
La película está basada en hechos reales. De Palma leyó una noticia relacionada con la violación y posterior asesinato de una joven vietnamita y vio en ello una excusa perfecta para hacer "su película de Vietnam". Sí, Coppola, Kubrick o Stone tenían la suya y De Palma, contemporáneo de dos de ellos, quería meterse de lleno en el "fregao". Se elaboraría un guión en base a dichos acontecimientos que acabaron con cuatro soldados condenados a diferentes penas. Pero el juicio era lo de menos en la película y apenas nos ocupa los últimos minutos.
Antes, un flashback en mi opinión poco trabajado y algo innecesario, hace recordar a nuestro protagonista principal el horror que padeció en Vietnam. Una refriega bélica en la jungla, que nos acerca desde la distancia a "Platoon" y la posterior escena en una aldea vietnamita sirven de notable introducción a la materia. Por desgracia para De Palma, el cine de vietnam había tenido ya sus mejores obras y ello le obligaba a salirse ligeramente del camino marcado. Por ello, él se apartaba de la contienda bélica (tampoco tenía un amplio presupuesto) y se centraba un drama humano.
El rapto de una vietnamita removido por el odio y las ganas de jo***, además de por la borrachera y llevar la contraria llevarían a un joven pero veterano sargento a los bajos fondos de su conciencia. Quizá removido también por el personaje interpretado por Don Harvey, que se convierte desde el primer instante en el auténtico cabronazo del pelotón. Juntos acabarán salpicando a dos pipiolos (C.Reilly y Leguizamo) que si bien no parecen de acuerdo en la idea acabarán metidos de lleno en el asunto por no contradecir a su superior.
La escena del ajusticiamiento es, directamente, bestial. La parte más fuerte de la película, donde parecen pasarse uno a uno la papeleta de matar a la joven vietnamita antes de que las tropas americanas descubran que la han violado y la llevan con ellos. El momento de la mujer, prácticamente una muerta viviente, moviéndose a rastras, antes de ser ajusticiada por todas las tropas ante la mirada de un J.Fox desesperado. Únicamente él ha remado en contradirección, queriendo salvar a la joven, lo cuál le acabaría conllevando consecuencias graves.
Ejército
La crítica al ejército está latente en todo momento. La violación no deja de ser un mensaje a lo que aconteció en Vietnam, donde los Estados Unidos fueron y violaron ese territorio. Quemaron con Napalm, saquearon... murieron, y mataron. Que sólo uno de los miembros del pelotón parezca condenar los hechos habla a las claras del agua turbia que se movía en Vietnam, donde lo mejor era mantener la boca cerrada y hacer caso a los veteranos, aunque ello conllevara violar los dilemas morales de uno mismo.
Ese duelo interpretativo entre un correcto J.Fox ante uno de sus mejores papeles y un más que notable Sean Penn, es lo mejor de la película junto a la escena del ajusticiamiento. Pero no es lo único bueno. Tras el altercado, es impactante ver como un Coronel intenta suavizarlo todo y le exige al personaje principal que olvide lo acontecido. Él no lo hará, removerá cielo y tierra filtrando a la prensa, aun a riesgo de su vida, lo cual acarreará que dicho comandante le de la espalda, algo que el resto del pelotón ya habían hecho.
No será la única crítica a los estamentos. El juicio final condena a los cuatro miembros del pelotón culpables, pero es curioso ver las diferentes penas. Obviando la cadena perpetua merecida para el auténtico cabr** de la tropa, que intentó matar con un granada al J.Fox, el Sargento, auténtico artífice y jefe del delito, sobre el que deberían caer todas las penas posibles, apenas será condenado a diez años, saliendo peor parado uno de los pipiolos.
En dicho juicio queda claro que los estamentos militares tienen los mismos favoritismos que otros estamentos de la sociedad. De Palma no sólo les critica por sus fechorías, si no que también apunta a dar en las consecuencias.
Lejos, realmente lejos, del resto de cine sobre Vietnam, De Palma nos lanza su visión de la condición humana y de como era fácil matar y violar la ley en una ciudad sin ley que podría ser lo más cercano al Lejano Oeste. Los personajes deambulan por un mundo que no entienden, y que tampoco les entiende. Pero donde nadie vigila. Ellos son jueces y verdugos con sus actos, ellos deciden. Y en medio de toda esa vorágine de locura acometen un atropello a la ley, una violación. Fueron a Vietnam a eso, a corromper su alma y volver siendo otras personas.
Es ahí, en ese intrínseco mensaje, junto al mencionado a los estamentos militares, donde De Palma acierta y nos brinda un interesante film que, por suerte, no se alarga en exceso. Eso sí, la trama de la película no daba para mucho más y, posiblemente, daba para menos. Nos lanza un largometraje de una pequeña historia algo olvidada que no debería olvidarse, y que forma parte de esas páginas negras en la historia de los Estados Unidos.
Es por ello que me parecía una película ideal para cerrar la temática. En las antípodas del mensaje de "Rambo: Acorralado Parte II" y más cercada, aunque sin parecerse, a títulos como "Apocalypse now" o "Platoon", "Corazones de hierro" intenta coger su propio rumbo, pero por desgracia el hecho de que el mundo se acabara cansando del cine sobre Vietnam le acabaría relegando a un título menor dentro del cine bélico. Interesante propuesta, de la que cabe la duda de si podía haber dado para más. Eso no quita mérito al joven reparto y a su director, por conseguir un buen título bélico.
Nota: 6,5
Lo Mejor: El ajusticiamiento de la vietnamita. Y la pequeña introducción bélica
Lo Peor: Un flashback ridículo y una historia que no daba para mucho más.
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