Fuerza diez de Navarone (Guy Hamilton, 1978) #MisionesSuicidas

Décimo mes de una de las secciones estrella del año: Las #MisionesSuicidas. Y por ese número diez al que toca hacer referencia, y por completar en cierto modo los textos dedicados a los largometrajes basados en obras de Alistair MacLean, toca hablar de "Fuerza Diez de Navarone" y, con ello, incluir una secuela en la sección.

La Misión
Objetivo: Hay un doble objetivo. Por un lado, el Mayor Mallory (Robert Shaw) y el Sargento Miller (Edward Fox) tienen por misión dar con el paradero de un espía alemán que se infiltra entre las tropas yugoslavas. Al mismo tiempo, el oficial norteamericano Barsby (Harrison Ford) tiene por objetivo, junto a su comando denominado Fuerza 10, destruir un puente crucial para evitar el avance de las tropas nazis en Yugoslavia.

Operativo:
 Tras su éxito en Navarone destruyendo los famosos cañones, Mallory y el experto en explosivos Miller son enviados a una misión junto al comando Fuerza 10. Tienen que conseguir llegar desde Italia a Yugoslavia, dar con los partisanos e informar al oficial al mando de que tienen un espía infiltrado bajo el nombre de Lescovar. Posteriormente, deberán conseguir dar con el puente "indestructible" y destruirlo.

¿Cómo transcurre en la realidad?
Tras una trifulca con la policia militar, en la cuál pierden un hombre, los protagonistas consiguen salir del aeródromo con un avión. A bordo se les infiltra un recluta afroamericano (Weaver) que se ha escapado de la Policía Militar. El avión será atacado por la aviación alemana, sobreviviendo únicamente cinco hombres: Mallory, Miller, Barsnby, Weaver (interpretado por Carl Weathers) y otro hombre que es carne claramente de morir en un momento u otro.

Una vez consiguen contactar con partisanos, estos resultan ser afines al nazismo y, por lo tanto, caen en una trampa, siendo hechos prisioneros. Pero con ingenio y gracias a Maretzka, una mujer infiltrada por el bando afín a Tito, que cambiará el contenido del maletín de Miller (escondiendo los explosivos) Mallory y Barnsby conseguirán salir junto a una patrulla alemana alegando que van a buscar los explosivos. Maretzka, que viaja con ellos acribillará a los soldados alemanes dejando huir a los dos protagonistas que, esta vez sí, conseguirán dar con el paradero de los partisanos.

Una vez ahí, y tras ver como el oficial al mando se ríe de ellos por dudar del fiel Lescovar (un Franco Nero que huele a traidor a la legua) consiguen convencerles de que necesitan rescatar a Miller para poder volar el puente, auténtica misión en todo momento. Con nocturnidad rescatarán a dos de los tres hombres (Miller y Weaver). Una vez a salvo deciden que lo mejor es volar la presa que hay tres kilómetros más al Norte, para que la fuerza del agua destroce un puente a prueba de bombas.

Pero no tienen explosivos. Estos deben llegar pero alguien les traiciona (¡Sorpresa!). Vemos como Lescovar mata a Maretzka, no quedándole dudas al espectador de que es un traidor. Consiguen ir a por explosivos y en su huída en tren acaban acribillando a Lescovar en una escena similar a la que en "Los cañones de Navarone" empleaban para matar a la traidora que en todo momento entorpecía la misión. Una vez quitado de en medio Lescovar, tienen vía libre para la misión. Colocar los explosivos y salir corriendo. La fuerza del agua, tal y como había previsto Miller, acabará destruyendo el puente.

Balance de la Misión: 6/10
Toca preguntarse para qué hace falta llevar a diez hombres a una misión así, para a las primeras de cambio quedar cinco personas y, a pesar de ello, cumplir la misión. Al igual que en la primera parte: "Los cañones de Navarone" donde sobrevivían tres de los integrantes iniciales, acaba sobreviviendo más gente de la que una misión suicida requeriría. Tampoco es que haya exceso de oposición germana en el momento clave de la misión. En definitiva, sin los partisanos afines a Adolf Hitler y sin el traidor de Lescovar campando a sus anchas, la misión sería un tanto floja. Estos dos agentes externos elevan el nivel de dificultad.

Diferencias con "Los cañones de Navarone"
La película de "Los cañones de Navarone" llegó en 1961 a cines y se convirtió en un éxito. Alistair MacLean, autor de la obra y de otras grandes epopeyas de aventuras bélicas y espionaje, realizaría una especie de secuela trasladando la acción a Yugoslavia pero manteniendo a sus dos principales protagonistas en la obra. No obstante, cuando "Fuerza 10 de Navarone" comienza a gestarse como película David Lean ya está camino de los 68 años (fallecería cinco después del estreno de esta película) y Peck, seis años más joven, supera los 60. Como héroes de combate no parecen estar para muchos trotes, sin duda.

Por ello, la película sigue a pesar de necesitar cambiar a sus dos protagonistas principales. Sus sustitutos son Robert Shaw (once años más joven que Peck) y Edward Fox (27 años más joven que Niven). A estos dos toca añadir a Harrison Ford, que apenas un año antes había estrenado "La Guerra de las Galaxias" pero que cuando rodó la película todavía no era una superestrella. Si añadimos a Carl Weathers que ya había hecho "Rocky" pero todavía no el resto de la saga, nos topamos con un reparto de mucho calibre pero que por entonces era más low cost de lo que parecería hoy en día.

Destacar que la película fue rodada en Yugoslavia, y que en aquella época era un lugar común de rodaje. Kubrick estuvo mirando allí exteriores para grandes batallas de su proyecto nunca gestado de "Napoleón", y en los años anteriores el gobierno yugoslavo había coproducido con estrellas internacionales dos producciones como "La batalla del río Neretva" y "La quinta ofensiva", con Yul Brynner y Richard Burton, respectivamente, en los papeles protagonistas.

Crítica
No me voy a poner tiquismiquis, porque no suelo serlo, con la fidelidad histórica armamentística de la película. Pero algo huele a cartón cuando los tanques alemanes que aparecen en el tramo final de la película se parecen excesivamente a tanques soviéticos. Y eso, dicho por alguien que no suele fijarse en estos detalles, indica bastante del nivel de la producción. "Fuerza 10 de Navarone" es una película que parece oler a gran presupuesto en algunos aspectos, incluido su reparto, pero que en realidad dista mucho de ser ese tipo de proyecto que sí fue "Los cañones de Navarone".

Porque en el film de J.Lee Thompson todo estaba mimado hasta el último detalle, con un reparto que por entonces tenía caché. Robert Shaw estaba viniendo a menos a pesar del exitazo de "Tiburón" tres años antes, que relanzaba su carrera. Curiosamente fallecería ese mismo 1978 antes del estreno internacional de la película, mientras que Ford no tenía el caché que sí conseguiría tras Indiana Jones. Pese a ello, unos 10 millones de dólares de la época son un presupuesto bastante generoso para una producción que no parece tan grande.

No lo digo por la escena final, que tiene unos efectos visuales bastante logrados en lo que respecta a la voladura de la presa. Sin embargo, la incursión aérea sí recuerda bastante a los efectos de los años 60, un tanto anticuados para la época y que envejecen mal. Así le sucede a uno de esos clásicos tardíos. "Fuerza 10 de Navarone" es el tipo de producción que asaltaba las salas de cine en los años 60 y que de haberse estrenado antes de 1970 posiblemente hubiera gozado de mejor fama. Quizás incluso podría haber contado con sus actores originales. Sin embargo, la tardanza del proyecto le condenó a ser carne de televisión a día de hoy. Una de esas películas para pasar la tarde, y no tanto si la tienes muy vista.

Porque han pasado los años, y aunque nunca la tuve por una gran película, ni mucho menos, el revisionado la deja ligeramente inferior a lo que recordaba. No es culpa ni de Shaw ni de Fox, que a pesar de no ser Peck y Niven, siguen desprendiendo ese humor de sus predecesores, sobretodo con un Fox que intenta imitar a un Niven que, recordemos, estaba en estado de gracia en la producción de 1961. Tampoco es culpa de un Harrison Ford todavía nada desatado como Indiana Jones, y que pese a ello tiene algunos momentos de humor con Robert Shaw bastante acordes a la esencia de "Los cañones de Navarone".

¿Entonces quién tiene la culpa? Quizá un artesano como Guy Hamilton, espectacular director de "La batalla de Inglaterra" y que aquí no acaba de dar con el tono. Pero Yugoslavia no fue un frente muy cinematográfico, la novela no da para tanto como "Los cañones de Navarone" y a pesar de cambiar los rostros, la sensación de secuela con menor presupuesto está ahí en cada fotograma. Un buen reparto, buenos mimbres, pero la sensación de caminar entre la Serie B y la Primera división del cine bélico constantemente.

Una película que llegó tarde, y que por lo tanto se olvidó pronto. Recordemos que en 1978 se estrenaría "El cazador". El cina bélico de la II Guerra Mundial estaba herido de muerte por entonces en Hollywood, y aunque la película era británica, el no éxito de un peliculón como "Un puente lejano" un año antes (con Edward Fox en su reparto lleno de estrellas) avisaba de que quizás no era el momento. El resultado, poco más de 7 millones de dólares en taquilla, menos de lo que había costado. Y un film que siendo aceptable, queda lejos de las buenas películas sobre #MisionesSuicidas.

Nota: 5,5

Lo Mejor: La voladura de la presa, escena mítica.
Lo Peor: Que pese a su presupuesto, hoy en día parece una película de Serie B



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