Segundo lunes de mes. O lo que es lo mismo, cita ineludible con los #ClásicosEscondidos. Esa sección lanzada a modo Acertijo o juego donde lanzo una película poco conocida por el gran público (y por el no tan grande), y la labor de vosotros es la de descubrir el título original de la película. Hoy os traigo un film escondido tras el título de "Los penúltimos de Filipinas".
La Película
Como el título hace mención, no hace falta decir mucho sobre en qué sitio tiene lugar: Las Filipinas. Y como la mayoría de películas de esta sección, tiene lugar en la II Guerra Mundial. Ambientada en los duros días posteriores a la invasión japonesa sobre territorio filipino, y la resistencia de la población y de soldados americanos desperdigados ante el invasor japonés.
Alguno ya puede tener su quiniela de favoritas con títulos ambientados en dicho lugar. Ahora es cuando toca hacerlo complicado. En primer lugar, decir que la película fue realizada en la que considero la MEJOR década del género, no solo en cuanto a grandes títulos, que los hay, si no en cuanto a la cantidad de películas que se hacían cada año, muchas de las cuales son grandes clásicos del género. Por desgracia para este título menor, no es el caso.
Esta película llegó el mismo año que una GRAN película bélica con escasez de batallas, pero igualmente trepidante. El mismo año en que dos títulos bélicos estrenados el año anterior, peleaban por el premio gordo de la Academia de Hollywood. Eran grandes años para el género... pero ni eso lo aprovechó este título que contaba en su reparto con un rostro conocido, el de un actor que unos cuantos años, algo más joven, había sido mosquetero (sí, sí, de los de Alejandro Dumas).
Lanzadas las principales pistas sobre el reparto, ahí va la sinopsis. Como es habitual con detalles a modo spoilers, pro si quien haya visto la película la pueda reconocer.
Sinopsis
"Los penúltimos de Filipinas" nos ubica el 8 de diciembre de 1941, momento en que los japoneses invadían las islas tras Pearl Harbor. Nuestro joven protagonista es el hijo de un multimillonario que hacía negocios con los americanos. Y en su huida de los turisanes (forajidos filipinos) es ayudado por el líder de la Resistencia. Posteriormente acabará conociendo a una joven aldeana y a un veterano marino americano de armas tomar.
A partir de ahí se inicia una curiosa relación entre ambos, una amistad un tanto extraña, por no decir insana. El marino (el ex-mosquetero) llegará a violar a la joven, lo que provocará que ambos deban huir de la aldea donde estaban siendo acogidos. Una vez fuera, acabarán siendo asaltados por un grupo de resistentes filipinos y se unirán a las tropas americanas lideradas por un Coronel.
A partir de ahí formarán parte de la resistencia, el joven protagonista conocerá de primera mano los horrores de la guerra y lo que es matar al enemigo. Su primera víctima la consigue forzado por el veterano marino que no solo le obliga, si no que le mueve los brazos para ajusticiar a un japonés. Posteriormente, este joven acabará siendo un veterano.
La historia nos mete innecesariamente en una historia de amor a tres bandas. El veterano marino y el joven se enamorarán de una joven filipina de la resistencia. La historia de los tres irá mucho más lejos cuando, tras un asalto japonés consiguen ser los tres que huyen y, lejos del combate, intentan sobrevivir a los horrores de la guerra. La locura y los celos se apoderan del veterano marino. Celos no solo porque el joven haya conseguido a la mujer, si no por el hecho de haber "perdido a su amigo", prendado de los encantos de ella.
En la escena final, en la playa, el veterano marino observará al líder de la Resistencia filipina y a dos más. Su carácter racista, y su odio hacia dicho líder le hará disparar. Su locura matará a uno de los filipinos y perseguirá al líder de la resistencia. El joven actuará en consecuencia, acabando con la vida de su curioso, peculiar y peligroso amigo. "No creía que lo hicieras, veo que he sido un buen maestro" dirá su tutor y amigo en la vida bélica, en la frase más memorable de la película.
Escena
No hay mucha escena bélica y realmente no hay mucho a destacar del proyecto. Quizá la escena de la violación sea la más impactante de la película. Tras un inicio amigable, el veterano, borracho, acabará forzando a la aldeana filipina. La siguiente escena nos muestra al joven llegando a la cabaña y observando a la joven acurrucada en una esquina y comenzando a gritar, horrorizada. En el aspecto bélico apenas hay tres escaramuzas de no mucho fuste.
Crítica
"Los penúltimos de Filipinas" es una película antibelicista. Un alegato que nos habla de la locura y degeneración que provoca la guerra. El tono de la película en cuanto a combates la acerca a los títulos clásicos de los años 40, y su carácter choca con ese ambiente festivo y aventurero de la mayoría de los títulos con los que fue coetánea. Por lo tanto, se trata de una rareza, no ya dentro del género, si no de la época en la que fue rodada.
¿Y qué falló? Casi todo. Porque una cosa es que su ambiente sea claramente antibelicista y antimilitarista, elevado por el hastío de ver morir a los auténticos militares, a oficiales y a soldados que parecen experimentados, mientras el joven va madurando como persona y como soldado para acabar en la única salida posible: Huyendo del combate y viviendo alejados del conflicto, siempre y cuando les fuera posible. Y otra cosa es vendernos cualquier Serie B como una película ¿seria?.
El argumento y los detalles del guión podrían haberla hecho un título mucho más interesante. Pero un presupuesto de Serie B, una producción de bajo coste, y con muy poco empeño, lastran al título condenándolo al aburrimiento. La película es mala. Y lo es no por querer ser una aventura bélica más sin mucha emoción, ya que se aleja de esa vertiente. Es mala porque no sabe coger el tono, ni el color a su mensaje, lo único decente de la película.
Si la habéis visto, posiblemente la conozcáis. Y quienes no, descubridla, y huid de ella a menos que os hayáis prometido pegaros el #MaratónBelicosero de los #ClásicosEscondidos. Aquí me gusta mostraros títulos poco conocidos para que os atreváis a encontrarlos... pero en el caso de hoy, la película no merece nada la pena.
La Película
Como el título hace mención, no hace falta decir mucho sobre en qué sitio tiene lugar: Las Filipinas. Y como la mayoría de películas de esta sección, tiene lugar en la II Guerra Mundial. Ambientada en los duros días posteriores a la invasión japonesa sobre territorio filipino, y la resistencia de la población y de soldados americanos desperdigados ante el invasor japonés.
Alguno ya puede tener su quiniela de favoritas con títulos ambientados en dicho lugar. Ahora es cuando toca hacerlo complicado. En primer lugar, decir que la película fue realizada en la que considero la MEJOR década del género, no solo en cuanto a grandes títulos, que los hay, si no en cuanto a la cantidad de películas que se hacían cada año, muchas de las cuales son grandes clásicos del género. Por desgracia para este título menor, no es el caso.
Esta película llegó el mismo año que una GRAN película bélica con escasez de batallas, pero igualmente trepidante. El mismo año en que dos títulos bélicos estrenados el año anterior, peleaban por el premio gordo de la Academia de Hollywood. Eran grandes años para el género... pero ni eso lo aprovechó este título que contaba en su reparto con un rostro conocido, el de un actor que unos cuantos años, algo más joven, había sido mosquetero (sí, sí, de los de Alejandro Dumas).
Lanzadas las principales pistas sobre el reparto, ahí va la sinopsis. Como es habitual con detalles a modo spoilers, pro si quien haya visto la película la pueda reconocer.
Sinopsis
"Los penúltimos de Filipinas" nos ubica el 8 de diciembre de 1941, momento en que los japoneses invadían las islas tras Pearl Harbor. Nuestro joven protagonista es el hijo de un multimillonario que hacía negocios con los americanos. Y en su huida de los turisanes (forajidos filipinos) es ayudado por el líder de la Resistencia. Posteriormente acabará conociendo a una joven aldeana y a un veterano marino americano de armas tomar.
A partir de ahí se inicia una curiosa relación entre ambos, una amistad un tanto extraña, por no decir insana. El marino (el ex-mosquetero) llegará a violar a la joven, lo que provocará que ambos deban huir de la aldea donde estaban siendo acogidos. Una vez fuera, acabarán siendo asaltados por un grupo de resistentes filipinos y se unirán a las tropas americanas lideradas por un Coronel.
A partir de ahí formarán parte de la resistencia, el joven protagonista conocerá de primera mano los horrores de la guerra y lo que es matar al enemigo. Su primera víctima la consigue forzado por el veterano marino que no solo le obliga, si no que le mueve los brazos para ajusticiar a un japonés. Posteriormente, este joven acabará siendo un veterano.
La historia nos mete innecesariamente en una historia de amor a tres bandas. El veterano marino y el joven se enamorarán de una joven filipina de la resistencia. La historia de los tres irá mucho más lejos cuando, tras un asalto japonés consiguen ser los tres que huyen y, lejos del combate, intentan sobrevivir a los horrores de la guerra. La locura y los celos se apoderan del veterano marino. Celos no solo porque el joven haya conseguido a la mujer, si no por el hecho de haber "perdido a su amigo", prendado de los encantos de ella.
En la escena final, en la playa, el veterano marino observará al líder de la Resistencia filipina y a dos más. Su carácter racista, y su odio hacia dicho líder le hará disparar. Su locura matará a uno de los filipinos y perseguirá al líder de la resistencia. El joven actuará en consecuencia, acabando con la vida de su curioso, peculiar y peligroso amigo. "No creía que lo hicieras, veo que he sido un buen maestro" dirá su tutor y amigo en la vida bélica, en la frase más memorable de la película.
Escena
No hay mucha escena bélica y realmente no hay mucho a destacar del proyecto. Quizá la escena de la violación sea la más impactante de la película. Tras un inicio amigable, el veterano, borracho, acabará forzando a la aldeana filipina. La siguiente escena nos muestra al joven llegando a la cabaña y observando a la joven acurrucada en una esquina y comenzando a gritar, horrorizada. En el aspecto bélico apenas hay tres escaramuzas de no mucho fuste.
Crítica
"Los penúltimos de Filipinas" es una película antibelicista. Un alegato que nos habla de la locura y degeneración que provoca la guerra. El tono de la película en cuanto a combates la acerca a los títulos clásicos de los años 40, y su carácter choca con ese ambiente festivo y aventurero de la mayoría de los títulos con los que fue coetánea. Por lo tanto, se trata de una rareza, no ya dentro del género, si no de la época en la que fue rodada.
¿Y qué falló? Casi todo. Porque una cosa es que su ambiente sea claramente antibelicista y antimilitarista, elevado por el hastío de ver morir a los auténticos militares, a oficiales y a soldados que parecen experimentados, mientras el joven va madurando como persona y como soldado para acabar en la única salida posible: Huyendo del combate y viviendo alejados del conflicto, siempre y cuando les fuera posible. Y otra cosa es vendernos cualquier Serie B como una película ¿seria?.
El argumento y los detalles del guión podrían haberla hecho un título mucho más interesante. Pero un presupuesto de Serie B, una producción de bajo coste, y con muy poco empeño, lastran al título condenándolo al aburrimiento. La película es mala. Y lo es no por querer ser una aventura bélica más sin mucha emoción, ya que se aleja de esa vertiente. Es mala porque no sabe coger el tono, ni el color a su mensaje, lo único decente de la película.
Si la habéis visto, posiblemente la conozcáis. Y quienes no, descubridla, y huid de ella a menos que os hayáis prometido pegaros el #MaratónBelicosero de los #ClásicosEscondidos. Aquí me gusta mostraros títulos poco conocidos para que os atreváis a encontrarlos... pero en el caso de hoy, la película no merece nada la pena.
"Grito de Batalla". El título que buscábamos es este desconocido film de Serie B rodado en 1963, año del estreno de "La gran evasión" y que contó en su reparto con Van Heflin, que ejerció de mosquetero en la versión de 1948 del clásico de Alejandro Dumas, y que en el cine bélico participó en "Más allá de las lágrimas".
Nota: 3
Lo Mejor: Su mensaje, y esa sensación de hastío y derrota constante
Lo Peor: Cutre en la mayoría de aspectos.
Nota: 3
Lo Mejor: Su mensaje, y esa sensación de hastío y derrota constante
Lo Peor: Cutre en la mayoría de aspectos.
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