Clásicos Escondidos VI: "Aprendiendo a morir" (1944)

Un nuevo episodio de "Clásicos Escondidos" que he decidido titular "Una de patriotas en el Pacífico". Como es habitual, una vez pasado el primer día de publicación del artículo, daré a conocer el título y los protagonistas principales. La película en cuestión, fue rodada en plena II Guerra Mundial (como si se hicieran pocas...) y tiene la RKO como productora principal, en su afán por contribuir a la guerra con el alistamiento de tropas.

Para el proyecto se contó con una de las caras conocidas que por entonces estaban ligadas a la productora, y por un actor poco conocido en esa época, que había probado con el cine pero se había vuelto al Teatro cuando le repescaron para la causa. Dicho actor, que tendría una carrera bastante considerable en el cine en general, y en el bélico en particular con no pocos papeles, llegaría a alistarse en el Ejército durante la guerra tras el rodaje de esta producción.


Como curiosidad a añadir, una parte de la película fue rodada en un Campo de Entrenamiento en EEUU que sería donde el mencionado actor haría también su formación previa al combate. Como es habitual en el cine de esta época, el enemigo común era el japonés, capaz de cualquier fechoría como desmembrar a un pobre Teniente americano. Para captar la atención del público femenino, se incluiría una historia de amor en medio de la película. Como última curiosidad, el título en inglés y el de castellano no tuvieron una traducción nada literal.

Sinopsis
Estamos en Guadalcanal, 1942. Las tropas americanas combaten desde hace tiempo al enemigo y en una colina se lleva a cabo una decisiva batalla entre los marines norteamericanos y el ejército imperial japonés. En ella tenemos a nuestros dos protagonistas, un oficial de alto rango, y un capitán. Tras la batalla, y al ver desmembrado a su teniente, el capitán "Rambo" (pongámosle mote) se toma la justicia por su mano, acabando con el nido de ametralladora japonés que tan sabiamente sabía donde estaba. Su superior (el otro prota) le rependrá con dos tortazos para que espabile.

Serán destinados a Australia durante un tiempo. Una vez allí, y no olvidándose de su Teniente desmembrado, Rambo acabará conociendo a una mujer. Como en todas las películas de esa época, surgirá el amor a primera vista. Tras jurarse amor eterno deciden ir a casarse cuando, por el camino, llega un ataque de la aviación japonesa donde nuestro héroe quedará herido. Una vez en el hospital, su superior le dice que deben marchar los dos a Estados Unidos a formar nuevos reclutas, que los hay a millares. Pero Rambo ya no está para nada que no sea casarse, formar una familia... y combatir al enemigo japonés.

Su oficial aceptará de mala gana la noticia, pero "se la meterá doblada", ya que una vez fuera del hospital pedirá igualmente que el capitán Rambo sea destinado con él a EEUU. Ahí surgirá el enfrentamiento entre los dos amigos protagonistas en vísperas de la importante labor de entrenar a los nuevos muchachos. En este tramo de la película, donde uno quiere ver el entrenamiento militar, este se pasa de puntillas con escenas que no vienen a cuento como la del simpático cocinero del regimiento enseñando como funciona la cocina en el Campamento, y señalando que en el combate "no tendrán estos lujos" a la hora de poder cocinar.

Finalmente nuestros queridos héroes serán enviados al combate. El General al mando comunicará a uno de nuestros protagonistas, que el Capitán Rambo será enviado a otro lugar de EEUU en lugar de al combate, pero éste para enmendar su error anterior, le contará todo a su superior para así conseguir que Rambo vuelva no solo al combate, si no a Australia a recuperar a su amada. Se casarán y Rambo vuelve a la guerra en una importante misión en una isla ocupada por los japoneses.

Rambo y su pelotón saltarán en paracaidas, mientras que el Oficial al mando y el resto de las tropas desembarcarán en la isla. Una vez en el corazón de la jungla, Rambo y los suyos consiguen abrirse paso a metralleta limpia hasta conseguir descubrir el puesto enemigo desde el cual están atacando a las tropas que desembarcan. En un gesto heroico y jugándose el pellejo en primera persona, Rambo ganará la guerra él solo. En Australia, nuestra mujer co-protagonista sale al aeródromo a contemplar como despegan aviones, mientras en su mensaje final alaba a todos los que combaten de una manera en la guerra, y a las familias de los mismos. The End.

La Escena
Sin duda alguna el realismo no es, ni de lejos, uno de los puntos fuertes de la película. Ya en la primera escena bélica se ve como un hombre solo, puede ir por la jungla como un energúmeno a buscar al enemigo sabiendo donde está y aparecer por su lateral para cargárselos a cielo abierto removido por la ira.

Pero, toca hablar de la última secuencia bélica. A pesar de que algunas tropas han podido desembarcar en la isla, las tropas japonesas bombardean las lanchas que se aproximan a la isla, algunas de las cuales estallan por los aires (eso sí, no se ven muertos como en el cine de los últimos años, solo maquetas). En esas el protagonista principal de la película, nuestro enamorado héroe, junto a su pelotón, habla tan tranquilo por radio encontrándose a escasos metros de los japoneses.

Por si la situación no fuera rocambolesca y uno no se preguntara ¿Por qué no acaban con esos hijos de nipón si los tienen ahí delante?, nuestro héroe decide ejercer de galones e ir él solo a por el enemigo. Correrá como un loco para lanzar una granada (o una bomba, algo que explote y mate a todos los malos) y acabar así con el peligro. Sin interés, sin tensión, sin emoción... y sin arriesgar nada más que una vida, en una secuencia de tres segundos se finiquita al enemigo.

Crítica
La patriotada en cuestión no deja de ser un film de Serie B típico de la época. No todo iban a ser los grandes clásicos conocidos como "Objetivo: Birmania" o "Destino Tokio", en muchas ocasiones tocaba encontrarse con films poco conocidos como este en cuestión. Dirigida por un hombre que no es excesivamente reconocido por la historia del cine, pero protagonizada por dos rostros conocidos, uno ya en aquella época y otro que pasaría posteriormente a la historia.

Con esas bases, se trata de una película olvidada y con razón, por su flojera narrativa en algunos aspectos. No dispone ni de un gran presupuesto, ni de unas escenas bélicas memorables, ni nada por el estilo que haga pensar que su olvido sea injusto. "Una de patriotas en el Pacífico" es otra película más, otra muesca sobre  el ejército japonés para justificar ciertas atrocidades que vendrían.

En esta cruzada, en esta guerra santa no podía faltar el toque progresista de la labor de la mujer. Aquí interpretada por una miembro de las Fuerzas Aéreas cuya labor no acaba quedando clara en ningún momento. Sabemos que pertenece al ejército pero no se llegan a ver sus funciones en ningún tramo de la película más allá de ser la enamorada/florero del protagonista.

Completan el film un par de actores con vis cómica, como el cocinero, siempre necesarios en este tipo de producciones para quitar hierro al asunto bélico, y una historia de amor poco trabajada. Se ven, se conocen, se quieren casar y casi todo les va bien en la vida. Ni triángulos amorosos, ni amagos de ello, ni nada que de más chispa a esa parte central de la película.

Sin duda, estamos ante una producción, a la que el paso del tiempo le ha hecho flaco favor. Pero antes de que penséis que no la veréis en la vida, os la he de recomendar. En primer lugar, porque todo cine bélico es recomendado (aunque sea un mínimo) en este blog. Y en segundo lugar porque debemos ser conscientes de que es víctima de su época, pero que su corta duración (90 minutos) la hacen un entretenimiento ameno si el Blanco y negro y las historias simplonas de los años 40 no nos hacen mal alguno.

¿Y el título es...?
"Aprendiendo a morir" (Marine Raiders, su título original), película dirigida por Harold D.Schuster y producida por RKO, productora de "Ciudadano Kane". En el reparto, además de un Pat O'Brien reconocido en la época, toca destacar la presencia como co-protagonista de Robert Ryan, actor que veríamos en clásicos como "El día más largo" o "La batalla de las Ardenas".

Nota: 4,5
Lo Mejor: Que va al grano en todo momento, no llegando a aburrir.
Lo Peor: Escasa en ingredientes bélicos y con una historia de amor muy de la época.

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