David Lean y el Cine Bélico: Gran Bretaña bajo las bombas

David Lean tenía 32 años cuando Alemania inició sus bombardeos sobre Gran Bretaña durante la II Guerra Mundial. ¿Su oficio? Dependía del rodaje, desde ayudante de cámara a montador. Aquí fue como se llegaría a hacer un nombre entre los directores británicos del momento (años 40) que le acabaría catapultando con el paso del tiempo a ser uno de los más grandes directores de la historia en general, y del cine bélico en particular.

Como montador, corría 1941 cuando contribuyó en una de las películas británicas de aquella guerra: "Los invasores". Tras las cámaras estaba Michael Powell, uno de los directores con mayor cv bélico de todos los tiempos. La película que inició su preproducción en 1940 fue un encargo del Servicio de Información. Inicialmente querían realizar un film sobre dragaminas, pero Powell rechazó tal propuesta y puso sobre la mesa la idea de una película ambientada en Canadá, con supervivientes de un submarino nazi de por medio intentando huir a la neutral Estados Unidos, con el objetivo de concienciar de este modo a la Opinión pública estadounidense para que entraran en la guerra como hicieran en 1917.


La propuesta siguió adelante y Powell pudo realizar el film propagandístico. David Lean sería el encargado del montaje, si bien su sueño era el de acabar siendo Director de cine. La producción sería un éxito, y en tres meses en las salas de una Gran Bretaña bajo las bombas (mucho mérito hacer cine y llenar salas en esa situación) lograría recuperar lo invertido. Eso sí, el principal objetivo de Powell no se cumpliría, puesto que la película llegó a Estados Unidos unos meses después de su estreno en Gran Bretaña, ya entrado 1942, y tras Pearl Harbor. Los 'Yankees' ya habían entrado en la guerra antes de poder visionar la película.

El Ministerio de Información rechazaría, a pesar del éxito, financiar completamente ninguna película de ficción (aunque sí colaborarían económicamente en posteriores rodajes). Y Powell, que ya tenía horas de vuelo en el cine bélico volvería a la carga en 1942 con "One of our aircraft is missing" película sobre un avión de la RAF abatido en Europa cuya tripulación sobrevivía e intentaba por todos los medios volver a las islas. Nuevamente el nombre de David Lean estaba en el montaje, aunque en esta ocasión Powell no dirigiría él solo, contando con quien sería su socio durante años: Emmeric Pressburger, con quien dirigiría numerosas hazañas bélicas.

Sangre, Sudor y Lágrimas
Uno de los motivos por los que no se separaría de Pressburger fue porque David Lean llegaría a declinar una oferta de Powell para ser su co-director en una producción bélica. El motivo por el que el por entonces montador rechazara tal propuesta fue porque aceptaría su primer film tras las cámaras, también como co-director, de uno de los grandes actores de teatro del momento: Noel Coward. La película en cuestión sería "Sangre, sudor y lágrimas" (In which we serve).

Se comenta que fue el propio Winston Churchill quien comentó a Coward la idea de que realizara una producción bélica centrada en la Gran Bretaña de la guerra y que aunara los esfuerzos de todo el mundo. Que la gente pudiera sentirse identificada con la producción. Coward cogió el guante y se puso manos a la obra basándose en la historia de Lord Mountbatten, cuyo destructor, el HMS Kelly estuvo a flote durante el conflicto desde 1940 hasta 1941, cuando sería hundido cerca de la isla griega de Creta.

Filippo Del Giudicce sería el productor, si bien existe la curiosa anécdota de que este comunista italiano de cierta fama en la época llegaría a reconocer a miembros de la producción que estaba en la ruina y que la única manera de sacar el proyecto adelante sería mostrando ciertas imágenes y  el guión al Ministerio para que ayudase en la financiación de la película. Inicialmente se estipulaba en 180,000 libras el proyecto, pero acabaría costando 240,000.

Fue el propio Del Giudicce y otros miembros que colaborarían con Coward en la producción quienes pondrían sobre la mesa el nombre de David Lean como co-director. El actor teatral no tenía experiencia en esas lides y, por si fuera poco, se reservaría el papel protagonista en la película, con lo cuál tocaba que alguien se encargase de dichas tomas. De este modo, el bueno de David Lean lograría su primer rodaje tras las cámaras.

En cuanto al guión, a pesar de que en términos oficiales Noel Coward fue el escritor, este tuvo que ser revisado. ¿El motivo? El libreto que el actor puso sobre la mesa excedía en páginas y daba, según Del Giudicce, para una película de más de seis horas, además de centrarse en exceso en los prolegómenos de la guerra. Coward decidió dejar la reescritura del guión en manos más sabias, estando entre ellas las del propio Lean. Inspirados en el éxito de aquellos tiempos: "Ciudadano Kane", se lanzó la película a modo de flashbacks.

La película se centra en un buque de guerra británico, el destructor Torrin, y en toda su tripulación. El papel más importante es el del Capitán Kinross, interpretado por Coward, pero asímismo la película iría conociendo diferentes miembros de la tripulación y sus dramas familiares. El reparto incluía a John Mills, entonces sin trabajo y que acabaría siendo una de las estrellas del cine británico en las dos siguientes décadas y un jovencísimo (apenas contaba con 17 años) Richard Attenborough, conocido por su papel de Gran X en "La Gran evasión", así como su labor como cineasta con "Un puente lejano" o la Ocrarizada "Ghandi".

El rodaje duró casi medio año, iniciándose en noviembre de 1941. En 1942 con el rodaje a punto de terminar llegó a visitar el set de rodaje el mismísimo Rey Jorge VI con su familia. Como detalle importante, al narrar un hundimiento, ya que todos los flashbacks procedían del momento en el cuál los supervivientes estaban a la deriva en una barcaza hinchable, se necesitó un tanque de agua en Estudio. John Mills reconocería que se pasó casi todo el rodaje pasado por agua.

La película fue todo un éxito y acabaría incluso llegando a la Academia de Hollywood, que la nominaría a Mejor Película del año. El éxito, eso sí, recayó en casi su totalidad en Noel Coward, obviando por completo a un David Lean que no tenía fama tras las cámaras. Eso sí, años más tarde, el actor John Mills reconocería que Lean fue el encargado de casi todo el rodaje, y que Coward se limitaba a dar órdenes a los actores. Cuando, inicialmente, se dijo que Lean solo había dirigido las escenas de Coward como protagonista y lo rodado en el tanque de agua.

David Lean iniciaba así, aquí, su gran carrera como cineasta. Eso sí, como su experiencia era la de Montador, se encargaría, junto a Thelma Myers, de montar la película. Un montaje laborioso al tener que incluir numerosos pasajes al pasado. Como detalles a tener en cuenta, se empleó un formato parecido al de "Ciudadano Kane" a la hora de ir atrás y adelante en el tiempo. Por ejemplo, cuando el personaje interpretado por Coward cae al agua y está luchando por sobrevivir bajo el agua, se escucha el sonido del fondo del mar y las burbujas cuando se pasa atrás en el tiempo. Incluso en dicha secuencia del pasado, se llega a escuchar el sonido del fondo del mar para que el espectador entienda que todo eso ya ha sucedido.

No solo se "copió" la idea de los flashbacks, si no el cómo hacerlo. El propio personaje de Coward repite incesantemente en voz en off "Firmaré por él encantado", una frase repetida en numerosas ocasiones para viajar atrás en el tiempo... vendría a ser la similitud con el ya famoso "Rosebud" que Orson Welles emplearía en su gran éxito periodístico para la gran pantalla para utilizar el paso del tiempo.

"Sangre, sudor y lágrimas" es un film patriótico sin ninguna dura, y propagandístico a más no poder. Cuenta con tres protagonistas principales (si bien entra en más historias) cada cual de una clase social diferente. El objetivo final no era otro que hacer ver a todo el mundo que pertenecen al mismo barco y han de remar en la misma dirección. También ese empleo puramente documental en el inicio de la producción para narrar la construcción y botadura del Torrin ayuda a hacer ver que todos, desde el ingeniero, los trabajadores, los marinos o las familias de los mismos, luchan en esa guerra contra el fascismo. Por si no quedaba claro a lo largo del metraje del film, ya en la frase final acaba por dejar claras las intenciones:

"Aquí termina la historia de un barco, pero siempre habrá más barcos (...) con hombres dispuestos a zarpar. Son estos hombres, en paz o en la guerra, a quienes tanto debemos...".

El entramado propagandístico del film puede que haya restado a Lean méritos en dicho largometraje. Pero, sin duda alguna, fue la primera piedra donde se cimentó la gran carrera como Director del doblemente oscarizado por "El puente sobre el río Kwai" y "Lawrence de Arabia". Pero esas historias las dejo para próximos capítulos.


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