MISIONES SUICIDAS: "Los héroes de Telemark"

Este mes de febrero, aún en pleno Invierno, he querido rendir homenaje a la Resistencia de Noruega en el apartado de Misiones Suicidas. Kirk Douglas y Richard Harris protagonizan una de hazañas bélicas basada en hechos reales bajo el título de "Los héroes de Telemark", dirigida por Anthony Mann en 1965, una gran década para el cine bélico.

Objetivo: Destruir la fábrica donde los alemanes están fabricando agua pesada, indispensable cara a la carrera atómica que decidirá la guerra.

Operativo: La primera parte de la Operación consistirá en llegar a Gran Bretaña para informar al Alto Mando del peligro que acecha. Posteriormente, miembros de la Resistencia nórdica decidirán si es viable una operación de Comandos antes de emplear el Plan B: Bombardear la zona, con el riesgo de víctimas inocentes. Si se da luz verde al proyecto, llegarán comandos
británicos para colaborar y destruir, con nocturnidad, la fábrica.

¿Cómo transcurre en realidad? Tras descubrir fotografías que confirman que los alemanes están fabricando agua pesada para conseguir la bomba atómica, el Doctor Pedersen (Kirk Douglas) y el líder de la Resistencia Knut Stand (Richard Harris) embarcan en un barco rumbo al Norte para apoderarse de él y llevarlo, en realidad, a Gran Bretaña. Por el camino, tras conseguir apoderarse del barco con facilidad, deberán sobrevivir a minas marinas, gracias al ingenio de Knut, que disparando consigue destruir algunas, y de Pedersen, que se jugará el pellejo para separar una mina.

Una vez en Gran Bretaña y tras informar al alto mando, son enviados en paracaidas de vuelta a Noruega. Una vez ahí son informados de la situación de la fábrica y, a pesar de tener al líder alemán de turno en el cogote sospechando de Pedersen, decidirán continuar con la misión. Llega la noche clave de la Operación y los aeroplanos donde viajan los comandos británicos se estrellan. Lejos de abortar, deciden continuar la misión los nueve miembros de la Resistencia. Entrarán con nocturnidad a la fábrica,colocarán los explosivos y saldrán corriendo ante la alarma de los alemanes. Sólo morirá uno de ellos.

Lo peor, sin embargo, estará por venir. Un hombre del que sospechaban y al que habían decidido no matar y tener prisionero, se escapa y da parte a los alemanes. Estos perseguirán a Knut y Pedersen; Este último acabará herido, pero matará al traidor antes de ser descubierto por los alemanes y ser hecho prisionero. Logrará, jugándose la vida, salir del autobús destino a un campo de prisioneros. Las malas noticias, no vendrán solas ya que los alemanes tenían como plan B más máquinas en Berlín para sustituir las otras en caso de sabotaje, y en apenas dos semanas vuelven a estar en pleno rendimiento.

El hombre que la Resistencia tiene infiltrado en la fábrica se acabará jugando la vida para sacar una valiosísima información: El agua pesada viajará rumbo a Alemania en barco. Knut y Pedersen deciden que, aún a riesgo de matar civiles (entre ellos niños) toca hundir como sea ese barco con el cargamento. Prepararán explosivos y por la noche colocarán los mismos en el barco, con el objetivo de que este explote un rato después de haber partido. Pedersen verá que la mujer del ex compañero muerto en el sabotaje a la fábrica, con su bebé recién nacido, embarcarán en la nave. Decide subir al barco para poner a salvo a los mismos, y al resto de niños antes de que el artefacto explote. Explota, todo es un éxito, y gracias a Pedersen logran salvar la vida todos los niños.

Balance de la misión: 6/10
Toca enumerar todas las dificultades a las que hacen frente nuestros protagonistas. Inicialmente apoderarse de un barco cuya presencia enemiga consiste en un traidor a su patria, pan comido. Después está el affaire de las minas marítimas, algo que genera tensión (música trepidante), pero que no deja de ser un aperitivo de lo que pueda venir en la misión. Una vez de vuelta a Noruega el primer peligro es el oficial alemán, que no parece tonto (aunque no acabe de ser listo) que casi les descubre a Pedersen y a su ex mujer (historia romántica incrustada en la película).

Una vez tiene lugar la Operación nos topamos con descubrir a un hombre sospechoso. Deciden, como seres humanos que son, no matarle, lo cual les traerá problemas. La misión es un éxito a pesar de faltar los 50 comandos británicos. Es decir, que nueve tíos preparados entran sigilosamente sin problemas, de noche bajo la nieve y hacen estallar todo eso. Solo les descubren cuando salen corriendo por la puerta cuando el artefacto hace explosión y saltan las alarmas. En esta parte de la misión toca destacar el descenso por el acantilado, algo vertiginoso y trepidante y que puede recordar a "Los cañones de Navarone", si bien es rodado como un film de aventuras y no genera en el espectador la sensación de miedo a caer que sí generaba el anterior film analizado.

Explotar la fábrica, visto lo visto, parece pan comido. Huir de una tropa de nazis en esquíes es la parte más emocionante de toda la película. Tras ello, queda hundir el barco y salvar a los niños. La realidad es que suceden muchas cosas interesantes en las dos horas de duración, pero la sensación que genera es que todo lo hacen fácil y sin pestañear, y que lo único que complica la misión son las decisiones erróneas por el camino, como pudiera ser dejar vivo al hombre sospechoso o, en el final, decidir hacerse el héroe y salvar vidas humanas cuando la misión ya estaba cumplida.

Es por eso que no puedo puntuar excesivamente bien la Operación dentro del peligro de la misma. Da la sensación de dificultad, tiene momentos donde los protagonistas se exponen clarísimamente al peligro. Pero, por desgracia, pasa bastante de refilón todo ello.

Crítica
Anthony Mann fue un buen artesano del cine, con buena experiencia en cine de acción o espectacular. En esta ocasión es precisamente dicha espectacularidad lo que debe primar, y lo consigue en algunas escenas como la de la persecución de esquíes, o el momento previo a asaltar la fábrica con el momento de descenso por el acantilado. También el final está bastante a la altura (el hundimiento) dentro del tono global de la película.

El problema no es un director especializado, ni un actor principal (o dos actores) con suficiente nivel para que la película sea todo un éxito. El problema radica en todo lo demás. Lo que va rodeando las algo más de dos horas de duración acaba generando algún que otro momento de bajonazo en la película debido a la falta de ritmo de la misma. Las secuencias de acción se suceden de poco en poco y con momentos lo suficientemente pausados para que uno respire y se olvide de lo visto hasta ese momento.

Estamos ante un interesante y entretenido ejercicio de cine bélico, pero ante una más de las películas rodadas sobre hazañas bélicas. Su reparto, su director y el estar basada en hechos reales la hacen lo suficientemente memorable como para perdurar en el recuerdo de no pocos cinéfilos. Ayuda, también, una belleza de imágenes, con paisajes nevados, que la hace única y diferente a otras producciones.

Sin embargo, como digo, la falta de ritmo, de cierta cohesión en las escenas de acción, o de una historia romántica de turno no excesivamente trabajada la acaban dejando en un rango muy inferior a los grandes clásicos (no decidí incluirla en la #guerradecinebélico dedicada a los clásicos de la IIGM) y, por lo tanto, la hacen una película que merece la pena ver como amante del género, pero que no aporta realmente nada nuevo más que conocer la historia de esos hombres que salvaron la guerra evitando que el Tercer Reich se hiciera con herramientas clave para fabricar la bomba atómica.


Nota: 6/10

Lo Mejor: La persecución en esquíes y lo interesante del relato
Lo Peor: Falta de acción y, por lo tanto, demasiados momentos blandos.

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