La IIGM en el Cine (Capítulo XXIV): "El gran secreto" (M.Frank y N.Panama, 1952)

La batalla de Okinawa sería una de las batallas más sangrientas de la guerra en el Pacífico. El ejército japonés, no obstante, había demostrado por activa y por pasiva su disposición de no rendirse. El Alto mando de los EEUU decidió que la mejor manera para evitar la muerte de numerosos jóvenes soldados aliados la mejor manera era zanjar el asunto de la manera más directa: Bombardeando Japón hasta la rendición.

Dos bombas atómicas, los días 6 y 9 de agosto de 1945, sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki pusieron fin al asunto. El Imperio del Sol Naciente se vio obligado a rendirse antes de que sus ciudades fueran convertidas en cenizas y sus civiles, acribillados con la simple detonación de una bomba dispuesta a acabar con todas las guerras: La bomba atómica. Para narrar estos hechos, he decidido poner sobre la mesa la película "El gran secreto" que narra los preparativos de la operación con Paul W.Tibbets, responsable del Enola Gay, el B-29 que lanzó la bomba sobre el primero de dichos objetivos.


Sinopsis
El Teniente Coronel Tibbets (Robert Taylor) está a punto de ser ascendido en la Campaña del Norte de África. Corre 1943. Pero el hecho de cuidar de sus compañeros tras una misión complicada a 2000 metros de altura, le acarreará problemas. Al negarse a volar nuevamente ese mismo día sobre el mismo objetivo a tan baja altura, será recriminado por su superior. Un General que estaba en la sala y que tiene una misión de muy arriba acabará hablando con Tibbets. Su carácter le ha gustado y le ofrece un trabajo en Estados Unidos.

Durante el vuelo de África a América recibe más noticias sobre su misión. El prototipo de B-29 está teniendo numerosos problemas y quieren un piloto capaz de, en el aire, ir solventándolos para la puesta a punto de tan importante avión. Una vez en tierra, únicamente tendrá media hora para ver a su mujer (Eleanor Parker), a quien no ve desde hace mucho tiempo, y poder conocer por fin a su hijo, que ya tiene un año. Rápidamente debe poner rumbo a la base desde la cual iniciará su primera y no menos importante misión.

La voz en off de Lucy (su mujer) nos irá narrando los problemas a los que debe hacer frente Tibbets y su tripulación para poner a punto el B-29. Fuego, zonas del avión que hacen que los artilleros puedan salir volando por los aires, motores que se averían, trenes de aterrizaje. El día en que Lucy pudo conseguir un permiso para ver a su marido, sufrió tanto al verle aterrizar sin un motor y sin tren de aterrizaje, decidió que no volvería. Por suerte, tras largos meses, la misión estaba cumplida y Tibbets volvía a casa para pasar tiempo con su mujer y su hijo... mientras esperaban el nacimiento de otra criatura.

Pero, cuando todo parece que irá idílicamente para la familia, y pretenden pegarse una escapada a la montaña, llega un inoportuno telefonazo y Tibbets, cumpliendo órdenes, debe ponerse a las órdenes de un General. Eso sí, le explican en breves frases cuál sería su cometido y el alto secreto de la misma. Apretará un botón, morirán 100.000 personas, pero acortará la guerra evitando víctimas innecesarias. Poco después aceptará y le comentarán de qué se trata: La bomba atómica. Mientras intentan descubrir como solucionar ciertos problemas, deberá ir preparando a una tripulación escogida a su antojo, para tan importante misión. Nombre en clave de la Operación: Bandeja de Plata.

El secreto de la Operación es tal que los miembros que se van de la lengua serán castigados a calabozo de una semana, para que se lo piensen dos veces en la próxima. Poco después a la base podrán ir llegando las mujeres de los hombres escogidos, pero no así la de Tibbets que hasta que no ha dado a luz al segundo de sus hijos, no será enviada a la Base. A partir de ahí viene la parte complicada de la relación entre Lucy y Paul. Ella querrá conocer qué labor ejerce su marido, por qué pasa tan poco tiempo en casa y el por qué de su carácter cada vez más irascible.

Muchas preguntas que él no puede responder, sabiendo que está vigilado bajo lupa, pero tampoco nadie de la base podrá decirle. La locura se va apoderando de una mujer que ve que la persona que ama no está para ella en ningún momento, y la situación cada vez es más insostenible. Mientras tanto, en uno de sus viajes a Los Álamos, el aún Teniente Coronel Tibbets recibe nueva información. La bomba atómica debe detonarse a 500 metros del suelo y no con el contacto, y nadie le puede garantizar que puedan salir de allí vivos una vez completada su labor.

Tras esto, será ascendido a Coronel y se le encomienda la misión de preparar la fase final de la Operación. Cuando él crea que están preparados, deberá dar "Luz azul" al asunto (que no verde), y Bandeja de Plata será una realidad. En casa la enésima discusión con su mujer acabará con la relación cerca de la separación... y con ella marchando con sus hijos, sobretodo después de que ella en un último intento, preguntara al miembro de Seguridad de la Base (James Withmore) por el objetivo de tal importante misión que ha provocado que su marido sea otro.

Tibbets da luz azul y todos se ponen manos a la obra. Los B-29 viajarán rumbo al Pacífico y, una vez allí, esperarán instrucciones. Hay cuatro posibles objetivos: Hiroshima, Nagasaki, Fukuda y Nakata... y se decidirá cuál de ellos será quien se lleve el premio gordo en base a los partes meteorológicos efectuados el mismo día de la Operación. Es decir, tras despegar, aún no sabrán a qué isla pondrán rumbo. La mala suerte aquella mañana, se cebaría con Hiroshima.

El Enola Gay (nombre puesto la noche anterior, y que es el de la madre de Paul) sale rumbo a uno de sus objetivos la mañana del 6 de Agosto de 1945. Un avión, una bomba... sin escolta (pero con dos aviones fotográficos cerca, para salir en todas las portadas). El factor sorpresa es un elemento clave. Tampoco había que arriesgar a una inoportuna explosión en el despegue que hiciera volar la base por los aires y, por ello, un capitán es el encargado de armar la bomba en el aire, una vez hayan despegado. Con todo en marcha y tras ese momento de tensión, conocerán su objetivo: Hiroshima, y lanzarán la bomba.

A miles de kilómetros de allí, la mejor amiga de Lucy le dirá que ponga la radio, que su marido será condecorado al haber bombardeado una ciudad japonesa. Pone la radio ilusionada al ver que su relación puede seguir viva, y que la guerra llega a su fin, mientras los fotógrafos, carroñeros, lanzan sus fotos. En el aeródromo de Washington esperará a su marido. Se abrazan, tras haber sufrido de lo lindo en los últimos tres años de su relación. The End.

Escena
Sin duda alguna, la mejor escena de la película no es otra que la del lanzamiento de la bomba sobre Hiroshima. En dos horas de película apenas vemos una escena bélica durante los primeros tres minutos de metraje, rodada con poco estilo o presupuesto. Pero el tramo final sobre Hiroshima resulta interesante, superando con creces el tramo del bombardeo a Tokio de "30 segundos sobre Tokio".

El Enola Gay despega con su tripulación y vemos como un hombre va a armar la bomba, que no podía hacerse en tierra por el riesgo que corrían. En ese momento Robert Taylor muestra sudor y sufrimiento en su rostro... es el único miembro de la tripulación que sabe lo peligroso que es lo que se está haciendo. Posteriormente, tras armar la bomba, comunica a la tripulación la misión.

Tras conocer el destino: Hiroshima, preparará todo lo necesario junto a sus hombres para que salga bien. Llegan allí y, sin tener ningún sobresalto, lanzan la bomba. Esa cuenta atrás, conociendo el espectador en todo momento lo devastadora que será dicha explosión, es angustiosa... uno sabe que es el final de la guerra, pero, sobretodo, el final de miles de personas que hacen su vida normal 10.000 metros más abajo, sin saber lo que les viene encima.

La bomba cae, y Tibbets gira el avión para evitar que la explosión les sacuda. Todos los miembros inicialmente se ponen las gafas para evitar la radiación y no miran en el momento de la explosión. Pero, tras la misma, todos miran por la ventanilla, horrorizados. Tibbets llegará a exclamar su célebre frase: "Dios mío", antes de comunicar con el rostro desencajado de que la mision se ha cumplido con "resultados buenos". Abajo, se nos muestra el plano de una ciudad en llamas, mientras el efecto de la bomba, con esa gran nube de humo que vuela por los aires, nos recuerda la tan famosa imagen de tan horroroso día.

Crítica
"El gran secreto" es una película menor, muy poco conocida, dirigida a dos bandas por Melvin Frank y Norman Panama. Es en el reparto, encabezado por Robert Taylor, que venía de hacer Quo Vadis, donde la película tiene algo más de fuste, y en una historia que a pesar de poderse eternizar en sus dos horas de duración, sabe mantener el ritmo constante, sin pausa, para llegar a buen puerto.

La película no deja de ser un drama ambientado en la guerra, que por un lado nos muestra los pormenores de una Operación tan importante como poco belicosera y, por lo tanto, poco tentadora de ser llevada al cine. Por ello, echar mano de la difícil relación familiar de Tibbets es todo un acierto. A alguno le podría parecer innecesario, pero hace que sea mucho más interesante su labor y su protagonismo en la película.

En lugar de centrarse en narrarnos cronológicamente una Operación, lo que hubiera dado para una película mucho más sencilla y corta, se echa mano de momentos donde la tensión va in crescendo. A medida que el personaje se acerca a su objetivo real, se va alejando cada vez más de su familia. Sabe que la importancia de su misión y todo el peso que debe sorportar a mando de su B-29 juegan radicalmente en contra de su familia.

Por lo tanto, este interesante drama familiar con la guerra como telón de fondo, con el deber por encima de todo lanza ciertas preguntas al aire. No ya el quién sería capaz de aceptar una misión donde podía acabarse con tantas vidas, si no la justificación de que con esas vidas, se acabaría de una vez por todas con ese suplicio, con ese calvario que puede llevar a un hombre a perder mucho más que los papeles.

La película es un interesante e intenso relato de la vida familiar en tiempos de guerra y, por si fuera poco, un cronológico documental ficcionado para la película sobre ciertos aspectos de la Operación Bandeja de Plata. El resultado no pasará para la eternidad, nunca será reconocida como lo mejor del género porque no lo es. Pero es una entretenida e interesante historia que merece la pena ver y que, venía muy al caso para culminar mi particular homenaje a la Segunda Guerra Mundial en el cine.

Ha sido un placer compartir 24 títulos cronológicos sobre la madre de todas las contiendas. Aún os espera una pequeña sorpresa en modo de 25ª película narrando el no tan victorioso retorno a casa de los vencedores.

Nota: 6

Lo Mejor: Los duros momentos que pasa la relación, y el tramo final con la bomba sobre Hiroshima
Lo Peor: Que no deja de ser un drama menor saldado con buen gusto pero sin mucho fuste.

Comentarios

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *