Mientras en Europa se había resistido a la última gran ofensiva alemana en las Ardenas, y en el Este los soviéticos ya pisaban territorio alemán, en el Pacífico los americanos pondrían pie en una isla japonesa: Iwo Jima. Por primera vez, tras reconquistar el resto de islas del Pacífico, los yankees pisarían territorio japonés, y estos "en su casa" se defenderían hasta la muerte. La batalla que tuvo lugar a partir de enero de 1945 pasaría a la historia por la famosa foto de soldados americanos colocando una bandera en el monte Suribachi.
Estos hechos fueron contados por primera vez en el cine en "Arenas sangrientas", cuyo título en inglés, "Sands of Iwo Jima" (Arenas de Iwo Jima) hacía referencia a dicho territorio. En la película se veía la conquista de Tarawa y de Iwo Jima. Pero, sin duda, sería Clint Eastwood quien, ya entrados en el Siglo XXI se metió de lleno en dicha batalla con dos películas hermanas, "Banderas de nuestros padres" y "Cartas desde Iwo Jima", cada una contada desde un bando diferente. Sin duda alguna, un binomio que se complementa perfectamente si bien la mejor de las dos, claramente, es la segunda, que narra los avatares del bando japonés.
Aquí, en Todosobremicinebélico, no obstante, me quedaré con la primera de las dos, esa "Banderas de nuestros padres" algo olvidada por su hermana pequeña (se estrenaría más tarde la parte japonesa), y que nos mete de lleno en la historia de la famosa bandera. Porque, si algo tuvo esa batalla, más allá de sangre, fue ese hecho histórico que declaró al mundo un "Estamos ganando la guerra". Tres de los integrantes de dicha foto harían un propagandístico recorrido por Estados Unidos para conseguir bonos de guerra. Esta es la historia de esos tres hombres.
*Cabe destacar que uno de los tres personajes principales, el nativo americano Ira Hayes, tuvo su versión cinematográfica en los años 50, con Tony Curtis como protagonista, "El sexto héroe".
Sinopsis
La película nos cuenta como, en la actualidad, un anciano va contando a un jóven la historia del padre de éste, la historia que había detrás de la famosa foto de la bandera colocada en el monte Suribachi. Posteriormente se ve como tres jóvenes, uniformados, ascienden una pequeña colina. El espectador cree que están en la guerra, pero al clavar la bandera en la cima, una lluvia de fuegos artificiales nos muestra el truco: Están en un estadio, ante miles de personas que les aclaman. Son héroes, pero ¿Qué han hecho para conseguir tal fama?.
En modo de flashback se nos mostrará su entrenamiento y preparación previas al asalto a Iwo Jima. Los tres personajes principales son John "Doc" Bradley (Ryan Philippe), Rene Gagnon (Jesse Bradford) e Ira Hayes (Adam Beach), el indio nativo. Vemos como Rene será destinado a hacer de mensajero durante la batalla. Conocemos brevemente a otros personajes, amigos de la compañía, o al querido sargento (interpretado por Barry Pepper) que cuidará de ellos en el bautismo de fuego. El desembarco, en aparente normalidad, dará consigo a una descabellada batalla por la supervivencia.
Es ese tramo de la película el que en el entramado bélico mayor importancia tiene. Algo más de un cuarto de hora de balas por todos lados, desmembramientos, tanques destrozados, que dará consigo a otro salto temporal, muy común en la película.
De este modo, vamos entrelazando lo que sucede a partir de abril de 1945 con lo que pasó en Iwo Jima. Vemos como con Rene habla un miembro de la propaganda que se encargará de convertirle en héroe, hablan de una bandera que se ha hecho viral entre el público de Estados Unidos, y Rene da los nombres de quienes estuvieron en la foto. Ira Hayes no quiere saber nada y le pide que no de su nombre. Sin embargo, Rene acabará cediendo ante la presión y mencionará a Ira. Como tres de los seis miembros de la foto están muertos, sólo tres serán sacados del infierno para hacer campaña publicitaria por EEUU.
Doc, que estaba herido en el hospital pero recuperándose, Ira que bajo remordimientos de conciencia no parará de darse a la bebida todas las noches y Rene, el único que de verdad parece disfrutar con ser famoso. Sin embargo, Ira deja claro que hay dos banderas, que ellos sí son los de la foto pero que anteriormente había otra bandera que fue sustituida. Y, al mismo tiempo, declara que uno de los nombres que Rene ha dado es incorrecto, al tratarse de un hombre que sí clavó la primera bandera, pero no esta segunda. De esta historia tenemos ligeras sospechas cuando vemos a una madre de familia decirle a su marido que reconoce a su hijo en la foto. Sin embargo, en el pie de foto no aparece el nombre de su fallecido hijo.
Los héroes, intentando mantenerse aislados de la guerra, continúan su campaña, algo difícil para Haye que no para de buscarse problemas. A pesar de la insistencia con el tema de las dos banderas, el Oficial al mando de la Campaña publicitaria destaca que están en crisis, y que necesitan como sea dinero de la gente para hacer frente a la guerra, lo que hará que los soldados recapaciten. También vamos conociendo como se fraguó el intercambio de banderas. Unos se jugaron el pellejo para clavar la primera, con el enemigo al acecho. Mientras que los otros llegaron y cumplieron órdenes. Para la historia quedaría que el fotógrafo y un camarógrafo que estaban allí, captaron la instantánea.
Llega la gran noche donde se veía uno de los primeros planos de la película. Doc ha tenido que ir a buscar a Hayes, que estaba borracho y enfurecido, amenazando con una silla a la policia. Son vestidos y suben esa pequeña colina. En el camino, vemos los rostros desencajados de Hayes y Doc, y como estos recuerdan a los que han caido en Iwo Jima. De este modo vemos morir al Sargento y a otros miembros, los que clavaron la famosa bandera y otros amigos.
Los problemas con Ira no concluyen y deciden que es mejor que vuelva a su Unidad. La campaña la continuarán los otros dos jóvenes hasta que esta concluye con la guerra ya terminada. Entre medio, vemos como Rene se casa, ejerciendo de padrino de bodas "Doc". Posteriormente, en un largo epílogo se nos muestra como hirieron al médico en Iwo Jima, y como malherido aún tuvo fuerzas para ir a socorrer a otro herido aun a riesgo de poderse desangrar. El narrador en este tramo final es quien escribe la novela, el hijo de "Doc", y nos va contando como fueron los años posteriores a la guerra.
Ahí conocemos que a Rene no le fue bien y no consiguió un buen empleo a pesar de su fama, que fue efímera, y todos los contactos que fue labrándose durante la Campaña. Doc formó una familia hasta su muerte, y nunca contaría a sus hijos la historia de las dos banderas. A Ira Hayes le fue peor, tras muchos problemas con el alcohol y la policía, acabaría apareciendo muerto, según la policía, de frío, pero nunca se hizo autopsia. Cabe señalar que antes de su muerte llegaría a ir a donde la familia del hombre que sí salía en la foto, para reconocerle la verdad. Posteriormente, en la inauguración de monumento a tan famosa foto, sería invitada la familia de este hombre, pero no así la del que según Rene sí había estado en la foto (que, recordemos, fue uno de los que colocó la primera bandera). La película concluye con el mejor momento de Doc, ese que recordaría de por vida, bañándose en las aguas del Pacífico acompañado del resto de compañeros con los que sirvió en Iwo Jima.
Escenas
La mejor secuencia bélica del film es, sin duda alguna, la del desembarco. Vale que "Salvar al soldado Ryan" había reinventado el género y está a otro nivel. Pero no queda lejos ese momento bélico que he de reconocer que tenía bastante olvidado. Recordaba "Banderas de nuestros padres" (que había visto dos veces desde su estreno) como una película donde los ramalazos bélicos son pequeños flashes y sin mucha continuidad. Sin embargo una parte importante del inicio de la película nos cuenta tan sangriento desembarco.
Tras salir de las lanchas con total normalidad, y ante la duda de donde está el enemigo, los soldados americanos avanzan despacio por suelo japonés. Poco a poco, Eastwood nos va mostrando como ahí hay gato encerrado. O, mejor dicho, japonés escondido. A la que dan la orden de disparar, eso se convierte en un infierno. Cañones desde dos posiciones diferentes escupen bombardeando la playa, a los barcos americanos y a todo lo que se mueve. Las ametralladoras japonesas, en diferentes búnkers o escondites, hacen lo propio.
El resultado final es espectacular y pone la piel de gallina. Cuando aparece un tanque que puede servir de gran ayuda, este salta por los aires. Finalmente, con ayuda de los lanzallamas van poco a poco revertiendo la situación. Mientras tanto, y bajo el fuego enemigo, a escasos metros en la retaguardia, se van amontonando los heridos, a quienes intentan sacar de allí en las lanchas.
Junto a este ejercicio de puro cine bélico rodado con maestría por Eastwood (sin duda, su mejor escena bélica jamás filmada. Superando alguna de "El francotirador"), toca hablar de la famosa escena de la bandera. En uno de los flash-backs se nos contará como se gestó todo. Como el oficial al mando ordenó llevar una bandera para que la colgaran de la cima del monte Suribachi si tenía éxito la expedición. Lo tuvo, la colgaron y los soldados allí presentes se pusieron a defender la posición. Tras esto, llegaría un político a la isla y exigió que se le entregara esa bandera, símbolo de victoria. El Oficial al mando accedía, aún a regañadientes, pero pidiendo a un segundo grupo que subiera a colocar una nueva bandera.
De este modo, este segundo grupo, donde viajaban nuestros tres héroes protagonistas, colocaba la bandera a escasos metros de donde otros hombres estaban quitando la anterior sorprendidos por la estupidez de la orden. Un fotógrafo y un cámara captan el momento para la historia.
Crítica
No cabe la menor duda de que "Banderas de nuestros padres" tiene menor calidad que "Cartas de Iwo Jima". Esto se debe a que su historia está muy hilvanada de flashbacks que, aunque nos dejan seguir con detenimiento la película, entorpecen un poco el resultado final. Mientras en su parte japonesa es un sinfín de batallas por un pedazo de isla, aquí tan solo un cuarto de hora y pequeñas escenas se dedican a la batalla, centrándose más en la campaña de Propaganda.
Pero es ahí donde reside la fuerza de la película. En esa comparativa entre lo feroz y sangrienta que es la guerra y esa historia de tres jóvenes que querían salir de ella pero no ven (algunos) con buenos ojos la manera en la que lo han conseguido. ¿héroes? ¿De qué? Sin duda alguna colgar una bandera, cumpliendo órdenes no es suficiente motivo para colgarse una medalla. Eastwood logra que suframos con ellos en este viaje por Estados Unidos donde son aplaudidos, mientras se nos recuerda lo cruenta que es la guerra.
La película tiene un fondo muy interesante. Una historia que gusta y nos hace captar el interés y que acaban convirtiendo el proyecto en uno de los más diferentes y atractivos de cuantos se hayan rodado de la II Guerra Mundial. Sin embargo, la falta de fragor guerrero hace que se resienta el metraje, si bien hay algo que acaba bajándole la puntuación final: El epílogo.
No vamos a descubrir que hay epílogos largos como el de "La delgada línea roja" pero que van aportando cosas interesantes en esos compases finales. Aquí, la media hora final está destinada a contarnos todo lo que fue de los tres protagonistas tras los hechos narrados. Cuando apenas supera por poco las dos horas, esos treinta minutos de epílogo se quedan en excesivos, dejando el resto de la película como un breve relato.
Ahí es donde el Eastwood más clasicote hace frenar el ritmo de una película que se sostenía bastante bien. No obstante, estamos ante una buena/notable película bélica, que no necesita más escenas de combate porque, precisamente, para eso se rodó "Cartas desde Iwo Jima". Aquí se nos quiere contar la historia de gente vulgar consiguiendo ser héroes y salvando la vida por circunstancias de la vida... y como pudieron o no consiguieron vivir con ello. En eso, el director consigue un relato corto y muy interesante. Una visión diferente de la guerra a la que, el apoyo en una fotografía preciosa, tan gris/negra como el azufre de Iwo Jima, acompaña a la perfección.
Nota: 6,75
Lo Mejor: El desembarco en Iwo Jima, una de las escenas top del cine bélico moderno.
Lo Peor: El desenlace, con un epílogo demasiado estirado.
Estos hechos fueron contados por primera vez en el cine en "Arenas sangrientas", cuyo título en inglés, "Sands of Iwo Jima" (Arenas de Iwo Jima) hacía referencia a dicho territorio. En la película se veía la conquista de Tarawa y de Iwo Jima. Pero, sin duda, sería Clint Eastwood quien, ya entrados en el Siglo XXI se metió de lleno en dicha batalla con dos películas hermanas, "Banderas de nuestros padres" y "Cartas desde Iwo Jima", cada una contada desde un bando diferente. Sin duda alguna, un binomio que se complementa perfectamente si bien la mejor de las dos, claramente, es la segunda, que narra los avatares del bando japonés.
Aquí, en Todosobremicinebélico, no obstante, me quedaré con la primera de las dos, esa "Banderas de nuestros padres" algo olvidada por su hermana pequeña (se estrenaría más tarde la parte japonesa), y que nos mete de lleno en la historia de la famosa bandera. Porque, si algo tuvo esa batalla, más allá de sangre, fue ese hecho histórico que declaró al mundo un "Estamos ganando la guerra". Tres de los integrantes de dicha foto harían un propagandístico recorrido por Estados Unidos para conseguir bonos de guerra. Esta es la historia de esos tres hombres.
*Cabe destacar que uno de los tres personajes principales, el nativo americano Ira Hayes, tuvo su versión cinematográfica en los años 50, con Tony Curtis como protagonista, "El sexto héroe".
Sinopsis
La película nos cuenta como, en la actualidad, un anciano va contando a un jóven la historia del padre de éste, la historia que había detrás de la famosa foto de la bandera colocada en el monte Suribachi. Posteriormente se ve como tres jóvenes, uniformados, ascienden una pequeña colina. El espectador cree que están en la guerra, pero al clavar la bandera en la cima, una lluvia de fuegos artificiales nos muestra el truco: Están en un estadio, ante miles de personas que les aclaman. Son héroes, pero ¿Qué han hecho para conseguir tal fama?.
En modo de flashback se nos mostrará su entrenamiento y preparación previas al asalto a Iwo Jima. Los tres personajes principales son John "Doc" Bradley (Ryan Philippe), Rene Gagnon (Jesse Bradford) e Ira Hayes (Adam Beach), el indio nativo. Vemos como Rene será destinado a hacer de mensajero durante la batalla. Conocemos brevemente a otros personajes, amigos de la compañía, o al querido sargento (interpretado por Barry Pepper) que cuidará de ellos en el bautismo de fuego. El desembarco, en aparente normalidad, dará consigo a una descabellada batalla por la supervivencia.
Es ese tramo de la película el que en el entramado bélico mayor importancia tiene. Algo más de un cuarto de hora de balas por todos lados, desmembramientos, tanques destrozados, que dará consigo a otro salto temporal, muy común en la película.
De este modo, vamos entrelazando lo que sucede a partir de abril de 1945 con lo que pasó en Iwo Jima. Vemos como con Rene habla un miembro de la propaganda que se encargará de convertirle en héroe, hablan de una bandera que se ha hecho viral entre el público de Estados Unidos, y Rene da los nombres de quienes estuvieron en la foto. Ira Hayes no quiere saber nada y le pide que no de su nombre. Sin embargo, Rene acabará cediendo ante la presión y mencionará a Ira. Como tres de los seis miembros de la foto están muertos, sólo tres serán sacados del infierno para hacer campaña publicitaria por EEUU.
Doc, que estaba herido en el hospital pero recuperándose, Ira que bajo remordimientos de conciencia no parará de darse a la bebida todas las noches y Rene, el único que de verdad parece disfrutar con ser famoso. Sin embargo, Ira deja claro que hay dos banderas, que ellos sí son los de la foto pero que anteriormente había otra bandera que fue sustituida. Y, al mismo tiempo, declara que uno de los nombres que Rene ha dado es incorrecto, al tratarse de un hombre que sí clavó la primera bandera, pero no esta segunda. De esta historia tenemos ligeras sospechas cuando vemos a una madre de familia decirle a su marido que reconoce a su hijo en la foto. Sin embargo, en el pie de foto no aparece el nombre de su fallecido hijo.
Los héroes, intentando mantenerse aislados de la guerra, continúan su campaña, algo difícil para Haye que no para de buscarse problemas. A pesar de la insistencia con el tema de las dos banderas, el Oficial al mando de la Campaña publicitaria destaca que están en crisis, y que necesitan como sea dinero de la gente para hacer frente a la guerra, lo que hará que los soldados recapaciten. También vamos conociendo como se fraguó el intercambio de banderas. Unos se jugaron el pellejo para clavar la primera, con el enemigo al acecho. Mientras que los otros llegaron y cumplieron órdenes. Para la historia quedaría que el fotógrafo y un camarógrafo que estaban allí, captaron la instantánea.
Llega la gran noche donde se veía uno de los primeros planos de la película. Doc ha tenido que ir a buscar a Hayes, que estaba borracho y enfurecido, amenazando con una silla a la policia. Son vestidos y suben esa pequeña colina. En el camino, vemos los rostros desencajados de Hayes y Doc, y como estos recuerdan a los que han caido en Iwo Jima. De este modo vemos morir al Sargento y a otros miembros, los que clavaron la famosa bandera y otros amigos.
Los problemas con Ira no concluyen y deciden que es mejor que vuelva a su Unidad. La campaña la continuarán los otros dos jóvenes hasta que esta concluye con la guerra ya terminada. Entre medio, vemos como Rene se casa, ejerciendo de padrino de bodas "Doc". Posteriormente, en un largo epílogo se nos muestra como hirieron al médico en Iwo Jima, y como malherido aún tuvo fuerzas para ir a socorrer a otro herido aun a riesgo de poderse desangrar. El narrador en este tramo final es quien escribe la novela, el hijo de "Doc", y nos va contando como fueron los años posteriores a la guerra.
Ahí conocemos que a Rene no le fue bien y no consiguió un buen empleo a pesar de su fama, que fue efímera, y todos los contactos que fue labrándose durante la Campaña. Doc formó una familia hasta su muerte, y nunca contaría a sus hijos la historia de las dos banderas. A Ira Hayes le fue peor, tras muchos problemas con el alcohol y la policía, acabaría apareciendo muerto, según la policía, de frío, pero nunca se hizo autopsia. Cabe señalar que antes de su muerte llegaría a ir a donde la familia del hombre que sí salía en la foto, para reconocerle la verdad. Posteriormente, en la inauguración de monumento a tan famosa foto, sería invitada la familia de este hombre, pero no así la del que según Rene sí había estado en la foto (que, recordemos, fue uno de los que colocó la primera bandera). La película concluye con el mejor momento de Doc, ese que recordaría de por vida, bañándose en las aguas del Pacífico acompañado del resto de compañeros con los que sirvió en Iwo Jima.
Escenas
La mejor secuencia bélica del film es, sin duda alguna, la del desembarco. Vale que "Salvar al soldado Ryan" había reinventado el género y está a otro nivel. Pero no queda lejos ese momento bélico que he de reconocer que tenía bastante olvidado. Recordaba "Banderas de nuestros padres" (que había visto dos veces desde su estreno) como una película donde los ramalazos bélicos son pequeños flashes y sin mucha continuidad. Sin embargo una parte importante del inicio de la película nos cuenta tan sangriento desembarco.
Tras salir de las lanchas con total normalidad, y ante la duda de donde está el enemigo, los soldados americanos avanzan despacio por suelo japonés. Poco a poco, Eastwood nos va mostrando como ahí hay gato encerrado. O, mejor dicho, japonés escondido. A la que dan la orden de disparar, eso se convierte en un infierno. Cañones desde dos posiciones diferentes escupen bombardeando la playa, a los barcos americanos y a todo lo que se mueve. Las ametralladoras japonesas, en diferentes búnkers o escondites, hacen lo propio.
El resultado final es espectacular y pone la piel de gallina. Cuando aparece un tanque que puede servir de gran ayuda, este salta por los aires. Finalmente, con ayuda de los lanzallamas van poco a poco revertiendo la situación. Mientras tanto, y bajo el fuego enemigo, a escasos metros en la retaguardia, se van amontonando los heridos, a quienes intentan sacar de allí en las lanchas.
Junto a este ejercicio de puro cine bélico rodado con maestría por Eastwood (sin duda, su mejor escena bélica jamás filmada. Superando alguna de "El francotirador"), toca hablar de la famosa escena de la bandera. En uno de los flash-backs se nos contará como se gestó todo. Como el oficial al mando ordenó llevar una bandera para que la colgaran de la cima del monte Suribachi si tenía éxito la expedición. Lo tuvo, la colgaron y los soldados allí presentes se pusieron a defender la posición. Tras esto, llegaría un político a la isla y exigió que se le entregara esa bandera, símbolo de victoria. El Oficial al mando accedía, aún a regañadientes, pero pidiendo a un segundo grupo que subiera a colocar una nueva bandera.
De este modo, este segundo grupo, donde viajaban nuestros tres héroes protagonistas, colocaba la bandera a escasos metros de donde otros hombres estaban quitando la anterior sorprendidos por la estupidez de la orden. Un fotógrafo y un cámara captan el momento para la historia.
Crítica
No cabe la menor duda de que "Banderas de nuestros padres" tiene menor calidad que "Cartas de Iwo Jima". Esto se debe a que su historia está muy hilvanada de flashbacks que, aunque nos dejan seguir con detenimiento la película, entorpecen un poco el resultado final. Mientras en su parte japonesa es un sinfín de batallas por un pedazo de isla, aquí tan solo un cuarto de hora y pequeñas escenas se dedican a la batalla, centrándose más en la campaña de Propaganda.
Pero es ahí donde reside la fuerza de la película. En esa comparativa entre lo feroz y sangrienta que es la guerra y esa historia de tres jóvenes que querían salir de ella pero no ven (algunos) con buenos ojos la manera en la que lo han conseguido. ¿héroes? ¿De qué? Sin duda alguna colgar una bandera, cumpliendo órdenes no es suficiente motivo para colgarse una medalla. Eastwood logra que suframos con ellos en este viaje por Estados Unidos donde son aplaudidos, mientras se nos recuerda lo cruenta que es la guerra.
La película tiene un fondo muy interesante. Una historia que gusta y nos hace captar el interés y que acaban convirtiendo el proyecto en uno de los más diferentes y atractivos de cuantos se hayan rodado de la II Guerra Mundial. Sin embargo, la falta de fragor guerrero hace que se resienta el metraje, si bien hay algo que acaba bajándole la puntuación final: El epílogo.
No vamos a descubrir que hay epílogos largos como el de "La delgada línea roja" pero que van aportando cosas interesantes en esos compases finales. Aquí, la media hora final está destinada a contarnos todo lo que fue de los tres protagonistas tras los hechos narrados. Cuando apenas supera por poco las dos horas, esos treinta minutos de epílogo se quedan en excesivos, dejando el resto de la película como un breve relato.
Ahí es donde el Eastwood más clasicote hace frenar el ritmo de una película que se sostenía bastante bien. No obstante, estamos ante una buena/notable película bélica, que no necesita más escenas de combate porque, precisamente, para eso se rodó "Cartas desde Iwo Jima". Aquí se nos quiere contar la historia de gente vulgar consiguiendo ser héroes y salvando la vida por circunstancias de la vida... y como pudieron o no consiguieron vivir con ello. En eso, el director consigue un relato corto y muy interesante. Una visión diferente de la guerra a la que, el apoyo en una fotografía preciosa, tan gris/negra como el azufre de Iwo Jima, acompaña a la perfección.
Nota: 6,75
Lo Mejor: El desembarco en Iwo Jima, una de las escenas top del cine bélico moderno.
Lo Peor: El desenlace, con un epílogo demasiado estirado.
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