Cuando John Rambo se fue a la guerra

A finales de septiembre llegó a cines la quinta entrega de una saga que arrancó allá por los años 80. John Rambo, interpretado por Sylvester Stallone tuvo su primera experiencia cinematográfica en 1982 con Acorralado, uno de los hitos del cine de acción en la década especializada en este género. El éxito de la cinta promovería que se llegaran a hacer dos secuelas en esa misma década: "Rambo: Acorralado Parte II", y "Rambo III", estas ya metidas de lleno en conflictos bélicos.

Dos décadas después de esta última cinta, en 2008, volvería a la carga cuando nadie daba un duro por él con "John Rambo (Rambo IV)". Y este mismo año, once después de la anterior, cierra ciclo con "Rambo: Last Blood", o Rambo V para que nos entendamos. Sin embargo, en esta última, Rambo sigue en pie de guerra, con ganas de combatir a los malos pero, por desgracia para los amantes del cine bélico, se trataba de un título de acción sin guerra de por medio.


Al igual que en la primera (sin duda alguna, la mejor de la Saga) entrega, donde el enemigo del ex boina verde fue la Policia, en esta ocasión son los narcos quienes han enfadado al bueno de Sly/Rambo. Así que no hablaremos de esta quinta entrega, pero aprovecharé su reciente estreno para hablar de las veces en las que Rambo fue al combate.

Rambo II

Como veterano de la Guerra de Vietnam, a Rambo le tocó volver al combate, como es lógico, a esa jungla asiática. Le sacaron de los trabajos forzados en los que estaba ejerciendo, y el Coronel Truman le alistó de nuevo para la guerra. Por el camino llegaría a conocer el amor en una vietnamita. Pero, por encima de todo, la cinta de Pan Cosmatos sigue siendo, a día de hoy, la segunda mejor entrega de la Saga, si bien tiene sus detractores.

Una fantasmada, sí, pero ametralladora en mano y surcando los ríos de Vietnam, como si de Apocalypse now se tratara, Rambo ganará la guerra él solo. Y por el camino, dará para en un futuro que Hot Shots: Part Deux (la secuela) se parodiaran algunos de los momentos. Cabe señalar que en dicha década (la de los ochenta) el cine sobre Vietnam estaba a la orden del día y dio lugar a una serie de obras horripilantes y de baja calidad. Rambo II, dentro de ese ramillete de títulos alcanza a ser una obra cumbre... eso sí, a años luz de los títulos más interesantes sobre Vietnam.

Rambo III

Rambo había colgado las armas y, por si fuera poco, su trágico final amoroso dio consigo un retiro espiritual. Un retiro donde, además de ayudar a monjes le llevaba a peleas para sacarse un dinero extra. Esta escena inicial traería consigo su merecida parodia en la mencionada "Hot Shots: Part Deux". El Coronel Truman, su inseparable amigo, le intentaba convencer para (agárrense los machos) combatir del lado de los afganos contra el enemigo comunista soviético.

Inicialmente Rambo decía que no a la propuesta pero será inevitable entrar en combate cuando le comunican que Truman ha sido hecho prisionero. Ir a buscar a su comandante le dará las fuerzas necesarias para luchar contra el comunismo. Como detalle, la cinta es de 1988, cuando la URSS estaba en las últimas. Cabe señalar que es una película infame, floja, demasiado mala en comparación con el resto... y con una fantasmada de batalla final donde a Rambo ya no le vale con cargarse al ejército, que si toca destruir aviones, tanques y lo que se ponga delante, él lo hace.

Rambo IV

Veinte años habían pasado pero Rambo tenía ganas de más sangre. De esta manera llega John Rambo, con un argumento un tanto pobre como el resto de cintas, o incluso peor: Un grupo de misioneros católicos le pedirán ayuda para conseguir pasar por Tailandia hasta la frontera con Birmania, por delante de un grupo de guerrilleros sanguinarios.

El punto fuerte de la película, y lo que la salva, es la dirección de Stallone, que se tomó el film como un homenaje puro y duro al cine de acción ochentero y a la Saga Rambo, uniéndole un toque de cine gore más cercano al cine bélico post-Salvar al soldado Ryan. El resultado es una película entretenida pero cuyos chorros de sangre (tomados en serio o no) le dan el toque necesario para que parezca algo fresco un film que realmente no lo era.

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