"El maquinista de la General" (Buster Keaton, Clyde Buckman, 1926)

Hoy en el homenaje a los Conflictos bélicos anteriores al Siglo XX nos topamos con la Guerra Civil americana (A.K.A. Guerra de Secesión), posiblemente el conflicto en suelo norteamericano más veces llevado al cine. Me hubiera gustado narraros cronológicamente la batalla de Gettytsburg, pero las 4 horas de duración me hacían imposible abarcar el visionado y realización del texto. Por ello, he optado por un clásico del cine mudo que a muchos sorprenderá, pero que tenía ganas de revisionar: "El maquinista de la General".

La película la codirigieron Clyde Buckman y el gran Buster Keaton, que se reservaba, como era lógico, el papel principal de este film con dosis de humor pero que se debería considerar más como cine de aventuras bélicas que dentro del género de la comedia. Se trata de una de hazañas bélicas pero contada en la época, con la idea de hacernos pasar el rato y no de entrar en dilemas morales sobre el militarismo o los conflictos armados.


La película
Johnnie Gray (Buster Keaton) es un maquinista que tiene dos amores: una mujer y La General (nombre del tren del que es maquinista). Llegan las noticias de que arranca la guerra y corre a alistarse pero será rechazado debido a que será más valioso como maquinista. A pesar de sus estratagemas para acabar siendo aceptado, no lo conseguirá, siendo de este modo la gran decepción del pueblo y perdiendo el amor de la mujer interpretada por Marion Mack.

Un año después, el ejército de la Unión (Norte) tiene un plan para acercarse a la victoria. Vestidos de paisanos, un grupo de hombres secuestrará la General (al menos su locomotora y algún vagón delantero) para intentar posteriormente ir destruyendo los puentes a su paso. Gray correrá en busca de su amada La General, desconociendo que a bordo de ella también viaja su otra amada. Tras intentos fallidos con una vagoneta y una bicicleta que acabarán rotas, por el camino cogerá otra locomotora del ejército (aunque por error se dejará a todo el ejército en el vagón trasero).

Se inicia así una gran persecución en la cual vemos como conseguirá añadir un vagón con un cañón. Tras dos intentos fallidos y acabando por perder dicho cañón, Keaton seguirá en su empeño de alcanzar su amada locomotora. Entre las peripecias le veremos frente a la locomotora intentando quitar una madera que le habían lanzado desde el otro tren. Finalmente el enemigo descubrirá que únicamente viaja él en la locomotora y no le quedará más remedio que bajar del tren y resguardarse.

Acabará entrando en una casa donde resulta estar ubicada la plana mayor del Ejército unionista. Escondido bajo una mesa descubrirá los planes del enemigo y, al mismo tiempo, que tienen secuestrada a la mujer que ama. Con nocturnidad y mucha valentía, acabará rescatando a su amada y se pondrán a buscar la manera de escapar de allí. Tras ser pillados por un zepo (milagrosamente no se hacen daño) acabarán consiguiendo, con ingenio, recuperar la locomotora de la General y largarse de allí poniendo rumbo al Sur para avisar de la llegada de las tropas del General Parker en una ofensiva norteña.

Vuelta a las persecuciones, pero ahora quienes van por delante son Keaton y Mack, teniendo que lanzar todo tipo de trampas al suelo. Desde cables de comunicaciones hasta madera del propio tren, todo por aligerar peso y estorbar la persecución del enemigo. Una vez cruzado el último puente, el de Rock River, Buster prende fuego al puente y se largan camino de casa. Allí darán parte a las tropas y el ejército confederado saldrá en busca del enemigo en la batalla de Rock River.

El oficial al mando de la Unión se la jugará a que un tren atraviese el puente pero este caerá al más puro estilo "Puente sobre el río Kwai". Sus tropas asaltarán al enemigo cruzando el río. Pero al otro lado ya estarán los confederados, con Keaton en plan héroe y un General al mando. Con la diosa fortuna por aliada, Keaton conseguirá destruir a cañonazos una presa provocando que las tropas enemigas se ahoguen. Las que no, se retirarán.

Una vez de vuelta al pueblo descubrirá en el vagón de La General a un General enemigo al que habían abatido de un porrazo para robar la locomotora. Una vez entregado al oficial de alta graduación, Keaton será aceptado en el ejército y ascendido automáticamente al rango de Teniente: Puede besar a la novia, no sin antes lanzar un último sketch cómico ya que todas las tropas que pasan a su lado le saludan, teniendo él que devolver el saludo a todos y cada uno de ellos.

Escenas
Hay algunas imágenes que son ya icónicas de esta película. En primer lugar la de Buster Keaton aferrado a la parte delantera de la locomotora mientras esta marcha camino del tren secuestrado por el enemigo. La segunda de ellas es la de Keaton deprimido y sentado en el eje de las ruedas al haber sido rechazado para el alistamiento. El tren marcha balanceando al protagonista.

Fuera de ello toca hablar de la secuencia del alistamiento al ser de las más divertidas y ajenas al conflicto. Tras presentarse voluntario para combatir junto al ejército confederado, estos rechazan al protagonista al verle más útil como maquinista que como soldado. En su intento por ser aceptado, llegará a hacerse pasar por otra persona disimulando tras el sombrero y diciendo que tenía otra profesión... e incluso en un último y desesperado intento a un hombre despistado le birlará el papel que le acepta como miembro del ejército.

Si nos metemos de lleno en el entramado bélico de la película, la persecución trepidante tiene diferentes momentos para enmarcar, como cuando Buster Keaton comienza a lanzar cañonazos al enemigo. El primer intento queda corto y cae en la locomotora, mientras que el segundo acaba siendo un caos al provocar (por error) la separación de los vagones. De este modo Keaton se esconde como puede mientras el cañón apunta directamente hacia él. Por suerte, llega una curva en el momento oportuno y el cañón dispara más lejos, quedándose cerca de alcanzar a La General.

Por último, destacar que "La maquinista de la General" tiene una gran batalla final. Dentro de las limitaciones de una obra hecha para divertir al público y con claro afán humorístico, Keaton intenta dar órdenes con una espada que sale volando una y otra vez al estar rota. Tras morir los hombres a su cargo de manos de un francotirador escondido, a Keaton se le volverá a escapar la espada para matar, de casualidad, al enemigo que estaba haciendo de las suyas. Por último, su torpeza provocará que el cañonazo que prepara acabe dando en una presa... y el agua que saldrá de allí pasará por encima de los soldados de la Unión, provocando su retirada.

Crítica
"El maquinista de la General" es un clásico del cine mudo sin duda alguna. Una de las obras más reconocidas de su autor, y que, por lo tanto, debería entrar englobada en el mismo saco que "Armas al hombro" en su intento de hacer cine de aventuras-bélico con claro enfoque humorístico. A pesar de la gran fama que le precede he de decir que me faltó algo para considerarla una gran obra del cine mudo.

Reconociendo las limitaciones de un cine que hay que mirar sabiendo que era pionero e iba en pañales, cabe hablar de los puntos a favor como todo ese tramo de ida y vuelta a bordo del tren que bien podría tener su similitud casi 100 años después en cintas como "Mad Max: Fury Road". Obviamente, salvando las distancias. Pero ese fulgurante arranque con tono cómico pero con la seriedad de la situación le da a la película sus mejores momentos. Sin olvidar el tramo final. Es decir, mientras la película se mantiene a bordo del tren, todo va sobre ruedas.

Es, quizá, en el momento intermedio donde uno pierde cierto interés en la propuesta. Mientras que la batalla final no es tan sorprendente porque el presupuesto no daría para lo que otras cintas de la época. Tampoco lo pretende, ya es bastante trabajo tener tantos figurantes uniformados para una secuencia de masas que choca con la primera hora de la película, donde se ven menos "extras".

Cabe decir que no he seguido mucho el cine de Buster Keaton y, en ese aspecto, soy más de Chaplin que sí me provoca mejores carcajadas. El paso del tiempo hace que el humor de aquella época, más centrado en hacer payasadas que en bromas audaces (como bien pudiera ser las de los hermanos Marx) no es mi fuerte y, por lo tanto, la película no tiene hoy en día el encanto que pudiera tener en la época.

A pesar de ello, toca recomendar el cine con el que empezó todo. La película es buena, se pasa volando debido a su escasa duración (no llega a los 80 minutos) y tiene todos los toques que se le puede pedir a un film de puro escapismo: Acción, Aventuras, Humor y Romance. Todo ello envelto bajo las banderas del Norte y el Sur de la Guerra de Secesión Americana.

Nota: 6,5
Lo Mejor: Las persecuciones en tren, puro cine de aventuras de la época
Lo Peor: Que no acaba de divertirme todo lo que esperaba.

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