Las Mejores Secuencias del cine bélico (Parte IV)

Cierro definitivamente el ciclo dedicado a las Mejores escenas del cine bélico con esta nueva entrega donde coloco siete de las escenas que por falta de espacio omití pero que merecían su hueco en la lista y que algunos de vosotros recomendasteis como "lo mejor" del género.

Objetivo: Birmania (Batalla nocturna)
Una de las primeras batallas nocturnas de la historia del cine. Tras escapar por toda la jungla del enemigo japonés, Errol Flynn y los suyos se defienden por última vez ante un enemigo en superioridad que, además, intenta aprovechar la oscuridad para lanzar su definitivo ataque. Resistencia heroica que no debe pasar desapercibida y que algunos de vosotros la recomendasteis como una de esas secuencias a recordar del cine bélico.

Senderos de Gloria (Asalto a la colina de las hormigas)
Apenas son un par de minutos bélicos, poco más, pero es una de las secuencias bélicas para la posteridad. Quizá ayude ese blanco y negro y ese realismo en el campo de batalla ya que, a pesar de centrar la trama en el juicio posterior, en su primera parte se cavaron trincheras auténticas para dotar de gran realismo. El paseo de Kirk Douglas frente a sus hombres, en Travelling, el chapucero y suicida posterior ataque, y la orden del General Mireau de abrir fuego contra sus propias tropas. Todo un alarde de salvajismo por parte de los estamentos superiores que, sin miramientos, enviaban a la muerte a sus tropas.

Los Cañones de Navarone (la voladura de los cañones)
La verdad sea dicha, "Los cañones de Navarone" tiene algunas secuencias dignas de mención como ese momento donde una patrullera alemana les contacta y deben intentar hacerse pasar por pescadores griegos. Pero no cabe la menor duda de que el fin de la película y ese clímax final toca recordarlos. Aunque como escena de combate, la que mantienen fuera los griegos (cretense incluido) no es tan digna de estar en esta lista, ese momento final con los alemanes intentando hacer funcionar sus cañones contra la flota británica y como finalmente, no sin intriga, estos salen volando por los aires, forma parte de la historia del cine bélico.

La chaqueta metálica (Batalla final)
Un tirador (Que posteriormente veremos que se trata de una joven vietnamita) se va cargando uno a uno a soldados americanos que pasaban por ahí. No es, probablemente, la mejor parte de la película, puesto que el tramo del entrenamiento militar es lo más destacado de esta joya de Kubrick. Pero de pequeño me encantaba esta secuencia en concreto. El momentazo, sin duda alguna, ver a Pedazo de Animal, ametralladora en mano, disparando cual energúmeno hacia los edificios donde podría esconderse el tirador.

Enemigo a las puertas (A través del Volga)
Aunque cabe destacar ese duelo de francotiradores entre Ed Harris y Jude Law, sin duda alguna es el arranque de la película el que más destaca. Tras bajar del vagón de tren, los soldados son enviados como corderos bajo una ladera para coger un barco que les envíe al otro lado, a Stalingrado. Ahí serán acribillados a balazos por stukas alemanes. Y a quienes consiguen sobrevivir, les espera lo peor, ya que deberán atacar al enemigo teniendo fusil únicamente uno de cada dos soldados; al otro le tocan cinco balas para recargar y la misión de coger el arma de quien caiga abatido. Por si fuera poco, si pretendes batirte en retirada, tu propio ejército te dispara.

El último samurai (Batalla final)
Tom Cruise, Ken Watanabe y el resto de samurais en un ataque totalmente suicida contra ametralladoras. ¿Existe algo más glorioso y épico que un ataque así? Sin duda alguna hablamos de una de esas escenas que a los amantes del género nos tocan la fibra. Conocemos de sobra como puede acabar todo, pero eso no quita para el gesto heroico de esos valientes que dieron su vida. El resultado es una de las mejores secuencias en el cine de Edward Zwick (Ya incluí su escena final de "Tiempos de gloria" en la II Parte de las Mejores Secuencias del cine bélico.

Hasta el último hombre (Hacksaw Ridge)
Tras una primera parte light donde se narraba la vida y desgracias de Desmond Doss, llega la hora de la verdad con Okinawa, donde el enfermero acompañará a los suyos al asalto de Hacksaw Ridge, una cima que toca ocupar para conseguir la isla en 1945. Con exacerbado realismo, probablemente sea la película más sangrienta en este aspecto desde "Salvar al soldado Ryan" y "Blackhawk Derribado". Todo con la marca de Mel Gibson, experto en hacer saltar sangre por los aires (dejó seco a Jesús de Nazareth). El resultado, una batalla de quince minutos muy conseguida a la que sumar el resto del metraje a partir de ese momento.


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