El día en que Tarantino reinventó la historia

Hitler no murió en el búnker de Berlín, tampoco sigue vivo, junto a Elvis, en vayan ustedes a saber qué planeta o lugar recóndito de éste. Murió en unos cines de París, en 1944, abrasado por las llamas mientras era tiroteado por aquellos "Malditos bastardos". Tarantino no se cortó un pelo y, a pesar de mantener cierto tono serio en parte de la película, se sacó de la manga un final alternativo de la II Guerra Mundial en Europa.

¿Qué pintaba Hitler en París cuando la ciudad estaba no muy lejos de ser liberada? Una de esas preguntas rebuscadas que no importó un pimiento al director norteamericano a la hora de elaborar el divertido guión, como no quiso saber nada de ciertas cosas que quedaron inconexas, de personajes poco trabajados, y un sinfín de cosas de las que hablaré aquí.


El proyecto
Desde antes de rodar "Kill Bill" Tarantino ya estaba detrás de realizar su película bélica. Amante de títulos como "Los cañones de Navarone" (a los que menciona en Pulp Fiction) y fan del cine bélico freak que incluye títulos italianos de los años 60-70, él tenía que entrar en el género a pesar de que, por entonces, parecía incrustado en el cine de mafiosos. Tras rodar "Kill Bill" una película donde toquetea con otros géneros, se puso manos a la obra en preparar tan largo guión para llevar a cabo la película.


La estrella
Tarantino acostumbraba a repescar viejas glorias. Pero cuando uno tiene cierto caché y nombre, empiezan a entrar gente como Robert De Niro (o repetir con Uma Thurman). En esas, Brad Pitt accedió a trabajar con el de Knoxville como cabeza visible de un reparto que, en sí, es más coral que los últimos de la filmografía tarantiniana. Realmente, Pitt no aparece en exceso en la película. Quien sí que se merendó la pantalla y dio de qué hablar fue: Christoph Waltz.

Cuenta la leyenda, que podemos creer o no, que Tarantino no daba con el actor que encarnara este papel. Un actor que debía saber francés, inglés y alemán con clara fluidez, además de tener nociones de italiano. El proyecto pendía de un hilo (démosle dramatismo al asunto) cuando entró por la puerta este austriaco desconocido fuera del cine de su país, y encantó tanto que el papel fue automáticamente suyo. Cannes le premió como Mejor Actor, y dominó la carrera de los Oscars (premio gordo incluido) como Mejor Actor Secundario. Pero él, sin duda alguna, era el alma de la fiesta en la película.

El título
"Inglorious Basterds" fue el título escogido por Tarantino para la película, en un claro homenaje a uno de esos títulos italianos que arriba mencionaba. Concretamente a "Aquel maldito tren blindado". La película, dirigida por por Enzo G.Castellari en 1978 se tituló en Estados Unidos "Inglorious Bastards", Tarantino simplemente copió el título y le cambió una A por una E (BastErds), pero ambas películas se parecen lo que un huevo a una castaña. El homenaje iría más allá, puesto que dos de los actores de aquella producción llegaron a ejercer su cameo en la película.

No sería el único homenaje de Tarantino. El personaje interpretado por Brad Pitt se llamaba en la película Aldo Raine, que no deja de parecerse en exceso a Aldo Ray, actor con un puñado de títulos bélicos, incluyendo "La colina de los diablos de acero" o "Más allá de las lágrimas". Por cierto, uno de los protagonistas de la película responde al nombre de Hugo Stiglitz, nombre difícil de olvidar y que es, en realidad, el nombre de un actor mexicano de los años 70.

Lo Mejor
Los diálogos de Tarantino son, sin duda alguna, el punto fuerte de la película. Un guión muy bien elaborado y una película hecha para verla en VOS sin duda alguna, si bien el doblaje al castellano cuidó el detalle de que cuando dos personas hablaban entre ellos en un idioma que entendían, se doblaba, pero cuando se trataba de NO entender lo que se decía, se respetaba el idioma original. A este guión, dividido en partes toca añadir la BSO obra de Morricone, una música no original, puesto que Tarantino cogió tramos de música de películas del oeste y las fue introduciendo, incluyendo a Tiomkin, puesto que lo que suena al principio es la música de "El Álamo".

Junto al mencionado Christoph Waltz, las dos féminas de la película tienen los dos siguientes mejores papeles. La joven Melanie Laurent (Shossana) en el papel de judía que escapó de los nazis y regenta un cine es, sin duda alguna, el personaje más trabajado de la película. La actriz que interpreta Diane Kruger también tiene algún que otro momento de gloria. Junto a ello, dos secuencias a destacar.

Escenas
Ese inicio, con música de Western, con una familia esperando pasivamente la llegada de un coche alemán. Y de ahí sale el Coronel de las SS Hans Landa (Christoph Waltz), se inicia una conversación donde la tensión va in crescendo y donde acaban cambiando el idioma para que los judíos escondidos no se enteren de lo que está sucediendo. El resultado final, con los nazis atrapando como ratas a los judíos y con Shossana huyendo clamando venganza, es demoledor.

La otra gran secuencia a destacar es la de la taberna. Un grupo de los bastardos se reúne con la actriz/espía interpretada por Diane Kruger. Lo que inicialmente no debería contemplar complicación alguna, acaba siendo una encerrona, puesto que hay una fiesta con soldados nazis y, sobretodo, un miembro de la Gestapo dispuesto a cualquier cosa. El juego de las cartas (donde uno tiene que intentar adivinar el personaje que le ponen en la frente) y el esperable tiroteo final cuando la tensión ha llegado a su punto más alto, completan una de las escenas más elaboradas del film.

Lo Peor
No cabe duda de que no todo son grandezas en la película de Tarantino. Podemos comprar que se cambie la historia, pero hay ciertos giros y cosas que no acaban de tener explicación. Choca, en primer lugar, que el título de la película haga referencia a un grupo al que los nazis temen pero cuyo peso en la pantalla en las casi tres horas de película es escaso. Digo más, ni siquiera son los auténticos héroes de la función puesto que en la misión final es el Coronel Landa quien les permite realizar su labor pero, al mismo tiempo, Shossana ya tiene un plan para con los nazis que la convierte en la auténtica heroina de la función.

A ello toca añadir personajes poco trabajados como ese héroes alemán que interpreta Daniel Brühl, esa historia ¿de amor? es lo más pobre de la película, no por culpa del actor, si no de una parte del guión menos trabajada por Tarantino, inmerso en que esa historia sirviera para mencionar y homenajear a grandes del cine como Riefenstahl. El giro final que ejecuta el personaje de Christoph Waltz tampoco acaba de tener suficiente sentido, al igual que ver como se nos intentan presentar a los "Malditos Bastardos" pero después de muchos de ellos desconocemos qué ha sido, simples figurantes.

Comentario
Sin ser, ni de lejos, lo mejor de Tarantino, y tampoco parecerme una de las películas Top del cine bélico, "Malditos bastardos" es un entretenimiento mayúsculo y una buena película un tanto inclasificable. Sus diálogos, la trama judía y el homenaje al mundo del celuloide llevan a la película a ser un clásico moderno sin discusión alguna. Sin embargo, lo poco redonda de algunas situaciones y personajes obliga a ver la película desde otro prisma. Notable, muy recomendable, pero le faltan ingredientes para ser tomada en serio incluso en su intento de no ser tomada tan en serio.

Nota: 8

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