
Porque sí, el cine de la Segunda Guerra Mundial rodado durante la guerra tenía mayor protagonismo de Japón que de Alemania. Los nazis no se veían tan despiadados y, aunque había films para conocer más a fondo a ellos, solía haber otro aroma, como si fueran unos caballeros de la guerra que luchaban por obligación. ¿Los japoneses? Esos luchaban por fe ciega y fanatismo, porque eran unos "salvajes".
Una de las últimas frases de aquella película de Dmytrik la soltaba uno de sus protagonistas, el padre japonés de un chaval que se había echado a perder en su fanatismo. El padre, que se hacía el Hara-kiri por vergüenza hacia su propio país decía: "Destruidnos al igual que nosotros hemos destruido a otros. Destruidnos antes de que sea demasiado tarde". Dos años después de su estreno, efectivamente, fueron destruidos.

Valga decir que el poder del cine a estas alturas era tal que, obviamente, en EEUU os podéis imaginar que animadversión desprendían los japoneses cuando lo que te enseñan es que odian a todo lo que no sea fascista y, por lo tanto, odian a los americanos hasta el punto de clavarles puñales en la espalda. En un film como Guadalcanal (Guadalcanal Diary) uno de los soldados americanos se hace el muerto para acribillar a balazos a unos soldados japoneses, para posteriormente decirles: "Esto es lo que me has enseñado, Tojo!" En referencia al mandamás del Imperio japonés durante la guerra y a que esa guerra sucia la habían "iniciado ellos".
Exterminio

El periodista que acompaña a Errol Flynn y los suyos llega a decir a cámara que son "unos salvajes" (entre otras bestialidades) y que habría que "¡exterminarlos a todos!, ¡Borradlos de la faz de la tierra!", en efecto, la película estrenada a principios de 1945 adelantaba uno de los episodios más lamentables de la historia, y por el que siempre se ha pasado de puntillas: La justificación de la bomba atómica contra civiles.
A continuación pongo alguna otra frase que me ha parecido la pena recordar para ver de qué estábamos hablando:

"Vosotros la quisisteis y ahora vais a recibirla, y no quedará terminada hasta que vuestro sucio y mezquino imperio sea borrado de la faz de la tierra" (Dana Andrews en "The Purple heart" uno de los prisioneros que bombardearon Tokio y fueron condenados a muerte por el Imperio japonés).
"Voy a matar a japoneses. A todos los que están manchados de sangre y les pueda poner las manos encima. Deben ser castigados y yo los voy a castigar" (una de las enfermeras de "Sangre en Filipinas, atacada por la ira)
"Perdona a tus enemigos, pero primero queda a la par" (Frase de "Sangre en el sol", film ambientado en el Japón previo a la guerra pero donde se ve claramente el intento por mostrar como eran los japoneses).
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