Hoy toca el turno de votar por la mejor actuación de un actor en un film bélico en los últimos 5 años. Muchos han sido los reconocidos pero he aquí la lista. La Academia de Hollywood y otros premios lo han puesto fácil, ya que tenemos a un ganador, dos nominados y un ninguneado pero galardonado con el SAG (premio del Gremio de Actores), así que nivel hay holgadamente.
Para que podáis votar, tenéis el enlace de Twitter. Recordad que tenéis 2 días para efectuar vuestra votación por vuestro preferido. Clicka aquí para Enlace de Twitter para la votación.
Bradley Cooper (El Francotirador, 2014)
Cooper logró su tercera nominación consecutiva al Oscar por interpretar un personaje real, el del francotirador Chris Kyle, Seal que combatió en la Guerra de Irak. Mostrándonos su vida de regreso al hogar donde se sentía extraño y esa particular lucha con otro francotirador, un olímpico iraquí. Los tramos bélicos son rodados con gran pulso por Eastwood, pero es en el apartado dramático o en el conjunto de ambos, donde Cooper sale ganando.
Idris Elba (Beasts of no nation, 2015)
Ninguneado y probablemente por ello uno de los artífices del Oscars So White de 2015. Estaba para ser nominado como Mejor Secundario por ese papel de comandante africano que lideraba a un grupo de niños soldados. Su cinismo, su locura, le dieron uno de los papeles estelares de un secundario a lo largo de la historia del cine bélico, muy de la talla o nivel (salvando las distancias) de grandes como Ermey, Berenger o Duvall.
Andrew Garfield (Hasta el último hombre, 2016)
Su ansiada nominación llegó, y no por Silencio, la obra de Scorsese por la que meses antes se rumoreaba su presencia. La vuelta de Gibson a la dirección fue a lo grande, y de paso repartió a Garfield un personaje para lucirse. Un hombre que piensa en los demás, fiel creyente, y es que es en su mirada donde Garfield hace un gran personaje. Nos ofrecen su vida civil, su entrenamiento y el combate. Él es el mismo, pero las circunstancias cambian. Mantener el nivel de interpretación en circunstancias tan dispares, le hace merecedor de la mención.
Gary Oldman (El instante más oscuro, 2017)
De todos los actores es el único que no empuñó un arma. A cambio, Oldman empuñó un puro y vistió traje y bombín para regalarnos un Churchill para la historia del cine. Dicen que interpretar a un personaje histórico te ofrece el Oscar en bandeja. Pero la realidad es que muchos lo intentan y no lo consiguen y si Oldman lo hizo fue por su mérito, por masticar el personaje y hacerlo suyo, por convertirse en Churchill más allá del espléndido maquillaje (también oscarizado).
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Cooper logró su tercera nominación consecutiva al Oscar por interpretar un personaje real, el del francotirador Chris Kyle, Seal que combatió en la Guerra de Irak. Mostrándonos su vida de regreso al hogar donde se sentía extraño y esa particular lucha con otro francotirador, un olímpico iraquí. Los tramos bélicos son rodados con gran pulso por Eastwood, pero es en el apartado dramático o en el conjunto de ambos, donde Cooper sale ganando.
Ninguneado y probablemente por ello uno de los artífices del Oscars So White de 2015. Estaba para ser nominado como Mejor Secundario por ese papel de comandante africano que lideraba a un grupo de niños soldados. Su cinismo, su locura, le dieron uno de los papeles estelares de un secundario a lo largo de la historia del cine bélico, muy de la talla o nivel (salvando las distancias) de grandes como Ermey, Berenger o Duvall.
Su ansiada nominación llegó, y no por Silencio, la obra de Scorsese por la que meses antes se rumoreaba su presencia. La vuelta de Gibson a la dirección fue a lo grande, y de paso repartió a Garfield un personaje para lucirse. Un hombre que piensa en los demás, fiel creyente, y es que es en su mirada donde Garfield hace un gran personaje. Nos ofrecen su vida civil, su entrenamiento y el combate. Él es el mismo, pero las circunstancias cambian. Mantener el nivel de interpretación en circunstancias tan dispares, le hace merecedor de la mención.
De todos los actores es el único que no empuñó un arma. A cambio, Oldman empuñó un puro y vistió traje y bombín para regalarnos un Churchill para la historia del cine. Dicen que interpretar a un personaje histórico te ofrece el Oscar en bandeja. Pero la realidad es que muchos lo intentan y no lo consiguen y si Oldman lo hizo fue por su mérito, por masticar el personaje y hacerlo suyo, por convertirse en Churchill más allá del espléndido maquillaje (también oscarizado).
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