Garbo, el espía

En 2009 el cine español dedicó un documental a uno de los héroes españoles de la Segunda Guerra Mundial. A pesar de que España, como tal, no combatió en este conflicto (más allá de la División Azul en la URSS) nombres como los de Francesc Boix o Juan Pujol deben ser recordados. "Garbo, el espía (El hombre que salvó al mundo)" es el título de dicho proyecto que se hizo con el Goya al Mejor Documental del año. Pero, ¿Quién era Juan Pujol?

El documental de Edmon Roch nos explica perfectamente, con un tono divertido, la historia de este hombre que ha pasado a la historia como uno de los pocos en conseguir ser condecorados por los dos ambos de la guerra. ¿Cómo lo consiguió? Esta es la historia de Garbo (o Alaric, como le conocían en la Alemania Nazi).


Garbo/Alaric
Ex-combatiente (no porque él quisiera) en la Guerra Civil, Juan Pujol se presentó en la Embajada británica nada más comenzar la II Guerra Mundial ofreciéndose como espía. ¿Motivos? Simplemente económicos, se supone. Fue rechazado y acto seguido presentó sus servicios al Abwehr, alegando ser fan número uno de Adolf. Los nazis aceptaron a un español por la causa y le encomendaron la labor de espionaje desde Londres.

Bajo el nombre en clave de Alaric, fue a parar cerca de Lisboa y ahí hizo creer a los nazis durante prácticamente un año que estaba realmente en Gran Bretaña. Envió informes, muchos de los cuales se los "soplaba" una serie de colaboradores que tenía en distintos lados del mundo. Se llegó a inventar más de 20 identidades, todas falsas; todo un tinglado que a los nazis les gustaba, sobretodo porque conseguía algunas informaciones más o menos ciertas que sacaba de rumores en diarios y vaya ústed a saber de donde.

Aún así, durante su estancia en Portugal (falsa estancia en Londres) volvió a acudir hasta en cuatro ocasiones a los aliados, siendo rechazado nuevamente, a pesar de reconocer que trabajaba para los alemanes. Sin embargo, un rumor que puso en jaque inútilmente al III Reich, que acudió en masa a interceptar un convoy que nunca existió, sirvieron a los británicos para ver el poder que tenía la información de Alaric sobre el Abwehr. De este modo le aceptaron y le enviarían, ahora sí, a Londres, donde recibiría el nombre en clave de Garbo.

Ahí estuvo largo tiempo mandando información a los alemanes, la mayoría de veces información "correcta" pero que llegaba ligeramente tarde. De este modo crecía su importancia en el Abwehr pero no destruía los planes de los aliados. Pero su gran labor en la guerra llegaría con la Operación Overlord, el Desembarco de Normandía. Ahí, Garbo hizo creer a los alemanes que la invasión sería por Calais y no en  Normandía.

No solo eso, tras el desembarco, les continuó haciendo creer que eso solo era un movimiento de distracción y que Patton y el resto del Ejército asaltaría Europa por Calais. Esa pérdida de tiempo a los alemanes, bien valió la guerra. Tras la contienda, se llegó a decir que había muerto enfermo en 1949 en África. Sin embargo, años más tarde se daría con su paradero en Venezuela. En 1984 recibiría por parte de Gran Bretaña la Medalla que se le había otorgado en 1944 a sus servicios. Para entonces había formado una nueva familia en el país sudamericano. Ni su familia de allí, ni su familia española conocieron hasta 1984 que había servido durante la II Guerra Mundial a nazis y aliados.

Crítica
"Garbo, el espía" arranca con recochineo. Con Franco y una niña lanzando un mensaje esperanzador a los niños alemanes (y niños del mundo). Poco a poco nos muestra las cartas con las que jugará. La mejor de ellas, diferentes escenas de cine de espionaje. Diferentes películas, como la Mata Hari de Greta Garbo o Nuestro hombre en la Habana, con Alec Guinness, entre otras, componen un collage bastante curioso.

Sirviéndose de imágenes documentales pero, sobretodo, cinematográficas, se nos va narrando la historia mientras una serie de historiadores con gran ímpetu e interés nos cuentan las peripecias de Garbo, con cierto tono de humor, como en algunas de las secuencias donde se narra su intento de pasar del bando republicano al nacional durante la Guerra Civil, o como llegarían a "hacer morir" a un agente falso y Alemania envió dinero a la mujer (también, lógicamente ficticia) de dicho héroe por la patria.

El tono del film y su montaje, son las dos principales armas de un proyecto que entretiene de principio a fin. Una clase de historia bastante desconocida para muchos (yo la desconocía, la verdad). El mundo del cine nunca ha tratado una historia como la de Garbo que es carne de cine de espionaje de los años 60. Aquellas películas de espionaje se quedarían algo flojas comparadas con la gran historia y estrategia que hay detrás de Garbo.

A falta de una película tenemos un documental. Pero vaya un documental. Juega a su antojo con la historia sin faltar a la verdad. Se basa en las declaraciones de historiadores que lo narran con cierta emoción y humor, mientras se hace valer de imágenes de films (vuelvo a destacar, en esta ocasión, "El día más largo", que también tiene unas cuantas escenas en el proyecto).

Y así se nos narra una parte de la historia de la Operación Overlord, de ese desembarco de Normandía, pero narrado desde la parte de la misión que se encargaba, desde la Inteligencia aliada, de hacer creer al enemigo cosas que no son, como en aquella película sobre la Operación Mincemeat: "El hombre que nunca existió".

En cierto modo, Garbo bebe de ese tipo de historias. La vida de un hombre que podemos llamar mentiroso, liante, actor... o simplemente un comercial avanzado a su época. El caso es que vendió sus mentiras a los alemanes y le fue bien, y acabó sirviendo de ayuda a ganar la guerra. Su vida, tan extraña antes y después de la guerra, también sirven para crear un mito. "Garbo, el espía" es, en definitiva, una historia apasionante que se nos narra como si fuera una película. Y eso, se agradece.

Nota: 8

Lo Mejor: La manera de utilizar imágenes de diferentes films a su antojo y el toque cómico.
Lo Peor: Que de una historia así no se haya hecho película.



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