Hace unos días se cumplió el 100 aniversario del final de la Primera Guerra Mundial. Tal y como comuniqué a principios de año, mi idea en todosobremicinebelico era la de analizar dos películas mensuales para celebrar dicha efeméride. Ya está acabando la lista y qué mejor película para analizar el final de la guerra y sus consecuencias que "Remordimiento", film dramático de uno de los maestros de la comedia: Ernst Lubitsch.
La película tiene lugar un año después de acabada la Gran Guerra, por lo que se trata de un film a todas luces dramático y que nos enseña mejor que ningún otro aquella época posterior a la contienda, donde a pesar del alto el fuego, seguía habiendo rencillas entre los ex-combatientes. Sobretodo entre dos países tan cercanos como Francia y Alemania, a los que se había asociado (y se sigue haciendo) dicho conflicto al pasar gran parte del mismo en tierras francesas.
Sinopsis
Y ahí comienza la película del director alemán, que aunque mucha gente pueda asociar que emigró a EEUU por el nazismo, la realidad es que ya en los años 20 buscó fortuna en el cine mudo americano, por lo que ya estaba afincadísimo en Hollywood cuando llegó "The Broken Lullaby", título original de "Remordimiento", película que la primera vez que vi hace unos años ya me sorprendió por la historia que contaba.
Sencilla en las bases pero perfecta a la hora de ser realizada, Lubitsch nos cuenta como justo un año después de concluir la Gran Guerra, un francés (Lionel Barrymore) vive con la conciencia intranquila debido a que había matado a un hombre. Puede que matara más soldados, pero a aquel primer hombre lo mató cara a cara, y este aleman simplemente le miró fijamente, sin entender nada, sin ningún tipo de odio. En un Flash-back se nos muestra el instante de la muerte del alemán (ya alcanzado por el personaje principal de la historia, Paul), y como el francés le intenta ayudar a terminar una carta. Esta carta a su prometida y un libreto con partituras de Beethoven son lo único que se nos enseña de Walter, el alemán.
Sin poder vivir con su conciencia, Paul decide aventurarse a viajar a Alemania y visitar a la familia del soldado caído para contarles lo sucedido y pedirles perdón. Una vez en Alemania, donde se nos enseña la vida que llevan el Doctor Holderlin (apellido del alemán), con su mujer y la prometida de su hijo que vive con ellos aún y la tratan como si fuera una hija. Paul llega al pueblo alemán pero tiene pánico inicialmente a acercarse a la familia. Donde sí se acerca es a la tumba de Walter, para dejarle flores, momento en que conocerá a Elsa (Nancy Carroll), de la que se aleja sin mediar palabra.
Paul decide ir a visitar al Doctor, inicialmente como si fuera un paciente. El padre de familia está a punto de enseñarle la puerta de salida al enterarse que es francés, movido por el odio y el rencor a aquellos que acabaron con la vida de su hijo, pero finalmente dan una oportunidad a Paul, que siente miedo a decir la verdad y se limita a mostrarse como amigo de Walter (que había vivido en París años antes de la guerra). A partir de ahí comenzará a sentir atracción por Elsa, un amor que es mutuo si bien no llegan a mostrárselo.
Mientras, en el pueblo se inician los cuchicheos con respecto al francés. No entiende como entablan amistad y dan cobijo a un hombre que ha combatido en el bando contrario, el de los vencedores, y por lo tanto verdugos de los alemanes, hasta apenas un año antes. El Doctor Holderlin llegará a tener una trifulca con sus amigos más cercanos debido a ello, en un discurso que analizaré un poco más a fondo después, y en el que deja clara su postura en contra del odio y a favor de la confraternización entre naciones.
Llega ya el momento cumbre de la película. Con miedo a mantener una relación con Elsa, Paul le comunica que debe irse, algo que ella no entiende ahora que ha conseguido por fin levantar la cabeza y ser feliz. Ella saca de una caja la última carta de Walter, aquella que Paul había llegado a ayudar a firmar al fallecido y que, por lo tanto, conocía. No deja acabar la carta a Elsa, él mismo dice las últimas palabras de la carta y acaba reconociendo, entre lágrimas, que él fue quien mató a Walter y que había ido a buscar perdón de parte de su familia para poder tener la conciencia tranquila.
Inicialmente Elsa se marcha indignada, y Paul decide que volverá a Francia, no sin antes reconocer a los padres de Walter la verdad. Elsa aparecerá en escena e impedirá que esto suceda reconociendo que en dos años (Walter había muerto en Octubre del 17, un año antes de acabar la guerra) esa familia no había levantado cabeza, y que por fin eran felices y habían tratado a Paul como si fuera su hijo, y que por ello Paul "había decidido quedarse" con ellos. En efecto, Elsa miente y le lanza la patata caliente al ex combatiente francés, que verá que para no hacer daño a la familia no quedará otra que echar raices ahí, muy posiblemente manteniendo una relación con Elsa.
Escenas
Es complicado realmente cribar las escenas de una película que apenas dura 70 minutos pero que tiene auténticas secuencias que merece la pena reconocer. Ya desde el inicio se nos muestran imágenes de la celebración en París por el Primer aniversario del armisticio, ¿un desfile militar para celebrar el final del militarismo? Genial manera de comenzar... como mostrarnos un letrero de un Hospial y no hacer ruido cuando fuera lanzan salvas de cañonazos para mayor locura de los enfermos que llevan un año o más ahí y que nunca volverán a ser iguales.
La paz ha llegado pero no para todos. El personaje de Lionel Barrymore no la encuentra en una iglesia que se queda vacía, a la espera de un cura que le perdona y que no entiende que Paul se esté fustigando de aquella manera. Brillante también la manera en que dos madres se cruzan en el cementerio alemán honrando a sus hijos y acaban hablando de como hace una un pastel, con dos tazas de azucar. Tierno, pero al mismo tiempo duro.
Más adelante nos llegará la secuencia cumbre de la taberna. Los amigos del Doctor están hablando mal del soldado francés en una mesa, mientras en otra un joven alemán (entendemos que ex combatiente) no les hace caso. Llega el Doctor y pide 9 cervezas, pero poco a poco se borran sus compañeros, con lo cual pide solo una cerveza. La tensión se nota en el ambiente y decide preguntar, sus amigos le sueltan todo tipo de cosas sobre los franceses y como "se cargaron a nuestros hijos".
El Doctor lanza un discurso culpando a ellos mismos, y a los padres franceses, por haber llevado a sus hijos a la guerra. "Yo mismo le despedí aquí delante, aplaudiéndole", llega a decir el doctor. Era orgullo por los hijos que iban a combatir por la patria. Ni ellos tienen la culpa de las víctimas francesas, ni al revés. Brillantemente lanza el comentario de que cuando ganábamos una batalla brindábamos con cerveza por los hijos muertos franceses... y cuando los franceses ganaban, brindaban con vino por los hijos muertos alemanes. "Padres brindando por la muerte de hijos".
La secuencia se cierra brillantemente con el Doctor marchándose de allí llamando "viejos" (una manera de decir Karkas) a sus amigos, mientras que el alemán de la mesa de a lado, se levanta y se nos muestra por primera vez que es cojo, agarra sus muletas y va hasta la puerta a estrechar la mano del Doctor Holderlin. Este sale fuera y se escuchan pasos, como si de un desfile militar se tratara. No hay nadie, simplemente está recordando cuando vio por última vez a su hijo, justo en ese mismo sitio, marchando entre júbilos a la muerte.
Por último, destacar la secuencia final. No ya tanto el momento tierno de la carta, que también, si no centrándonos en el final de la película. El Doctor Holderlin cogerá un violín y se lo entregará a Paul, que se quedará en casa, para que toque algo. Hago un pequeño parón aquí para decir que uno de los argumentos de los amigos del Doctor en la secuencia de la taberna era que el francés había llegado con una caja con un violín pero que no la abría nunca y que, por lo tanto, no debía tratarse de un violín.
Pues bien, el Doctor le entrega el violín a Paul. Este lo coge y sí, no queda la menor duda de que si se queda a tocar el violín estará aceptando lo que dice Elsa, que debe quedarse y no hacer daño a esa familia y vivir todos juntos. En ese momento comienza a tocar y por el rostro de Elsa entendemos que la canción es familiar, por lo que el espectador debe intuir que se trata de la partitura que había en ese libro de Beethoven que yacía junto al cuerpo sin vida de Walter. Elsa irá hacia el piano y acompañará la melodía, mientras los padres del joven Walter se muestran conmovidos, con un rostros que aúna tristeza y felicidad, pero sobretodo melancolía.
Valoración
Reconozco que cuando vi la película hará casi 10 años (como llueve el tiempo) me gustó bastante, pero no tenía un recuerdo tan nítido de la misma. Sabía de qué iba pero ni siquiera recordaba el final. Pues bien, todo lo que va en el tramo final de la película, desde el discurso de la taberna hasta el final con la musica de Beethoven en honor a Walter es simplemente sensacional.
Y antes de eso cada plano está cuidado para mostrar los horrores de la guerra pero sin entrar necesariamente en la crudeza. Como he dicho, la sensacional charla de dos madres en el cementerio hablando de como hacer un pastel que le encantaba al hijo de una de ellas, la relación de amor que debería estar penada pero que acaba viéndose como lógica. El intento de reconstruir la vida como puede.
Y ese mensaje, descarado y sin tapujos hacia la paz y la amistad entre países. A intentar dejar de lado los odios, rencores y rencillas y estrecharse la mano. ¿Acaso no se han vivido ya muchas muertes como para seguir enfadados? Sin duda, "Remordimiento" es una película sobresaliente, un clásico bastante escondido para el gran público que no goza de los privilegios y la fama de otras películas.
Pero todo ello no quita que estamos ante una película acertadísima que debería haber corrido mejor suerte en la historia del cine. Quizás sea su sencillez, las escasas pretensiones de la misma o que llegara en una época donde poco después el nazismo hizo volver a mirar a ese lado del mapa... pero "Remordimiento" es una película que el mundo debería conocer y reconocer. Y el talento de Lubitsch... eso es otro asunto que el día que hable de "Ser o no ser" ya dejaremos claro y en su sitio.
*Para curiosos: En 2016 el director francés François Ozon realizó un Remake de esta película titulada "Frantz". El título viene del nombre del soldado alemán en dicha producción, donde Elsa pasaría a llamarse Anna y Paul tendría el nombre de Adrien.
Nota: 8,5
Lo Mejor: Como se nos cuenta la historia, como si de un tierno cuento para dormir se tratara. El mensaje que nos lanza.
Lo Peor: Poco, quizás es lenta en su primera media hora, pero llena de mensaje.
La película tiene lugar un año después de acabada la Gran Guerra, por lo que se trata de un film a todas luces dramático y que nos enseña mejor que ningún otro aquella época posterior a la contienda, donde a pesar del alto el fuego, seguía habiendo rencillas entre los ex-combatientes. Sobretodo entre dos países tan cercanos como Francia y Alemania, a los que se había asociado (y se sigue haciendo) dicho conflicto al pasar gran parte del mismo en tierras francesas.
Sinopsis
Y ahí comienza la película del director alemán, que aunque mucha gente pueda asociar que emigró a EEUU por el nazismo, la realidad es que ya en los años 20 buscó fortuna en el cine mudo americano, por lo que ya estaba afincadísimo en Hollywood cuando llegó "The Broken Lullaby", título original de "Remordimiento", película que la primera vez que vi hace unos años ya me sorprendió por la historia que contaba.
Sencilla en las bases pero perfecta a la hora de ser realizada, Lubitsch nos cuenta como justo un año después de concluir la Gran Guerra, un francés (Lionel Barrymore) vive con la conciencia intranquila debido a que había matado a un hombre. Puede que matara más soldados, pero a aquel primer hombre lo mató cara a cara, y este aleman simplemente le miró fijamente, sin entender nada, sin ningún tipo de odio. En un Flash-back se nos muestra el instante de la muerte del alemán (ya alcanzado por el personaje principal de la historia, Paul), y como el francés le intenta ayudar a terminar una carta. Esta carta a su prometida y un libreto con partituras de Beethoven son lo único que se nos enseña de Walter, el alemán.
Sin poder vivir con su conciencia, Paul decide aventurarse a viajar a Alemania y visitar a la familia del soldado caído para contarles lo sucedido y pedirles perdón. Una vez en Alemania, donde se nos enseña la vida que llevan el Doctor Holderlin (apellido del alemán), con su mujer y la prometida de su hijo que vive con ellos aún y la tratan como si fuera una hija. Paul llega al pueblo alemán pero tiene pánico inicialmente a acercarse a la familia. Donde sí se acerca es a la tumba de Walter, para dejarle flores, momento en que conocerá a Elsa (Nancy Carroll), de la que se aleja sin mediar palabra.
Paul decide ir a visitar al Doctor, inicialmente como si fuera un paciente. El padre de familia está a punto de enseñarle la puerta de salida al enterarse que es francés, movido por el odio y el rencor a aquellos que acabaron con la vida de su hijo, pero finalmente dan una oportunidad a Paul, que siente miedo a decir la verdad y se limita a mostrarse como amigo de Walter (que había vivido en París años antes de la guerra). A partir de ahí comenzará a sentir atracción por Elsa, un amor que es mutuo si bien no llegan a mostrárselo.
Mientras, en el pueblo se inician los cuchicheos con respecto al francés. No entiende como entablan amistad y dan cobijo a un hombre que ha combatido en el bando contrario, el de los vencedores, y por lo tanto verdugos de los alemanes, hasta apenas un año antes. El Doctor Holderlin llegará a tener una trifulca con sus amigos más cercanos debido a ello, en un discurso que analizaré un poco más a fondo después, y en el que deja clara su postura en contra del odio y a favor de la confraternización entre naciones.
Llega ya el momento cumbre de la película. Con miedo a mantener una relación con Elsa, Paul le comunica que debe irse, algo que ella no entiende ahora que ha conseguido por fin levantar la cabeza y ser feliz. Ella saca de una caja la última carta de Walter, aquella que Paul había llegado a ayudar a firmar al fallecido y que, por lo tanto, conocía. No deja acabar la carta a Elsa, él mismo dice las últimas palabras de la carta y acaba reconociendo, entre lágrimas, que él fue quien mató a Walter y que había ido a buscar perdón de parte de su familia para poder tener la conciencia tranquila.
Inicialmente Elsa se marcha indignada, y Paul decide que volverá a Francia, no sin antes reconocer a los padres de Walter la verdad. Elsa aparecerá en escena e impedirá que esto suceda reconociendo que en dos años (Walter había muerto en Octubre del 17, un año antes de acabar la guerra) esa familia no había levantado cabeza, y que por fin eran felices y habían tratado a Paul como si fuera su hijo, y que por ello Paul "había decidido quedarse" con ellos. En efecto, Elsa miente y le lanza la patata caliente al ex combatiente francés, que verá que para no hacer daño a la familia no quedará otra que echar raices ahí, muy posiblemente manteniendo una relación con Elsa.
Escenas
Es complicado realmente cribar las escenas de una película que apenas dura 70 minutos pero que tiene auténticas secuencias que merece la pena reconocer. Ya desde el inicio se nos muestran imágenes de la celebración en París por el Primer aniversario del armisticio, ¿un desfile militar para celebrar el final del militarismo? Genial manera de comenzar... como mostrarnos un letrero de un Hospial y no hacer ruido cuando fuera lanzan salvas de cañonazos para mayor locura de los enfermos que llevan un año o más ahí y que nunca volverán a ser iguales.
La paz ha llegado pero no para todos. El personaje de Lionel Barrymore no la encuentra en una iglesia que se queda vacía, a la espera de un cura que le perdona y que no entiende que Paul se esté fustigando de aquella manera. Brillante también la manera en que dos madres se cruzan en el cementerio alemán honrando a sus hijos y acaban hablando de como hace una un pastel, con dos tazas de azucar. Tierno, pero al mismo tiempo duro.
Más adelante nos llegará la secuencia cumbre de la taberna. Los amigos del Doctor están hablando mal del soldado francés en una mesa, mientras en otra un joven alemán (entendemos que ex combatiente) no les hace caso. Llega el Doctor y pide 9 cervezas, pero poco a poco se borran sus compañeros, con lo cual pide solo una cerveza. La tensión se nota en el ambiente y decide preguntar, sus amigos le sueltan todo tipo de cosas sobre los franceses y como "se cargaron a nuestros hijos".
El Doctor lanza un discurso culpando a ellos mismos, y a los padres franceses, por haber llevado a sus hijos a la guerra. "Yo mismo le despedí aquí delante, aplaudiéndole", llega a decir el doctor. Era orgullo por los hijos que iban a combatir por la patria. Ni ellos tienen la culpa de las víctimas francesas, ni al revés. Brillantemente lanza el comentario de que cuando ganábamos una batalla brindábamos con cerveza por los hijos muertos franceses... y cuando los franceses ganaban, brindaban con vino por los hijos muertos alemanes. "Padres brindando por la muerte de hijos".
La secuencia se cierra brillantemente con el Doctor marchándose de allí llamando "viejos" (una manera de decir Karkas) a sus amigos, mientras que el alemán de la mesa de a lado, se levanta y se nos muestra por primera vez que es cojo, agarra sus muletas y va hasta la puerta a estrechar la mano del Doctor Holderlin. Este sale fuera y se escuchan pasos, como si de un desfile militar se tratara. No hay nadie, simplemente está recordando cuando vio por última vez a su hijo, justo en ese mismo sitio, marchando entre júbilos a la muerte.
Por último, destacar la secuencia final. No ya tanto el momento tierno de la carta, que también, si no centrándonos en el final de la película. El Doctor Holderlin cogerá un violín y se lo entregará a Paul, que se quedará en casa, para que toque algo. Hago un pequeño parón aquí para decir que uno de los argumentos de los amigos del Doctor en la secuencia de la taberna era que el francés había llegado con una caja con un violín pero que no la abría nunca y que, por lo tanto, no debía tratarse de un violín.
Pues bien, el Doctor le entrega el violín a Paul. Este lo coge y sí, no queda la menor duda de que si se queda a tocar el violín estará aceptando lo que dice Elsa, que debe quedarse y no hacer daño a esa familia y vivir todos juntos. En ese momento comienza a tocar y por el rostro de Elsa entendemos que la canción es familiar, por lo que el espectador debe intuir que se trata de la partitura que había en ese libro de Beethoven que yacía junto al cuerpo sin vida de Walter. Elsa irá hacia el piano y acompañará la melodía, mientras los padres del joven Walter se muestran conmovidos, con un rostros que aúna tristeza y felicidad, pero sobretodo melancolía.
Valoración
Reconozco que cuando vi la película hará casi 10 años (como llueve el tiempo) me gustó bastante, pero no tenía un recuerdo tan nítido de la misma. Sabía de qué iba pero ni siquiera recordaba el final. Pues bien, todo lo que va en el tramo final de la película, desde el discurso de la taberna hasta el final con la musica de Beethoven en honor a Walter es simplemente sensacional.
Y antes de eso cada plano está cuidado para mostrar los horrores de la guerra pero sin entrar necesariamente en la crudeza. Como he dicho, la sensacional charla de dos madres en el cementerio hablando de como hacer un pastel que le encantaba al hijo de una de ellas, la relación de amor que debería estar penada pero que acaba viéndose como lógica. El intento de reconstruir la vida como puede.
Y ese mensaje, descarado y sin tapujos hacia la paz y la amistad entre países. A intentar dejar de lado los odios, rencores y rencillas y estrecharse la mano. ¿Acaso no se han vivido ya muchas muertes como para seguir enfadados? Sin duda, "Remordimiento" es una película sobresaliente, un clásico bastante escondido para el gran público que no goza de los privilegios y la fama de otras películas.
Pero todo ello no quita que estamos ante una película acertadísima que debería haber corrido mejor suerte en la historia del cine. Quizás sea su sencillez, las escasas pretensiones de la misma o que llegara en una época donde poco después el nazismo hizo volver a mirar a ese lado del mapa... pero "Remordimiento" es una película que el mundo debería conocer y reconocer. Y el talento de Lubitsch... eso es otro asunto que el día que hable de "Ser o no ser" ya dejaremos claro y en su sitio.
*Para curiosos: En 2016 el director francés François Ozon realizó un Remake de esta película titulada "Frantz". El título viene del nombre del soldado alemán en dicha producción, donde Elsa pasaría a llamarse Anna y Paul tendría el nombre de Adrien.
Nota: 8,5
Lo Mejor: Como se nos cuenta la historia, como si de un tierno cuento para dormir se tratara. El mensaje que nos lanza.
Lo Peor: Poco, quizás es lenta en su primera media hora, pero llena de mensaje.
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