El pasado 3 de octubre Netflix lanzaba "Operation finale", un thriller ¿político? sobre el nazismo, ambientado en los años 60, basado en hechos reales y que trataba la caza y captura de Adolf Eichmann. Dirigida por Chris Weitz y con pesos pesados de la actuación como Ben Kingsley (como Eichmann) y Oscar Isaac como la pieza principal del Comando israelita encargado de la Operación.
¿Quién fue Eichmann? A estas alturas ya es bastante conocida la historia de Eichamann. Oficial de la Alemania Nazi encargado de la famosa Solución Final con el problema judío en Alemania. A diferencia de otros miembros como Hitler que optaron por el suicidio, y otros que fueron sentenciados en Nuremberg, Eichmann se borró del mapa emigrando a Argentina... hasta que en 1960 la Inteligencia israelita topó con él.
Esta película narra como fue la Operación de captura de Eichman en vísperas del juicio que acabaría con su vida en la horca. Sobre ese apartado hay alguna que otra película que narra la retransmisión del Juicio, puesto que fue emitida en abierto en 1961, mostrando por primera vez en pantalla testimonios de judíos castigados en la Segunda Guerra Mundial.
La Película
El fulgurante arranque de la película nos muestra en 1954 al protagonista principal de la cinta, protagonizado por Isaac, cometiendo un error de bulto cuando secuestran y asesinan a sangre fría a un ex miembro del partido Nazi. Sin embargo, no es el que buscaban. Querían encontrar a Eichmann, pero fallaron.
Ya en 1960 un contacto en Argentina, una joven mujer de descendencia alemana flirtea con el hijo de Eichamnn dando pie al descubrimiento que el Servicio de Inteligencia israelí aprovecharía para lanzar su Operación. ¿Los problemas? Además de poder secuestrarlo, mantenerlo aislado del mundo sin ser descubierto hasta que el avión de la compañía israelí les traiga de vuelta. A pesar de parecer algo sencillo, no lo fue tanto... como muestra la película (que no destriparé).
Crítica
Operation Finale tiene un punto de partida atractivo y una ambientación bastante lograda. Una historia que puede resultar realmente interesante, un thriller que debe tener momentos que te mantengan en tensión y un reparto que lo hace realmente bien. Todo eso, visto así, la deja en un lugar muy interesante dentro de una filmografía de la productora Netflix donde suelen fallar las cosas.
Aquí, sin embargo, vuelve a fallar algo. El atractivo de la historia no es suficiente para sujetar una trama que se mueve con lentitud en su primera mitad de metraje. A partir de ahí llega lo mejor del film con el duelo actual de Kingsley (capaz de hacer de Ghandi, de judío o de Nazi) con Isaac, sin duda alguna lo mejor de la película.
Esa serie de diálogos son lo más interesante del proyecto, donde se nos muestra a la persona que hay detrás del monstruo, pero esa dualidad entre el hombre que hace 15 años que debería haber dejado la Alemania Nazi, y el nazi oficial que es habiendo convertido a su hijo en un pequeño Hitler en potencia a pesar de vivir en Argentina tanto tiempo después de la guerra.
¿Qué falla? Bien sencillo, como drama con tintes judiciales sin llegar a serlo, la película es interesante. No mucho más allá, pero cumple holgadamente. Su principal problema es que se vende y parece intuirse un intento por hacer un thriller político de esos de captura, que intenta recordar (con avión incluido) a proyectos como "Argo". El problema es la falta de chispa.
No se hace mucho hincapié en los "malos" que intentarán torpedear la operación, y esa tensión final en la que debería ser la secuencia clímax del film, no lo es tanto. Se sobrelleva con urgencia y cierta torpeza, perdiendo la oportunidad de mantener el interés del espectador. Eso y un montaje por momentos demasiado lioso o falto de ritmo se llevan al traste el resto de la Operación. No brilla, no aburre, no será recordada.
Nota: 5,5
Lo Mejor: Kingsley como el monstruo, e Isaac y sus tormentos
Lo Peor: Como thriller carece de espectáculo y de tensión
¿Quién fue Eichmann? A estas alturas ya es bastante conocida la historia de Eichamann. Oficial de la Alemania Nazi encargado de la famosa Solución Final con el problema judío en Alemania. A diferencia de otros miembros como Hitler que optaron por el suicidio, y otros que fueron sentenciados en Nuremberg, Eichmann se borró del mapa emigrando a Argentina... hasta que en 1960 la Inteligencia israelita topó con él.
Esta película narra como fue la Operación de captura de Eichman en vísperas del juicio que acabaría con su vida en la horca. Sobre ese apartado hay alguna que otra película que narra la retransmisión del Juicio, puesto que fue emitida en abierto en 1961, mostrando por primera vez en pantalla testimonios de judíos castigados en la Segunda Guerra Mundial.
La Película
El fulgurante arranque de la película nos muestra en 1954 al protagonista principal de la cinta, protagonizado por Isaac, cometiendo un error de bulto cuando secuestran y asesinan a sangre fría a un ex miembro del partido Nazi. Sin embargo, no es el que buscaban. Querían encontrar a Eichmann, pero fallaron.
Ya en 1960 un contacto en Argentina, una joven mujer de descendencia alemana flirtea con el hijo de Eichamnn dando pie al descubrimiento que el Servicio de Inteligencia israelí aprovecharía para lanzar su Operación. ¿Los problemas? Además de poder secuestrarlo, mantenerlo aislado del mundo sin ser descubierto hasta que el avión de la compañía israelí les traiga de vuelta. A pesar de parecer algo sencillo, no lo fue tanto... como muestra la película (que no destriparé).
Crítica
Operation Finale tiene un punto de partida atractivo y una ambientación bastante lograda. Una historia que puede resultar realmente interesante, un thriller que debe tener momentos que te mantengan en tensión y un reparto que lo hace realmente bien. Todo eso, visto así, la deja en un lugar muy interesante dentro de una filmografía de la productora Netflix donde suelen fallar las cosas.
Aquí, sin embargo, vuelve a fallar algo. El atractivo de la historia no es suficiente para sujetar una trama que se mueve con lentitud en su primera mitad de metraje. A partir de ahí llega lo mejor del film con el duelo actual de Kingsley (capaz de hacer de Ghandi, de judío o de Nazi) con Isaac, sin duda alguna lo mejor de la película.
Esa serie de diálogos son lo más interesante del proyecto, donde se nos muestra a la persona que hay detrás del monstruo, pero esa dualidad entre el hombre que hace 15 años que debería haber dejado la Alemania Nazi, y el nazi oficial que es habiendo convertido a su hijo en un pequeño Hitler en potencia a pesar de vivir en Argentina tanto tiempo después de la guerra.
¿Qué falla? Bien sencillo, como drama con tintes judiciales sin llegar a serlo, la película es interesante. No mucho más allá, pero cumple holgadamente. Su principal problema es que se vende y parece intuirse un intento por hacer un thriller político de esos de captura, que intenta recordar (con avión incluido) a proyectos como "Argo". El problema es la falta de chispa.
No se hace mucho hincapié en los "malos" que intentarán torpedear la operación, y esa tensión final en la que debería ser la secuencia clímax del film, no lo es tanto. Se sobrelleva con urgencia y cierta torpeza, perdiendo la oportunidad de mantener el interés del espectador. Eso y un montaje por momentos demasiado lioso o falto de ritmo se llevan al traste el resto de la Operación. No brilla, no aburre, no será recordada.
Nota: 5,5
Lo Mejor: Kingsley como el monstruo, e Isaac y sus tormentos
Lo Peor: Como thriller carece de espectáculo y de tensión
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