Armas al hombro (Charles Chaplin, 1918)

Hace 100 años ya, el genio del cine de humor (por entonces mudo) Charles Chaplin, produjo, dirigió y protagonizó la que podríamos considerar la primera película bélica de gran éxito de la historia. Fiel a su estilo cómico, vio la luz, un 20 de octubre de 1918 (de forma limitada) "Armas al hombro", mediometraje de ambiente bélico que siete días después llegó a estrenarse oficialmente en el resto de país. A España llegaría 7 meses después.

Como curiosidad, destacar que la película vio la luz hacia finales de Octubre... y que en ella se llega a ver ficticiamente el final de la Gran Guerra. Como si de un juego de niños se tratara, Chaplin sabía como parar el conflicto de una vez por todas. Casualidades de la vida, apenas tres semanas después, el 11 de noviembre, llegaba el final de la Gran Guerra, tras 4 años de campos y vidas destrozadas sobretodo en Europa, pero también en otras partes del mundo, con Asia y África salpicadas directamente.


Sinopsis
En los apenas tres cuartos de hora que dura el mediometraje (es aún más corto que otro clásico de Chaplin como es "El chico"), Chaplin inicia las peripecias en el campo de entrenamiento, si bien debieron rodarse secuencias previas sobre su vida familiar y el alistamiento que posteriormente no quedarían reflejadas en el montaje final (suponemos que no pasaría el filtro de la censura).

Tras una breve instrucción que nos muestra el primer gag cómico del británico, enseñándonos como no hacer la instrucción militar y su incapacidad a caminar con los pies juntos y rectos aunque se esfuerce, el Charlot-soldado de la película va al frente. Ahí podríamos dividir la película en dos tramos bien diferenciados.

El primero nos enseña la vida en las trincheras. Desde su llegada cargado de bártulos que le impide entrar en su barracón, la llegada de cartas donde, inicialmente no tiene ninguna pero posteriormente le llega un paquete que podríamos considerar (después) el primer paquete-bomba de la historia del cine, las húmedas trincheras donde el agua te llega a los tobillos y no te deja dormir... y posteriormente el ataque a la trinchera enemiga donde Charlot se convertirá en todo un héroe.

La segunda parte de la película nos muestra una aventura de espías y aventuras tras las líneas enemigas. Pierde cierto toque de humor, pero igualmente a Chaplin le da para echar unas risas y burlarse de todo. Él y un compañero viajan a las líneas enemigas, Charlot disfrazado de árbol conseguirá doblegar a varios enemigos, incluso salvar a su compañero (que ha sido capturado) de un fusilamiento en el bosque... justo después hay una persecución que merece la pena donde aun disfrazado de árbol se esconde en medio del bosque mientras un soldado alemán clava su bayoneta a no pocos árboles...

Tras lograr escapar, Charlot se cobija en una casa en ruinas en Francia. Allí conocerá a una francesa con la que habrá cierto feeling. Pero la guerra, dichosa guerra, llamará a la puerta en forma de soldados alemanes que capturarán a la mujer, pero no conseguirán capturar a nuestro héroe. Éste, en deuda con la chica francesa irá a rescatarla al mismísimo Cuartel General alemán, donde, por una serie de circunstancias llegará el mismísimo Kaiser a planificar el plan maestro que les pueda dar la guerra.

Chaplin, la francesa y el compañero belicosero de Chaplin conseguirán con astucia disfrazarse de los cocheros del Kaiser y cuando este y su plana mayor entran al coche, ir hasta las líneas aliadas y quedar como auténticos héroes al haber capturado al Kaiser. La guerra da un giro y Chaplin, con ayuda de una campesina y un compañero acaba de ganar la guerra... aunque no por mucho tiempo. El giro final en forma de Chaplin siendo despertado/manteado por dos hombres en la instrucción nos indica que todo lo que hemos visto desde que llega al frente en adelante no ha sido más que un sueño... la guerra no ha acabado. Por suerte, no le quedó mucho.

Secuencias/Gags
Aquí va una serie de Spoilers más importantes que contar la película en sí. Contaré algunos de los momentos cómicos que merecen la pena. Si os apetece ver la película por sorpresa, no leais lo que viene a continuación hasta que no la hayáis visto.

Dentro de los numerosos gags cómicos, algunos auténticas payasadas típicas de la época (estamos hablando de humor de hace 100 años) hay algunos momentos relevantes. El primero de ellos, el del famoso paquete-bomba. A Chaplin le envían en su paquete un queso que apesta tanto que el personaje se pone la mascarilla. Aun así, sigue oliendo demasiado fuerte y no se le ocurre otra cosa que lanzarlo por encima de su trinchera, dando en toda la cara al oficial alemán al mando de la trinchera enemiga.

Poco después llega el momento de la gran batalla. Ahí primero vemos a un Chaplin indeciso por la mala suerte... su número de identificación es el 13 y rompe un espejo que tiene en el pecho. A pesar de la mala suerte intenta ser el primero que, valientemente, abandone su trinchera para buscar al enemigo. Tras un intento fallido (se cae la escalera) a la que lo vuelve a intentar y se asoma, retrocede y cede su puesto a un compañero, saliendo finalmente el último de su trinchera.

Justo después vemos que él solito ha capturado a 13 (número de su placa) enemigos. Todos ellos él solito, reparte cigarrillos a todos los enemigos, y el último que queda se lo da al oficial enemigo, quedándose Charlot sin cigarro para él. Aun así el oficial enemigo tira el cigarro, con la consiguiente reprimenda de nuestro héroe que le pega azotes en el culo para deleite y disfrute de los subordinados alemanes que estaban hasta las narices de su "pequeño" jefe. Justo en ese momento llegará el oficial al mando aliado y le preguntará a Charlot como ha conseguido él solo capturar a 13 enemigos, con el intertítulo, pero al mismo tiempo con los gestos del personaje, se nos dice que simplemente "los rodeó", brillante respuesta.

La película pierde cierto punch cómico, aunque gana como cine de aventuras en su segunda parte. Se deja a un lado los sketches cómicos sin necesidad de conexión, para contarnos en 15-20 minutos una aventura bélica, aunque la persecución por el bosque, los cambios de traje para pasarse por el enemigo (y no nos olvidemos del traje de árbol) o la llegada a la casa derruida son buenas muestras del humor de Chaplin.

Valoración
"Armas al hombro" ha cumplido 100 años y sigue siendo una película algo menor en la filmografía de Chaplin, si bien podríamos considerarla el primer gran proyecto de Chaplin que, hasta entonces, rodaba numerosos cortometrajes pero no había hecho tanta película que superara la media hora de duración. En la década de los 20 y 30 llegarían las consideradas obras maestras del director.

En ese sentido la película es de un segundo peldaño en su filmografía. Notable ejercicio de humor que tiene, como detalle más preciado, el hecho de narrar la guerra con tono de humor. Hoy en día parece algo sencillo de hacer tras haber visto grandes parodias y comedias. Pero en aquella época y con el conflicto bélico aún latente era algo complicado de parodiar.

Aun así Charplin no se cortó e hizo su cine de aventuras y comedia sobre la guerra. Burlándose de lo que hiciera falta y, a pesar de parecer que es una película "patriótica" logrando acabar la guerra, ese giro final en forma de sueño nos hace recordar que el personaje era consciente de que eso no había acabado y que vender el final de la guerra de manera tan sencilla podía ser erróneo.

Interesante película que merece la pena ver por su corta duración y por narrar la Primera Guerra Mundial en clave de humor. Como detalle, Chaplin volvería a las trincheras y al humor en el primer tramo (corto) de una de sus obras cumbres: "El gran dictador". Aquel canto pacifista y, sobretodo, antifascista que ha pasado a la historia del cine.

Nota: 7

Lo Mejor: Los sketches cómicos que he mencionado, con especial mención al disfraz de árbol.
Lo Peor: La parte final no acaba de ser tan divertida como la parte de las trincheras y la persecución en el bosque.

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