Hoy, 14 de febrero, se celebra el día de San Valentín: Día de los enamorados. Rememorando films sobre la I Guerra Mundial en este 2018 en el que se cumplen 100 años de su finalización, toca hablar del que posiblemente sea el film romántico por excelencia sobre el conflicto: "Adiós a las armas".
Dirigida por Frank Borzage en 1931, "Adiós a las armas" es la representación para gran pantalla de un libro homónimo de Ernst Hemingway. El autor, que había sido conductor de ambulancia durante la Gran Guerra, escribió una obra sobre el amor en tiempos de guerra y sobre las consecuencias que traía renunciar al conflicto.
Ya desde los primeros compases de un film corto (apenas 78 minutos) nos encontramos con una charla a una enfermera a la que "despachan" y mandan para casa. Eso con las enfermeras se podía hacer si realizaban algo que se podría considerar "deserción"; sin embargo un oficial (El teniente protagonista de la película, interpretado por Gary Cooper) no lo tendría tan fácil y, como se vería posteriormente, el mero hecho de inentar abandonar la guerra es sinónimo de deserción... y por lo tanto, el castigo es la muerte.
Lo curioso de "Adiós a las armas" (contiene spoilers) es su toque trágico en todo el tramo final de la película. Un hombre enamorado, al que han separado de su amada y al que han cortado el contacto, decide renunciar al combate, jugándose la vida, para poder llegar a su mujer... y posteriormente también a su futuro hijo, del que no tenía conocimiento alguno.
El desenlace no es el de ver al Teniente capturado y enviado a fusilar. El destino es mucho más cruel con él. Le deja vivir, le hace pasar mil penurias. Aguanta bombardeos enemigos, lluvia y barro, hambre, e incluso logra huir en no pocas ocasiones de las tropas italianas (sus aliadas) que disparan a dar. Todo para llegar a la neutral Suiza donde debe aguardar su esposa. Esposa (interpretada por Helen Hayes) que en su desesperación y viviendo sin ningún tipo de lujo, acaba por perder su fortaleza física cuando recibe todas las cartas que envió desde Suiza y que fueron devueltas por el Capitán de turno, que pensaba que el bueno de Cooper no debía distraerse en mujeres.
Cuando Cooper consigue, por fin, cruzar la frontera, a salvo y de una pieza, ya es tarde. El hijo que su mujer esperaba ha muerto y apenas puede llegar a presenciar la muerte de su amada esposa. El final que nos enseña Borzage, con Cooper sosteniendo a su mujer en brazos y gritando la palabra "Paz", mientras se ven imágenes de palomas y campanas sonando, es de los que golpean fuerte. La guerra ha terminado y todo el esfuerzo por verse se va al traste. Solo hacía falta haber aguantado unos días más y podrían haberse visto en otras circunstancias. Pero la guerra es cruel, y aunque aquí no acaba con la vida del soldado, ni directamente (el personaje de Hayes no sufre ninguna herida) con la de su mujer; es inevitable pensar que la muerte de esta y su hijo están relacionadas.
y ¿qué paz puede conseguir el personaje de Cooper en ese instante? La guerra ha terminado y mientras todos pueden salir a celebrar el fin de un contienda que debía haber terminado con todas las guerras (de ilusiones se vive), el Teniente protagonista de la novela de Hemingway no puede más que llorar ante la última víctima que se cobraría la guerra, la más importante de todas.
Ese final, casi tan trágico como el de "Romeo y Julieta" es desgarrador, y eleva el nivel de un film que Borzage, buen director pero para nada supremo, llevó con el mejor pulso posible. Un par de retazos bélicos, una historia de amor buena para la época pero que ha perdido muchísimo con el paso de los años, y un Cooper que ya mostraba lo gran actor que llegaría a ser.
La mejor secuencia de la película sería, posiblemente, esos instantes totalmente mudos donde Cooper decide huir de la guerra en busca de su esposa. Se nos muestran los horrores de la guerra en 5 minutos donde un buen grupo de heridos y "desertores" marchan en dirección contraria al combate. Son atacados por lluvia y fuego, muchos mueren. Y los que no, son hechos prisioneros de los italianos. Todo eso sin más sonido que la música, como si de una película muda se tratara.
Carrera
La película logró dos Oscars, correspondientes a Mejor Fotografía y Sonido, siendo de los films sobre la contienda más galardonados de la historia junto a "Sin novedad en el frente". Además, sería nominada a Mejor Película y Diseño de Producción. No logró su director la mención, aunque ya conocía lo que era ganar un Oscar. Lo había hecho 5 años antes con "El séptimo cielo", obra maestra de su director y una de las películas más reconocidas del cine mudo.
Por su parte el film sirvió para engrandecer el caché y nivel de Gary Cooper, que por entonces aún estaba arrancando su carrera (era Helen Hayes la auténtica estrella del proyecto). Cooper lograría su primer Oscar volviendo a enrolarse en la I Guerra Mundial con "El sargento York" (1941). Sería la última vez que Cooper haría un papel sobre la I Guerra Mundial, 14 años después de aparecer en un papel breve en "Alas" (1927) primer film de la historia en alzarse con el Oscar a la mejor película.
En lo que respecta a la película, no sería la primera vez que se vería en la gran pantalla. En 1957 Charles Vidor la llevaría de nuevo al cine con Rock Hudson y Jennifer Jones en los papeles principales. Y más recientemente, en 1996 Richard Attenborough provocaría bostezos con "En el amor y en la guerra", película que nos muestra al Hemingway de la I Guerra Mundial enamorándose de una enfermera.
Nota 5,5
Lo mejor: Cooper y alguna secuencia lograda por Borzage
Lo peor: El paso de los años la continuará condenando, ya que su historia de amor queda un tanto pobre y poco pasional exceptuando su sobrecogedor final.
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RECUERDA: en motivo del 100 aniversario del fin de la I Guerra Mundial estamos haciendo un repaso de las mejores películas bélicas que tratan sobre la I Guerra Mundial. Aquí te dejamos con la reseña de "Largo domingo de noviazgo".
Dirigida por Frank Borzage en 1931, "Adiós a las armas" es la representación para gran pantalla de un libro homónimo de Ernst Hemingway. El autor, que había sido conductor de ambulancia durante la Gran Guerra, escribió una obra sobre el amor en tiempos de guerra y sobre las consecuencias que traía renunciar al conflicto.
Ya desde los primeros compases de un film corto (apenas 78 minutos) nos encontramos con una charla a una enfermera a la que "despachan" y mandan para casa. Eso con las enfermeras se podía hacer si realizaban algo que se podría considerar "deserción"; sin embargo un oficial (El teniente protagonista de la película, interpretado por Gary Cooper) no lo tendría tan fácil y, como se vería posteriormente, el mero hecho de inentar abandonar la guerra es sinónimo de deserción... y por lo tanto, el castigo es la muerte.
Lo curioso de "Adiós a las armas" (contiene spoilers) es su toque trágico en todo el tramo final de la película. Un hombre enamorado, al que han separado de su amada y al que han cortado el contacto, decide renunciar al combate, jugándose la vida, para poder llegar a su mujer... y posteriormente también a su futuro hijo, del que no tenía conocimiento alguno.
El desenlace no es el de ver al Teniente capturado y enviado a fusilar. El destino es mucho más cruel con él. Le deja vivir, le hace pasar mil penurias. Aguanta bombardeos enemigos, lluvia y barro, hambre, e incluso logra huir en no pocas ocasiones de las tropas italianas (sus aliadas) que disparan a dar. Todo para llegar a la neutral Suiza donde debe aguardar su esposa. Esposa (interpretada por Helen Hayes) que en su desesperación y viviendo sin ningún tipo de lujo, acaba por perder su fortaleza física cuando recibe todas las cartas que envió desde Suiza y que fueron devueltas por el Capitán de turno, que pensaba que el bueno de Cooper no debía distraerse en mujeres.
Cuando Cooper consigue, por fin, cruzar la frontera, a salvo y de una pieza, ya es tarde. El hijo que su mujer esperaba ha muerto y apenas puede llegar a presenciar la muerte de su amada esposa. El final que nos enseña Borzage, con Cooper sosteniendo a su mujer en brazos y gritando la palabra "Paz", mientras se ven imágenes de palomas y campanas sonando, es de los que golpean fuerte. La guerra ha terminado y todo el esfuerzo por verse se va al traste. Solo hacía falta haber aguantado unos días más y podrían haberse visto en otras circunstancias. Pero la guerra es cruel, y aunque aquí no acaba con la vida del soldado, ni directamente (el personaje de Hayes no sufre ninguna herida) con la de su mujer; es inevitable pensar que la muerte de esta y su hijo están relacionadas.
y ¿qué paz puede conseguir el personaje de Cooper en ese instante? La guerra ha terminado y mientras todos pueden salir a celebrar el fin de un contienda que debía haber terminado con todas las guerras (de ilusiones se vive), el Teniente protagonista de la novela de Hemingway no puede más que llorar ante la última víctima que se cobraría la guerra, la más importante de todas.
Ese final, casi tan trágico como el de "Romeo y Julieta" es desgarrador, y eleva el nivel de un film que Borzage, buen director pero para nada supremo, llevó con el mejor pulso posible. Un par de retazos bélicos, una historia de amor buena para la época pero que ha perdido muchísimo con el paso de los años, y un Cooper que ya mostraba lo gran actor que llegaría a ser.
La mejor secuencia de la película sería, posiblemente, esos instantes totalmente mudos donde Cooper decide huir de la guerra en busca de su esposa. Se nos muestran los horrores de la guerra en 5 minutos donde un buen grupo de heridos y "desertores" marchan en dirección contraria al combate. Son atacados por lluvia y fuego, muchos mueren. Y los que no, son hechos prisioneros de los italianos. Todo eso sin más sonido que la música, como si de una película muda se tratara.
Carrera
La película logró dos Oscars, correspondientes a Mejor Fotografía y Sonido, siendo de los films sobre la contienda más galardonados de la historia junto a "Sin novedad en el frente". Además, sería nominada a Mejor Película y Diseño de Producción. No logró su director la mención, aunque ya conocía lo que era ganar un Oscar. Lo había hecho 5 años antes con "El séptimo cielo", obra maestra de su director y una de las películas más reconocidas del cine mudo.
Por su parte el film sirvió para engrandecer el caché y nivel de Gary Cooper, que por entonces aún estaba arrancando su carrera (era Helen Hayes la auténtica estrella del proyecto). Cooper lograría su primer Oscar volviendo a enrolarse en la I Guerra Mundial con "El sargento York" (1941). Sería la última vez que Cooper haría un papel sobre la I Guerra Mundial, 14 años después de aparecer en un papel breve en "Alas" (1927) primer film de la historia en alzarse con el Oscar a la mejor película.
En lo que respecta a la película, no sería la primera vez que se vería en la gran pantalla. En 1957 Charles Vidor la llevaría de nuevo al cine con Rock Hudson y Jennifer Jones en los papeles principales. Y más recientemente, en 1996 Richard Attenborough provocaría bostezos con "En el amor y en la guerra", película que nos muestra al Hemingway de la I Guerra Mundial enamorándose de una enfermera.
Nota 5,5
Lo mejor: Cooper y alguna secuencia lograda por Borzage
Lo peor: El paso de los años la continuará condenando, ya que su historia de amor queda un tanto pobre y poco pasional exceptuando su sobrecogedor final.
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RECUERDA: en motivo del 100 aniversario del fin de la I Guerra Mundial estamos haciendo un repaso de las mejores películas bélicas que tratan sobre la I Guerra Mundial. Aquí te dejamos con la reseña de "Largo domingo de noviazgo".
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