El sabor agradable de un clásico

"Aliados" tiene todos esos ingredientes que hacen que el film huela a clásico por todos los costados. Desde secuencias de acción cortas, una historia de amor vendida por cortos fascículos y una duración que no llegue al exceso a pesar del tiempo que pasa e intenta abarcar. Un par de planos bastan para encadenar una boda y un nacimiento con el nexo de un bombardeo continuo, como el que asediaba a Londres cada dos por tres.

También tiene, el film de Zemeckis, un cierto aire de homenaje a Casablanca. Más allá de una historia de espionaje contada a trazos gruesos, destaca, además de la ciudad, la idea de tener un piano y un aeródromo como puntos de comparación. Pero no sería justo comparar el film con un clásico de los gordos, donde "Aliados" tendría las de perder de antemano.


Pero nos pararemos en lo comentado en la primera línea, ese aroma a clásico que tiene el film. A pesar de tener una oportunidad de dotarle de un empaque más actual, Zemeckis se dedica a contarnos una historia que tiene los ingredientes de toda la vida: Amor, acción y cierta intriga. Pero no termina por tener mucho de ninguna de las cosas. Sobretodo destacable que el suspense que parecía presagiar el tráiler no está en ninguna parte, contándose la historia al uso.

No vayamos directos a la yugular. Que el film no cumpla las expectativas puestas en el apartado de la intriga, que no termine tampoco de cuajar como historia de amor (debido a la lógica desconfianza que desprenden ya desde el inicio sus protagonistas) y que sus secuencias de acción sean escasas y cortas no quita interés a una película entretenida.

Y en esas estábamos, comentando que "Aliados" olía a cine clásico. A aquellas películas de los años 40 donde más allá de la calidad y de moralinas, lo que se pedía era pasar un rato agradable. Las dos horas que dura la película de Zemeckis se pasan con el espectador pendiente de lo que sucede y acabando el film con una sensación, si bien no de plenitud, de haber pasado un rato agradable.

Como puntos fuertes destaca una dirección artística y un vestuario muy logrados, que llevaron tiempo hacerse, y una Cotillard cuyas miradas enamoran la pantalla. El punto débil es que en el innecesario epílogo Zemeckis se olvide del tipo de película que había planteado durante dos horas, y entre en cierto tono sensible y de moralina totalmente innecesario.

Nota: 6,25

Lo Mejor: La recreación de Casablanca (y Londres) de la II Guerra Mundial
Lo Peor: Innecesario epílogo y no haber aprovechado la oportunidad de hacer un film con mucho más suspense.

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