
Se trata de una película realizada a finales de los 80 en Hong Kong que mezcla el cine bélico (predominante en el film a pesar de que pensaba que no sería así) con las artes marciales. Así, a botepronto, suena a frikada absoluta (sí, de esas que le pegan al director de Pulp Fiction).
El argumento, lo más sencillo posible para aprovechar la excusa arriba mencionada de mezclar géneros. Acabada la guerra de Vietnam para los americanos (que no para la guerrilla) un grupo de prisioneros (todos asiáticos, aunque residentes en USA) son enviados a una misión prácticamente suicida que consigue en destruir armamento que los Vietkong no han logrado aun encontrar y que, en caso de hacerlo, podría ser peligroso que poseyeran.
Un punto de partida como el de "Doce del patíbulo" aunque aquí no se nos muestra en ningún momento el entrenamiento de los chicos que durante la hora y media se dedicarán a repartir mamporros y tiros a diestro y siniestro al más puro estilo de peliculas como "Rambo II" o la saga de Chuck Norris "Desaparecido en combate" de las que beben mucho.

A pesar de ese punto de partida vago y sin mucho fuste la película entretiene, o, cuanto menos, no se llega a hacer pesada. La mezcla de géneros no está tan trillada como cabía la posibilidad que estuviera y ese toque "Freak" del film termina por hacerle en cierto modo, entrañable. No venderé que se trate de una joya, ni un film bélico de lo más recomendable. Simplemente, se trata de una rareza que debe ser vista como lo que es, con curiosidad y, a poder ser, sin mucho ojo crítico.
Porque si nos metemos a analizar cosas más intrínsecas del film, nos toparemos con no pocos atropellos tanto a la historia como a la inteligencia de los que allí combaten. Pero no pasa nada, porque, como se ha dicho, es un film que simplemente buscaba la excusa para mezclar dos géneros, el bélico y el de artes marciales. Y logra ese propósito a pesar de lo poco logradas que puedan resultar algunas secuencias o de un guión poco inspirado.
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