La vida de Louis Zamperini debía ser contada para el Cine. Con esa premisa se puso Jolie al frente de un proyecto de film costoso y épico, de esos que no pueden dejar indiferente. Se ponía, la directora, en el ojo del huracán, y ya se especulaba, antes del estreno, con muchas cosas.. el éxito y fracaso se podía calibrar finamente, separándolo una delgada línea.
El resultado es "Unbroken", un film cuyo título en castellano (Invencible) no refleja fielmente todo lo que abarca el título original. Alguien que no se puede romper, o algo que no se puede quebrar, como el alma de un hombre que las pasó canutas para sobrevivir, primero a 45 días en el mar, abandonado junto a dos compañeros, y después en un campo de prisioneros.
Como decíamos, la vida de Louie no fue una más, y por lo tanto debía ser contada. Pero el error final consiste en convertir al protagonista en un mártir, en una especie de Jesucristo. Jolie lo eleva a ese punto en esa crucifixión final que debe soportar, levantando su propia cruz -madero- ante la atenta mirada de los que han sido compañeros suyos y verdugos.
El film abarca, únicamente, la parte elogiosa de su proeza. Sobrevivir a un mar infestado de tiburones y a los japoneses. De su pasado, el que verdaderamente le dio gloria y le puso nombre, apenas hay un par de pinceladas. Intuimos una infancia complicada y conflictiva en apenas tres escenas, y pasamos a ver a un Zamperini adulto que no cree en Dios hasta que este le pone la prueba de fuego.
Todo así, a brochetazos de unos Coen que, bien por no alargar la trama demasiado, o por no cogerle el punto no dieron el énfasis necesario a la historia. De este modo el film trata de lo que trata, de la vida de Louie, y lo demás -y los demás-.... quedan abandonados a su suerte más que el protagonista, meros secundarios que parece que pasaban por ahí.
Porque el error es vender sus dos años de cautiverio repletos de palizas como si fuera él quien recibió y recibió, y no los demás. Porque si una parte del film es interesante, esa es la de las barcas salvavidas, donde ahí se ve a un Zamperini capaz de luchar por él y por sus compañeros, capaz de dotar de su alma a los demás, de creer en que pueden sobrevivir. A partir de ahí, sin sus compañeros de aventura, termina en un campo de prisioneros donde todos menos él parecen ser anónimos.
Lo es incluso para un Watanabe que, primero como cabo y después como sargento, no parece tener otro objetivo en esta vida que destruir el alma de un hombre inquebrantable. Hasta el punto de llevarlo por el camino de la amargura hasta su crucifixión, donde termina siendo erigido como héroe para las masas.
El film es interesante, no cabe la menor duda. Porque la vida y aventuras de Zamperini lo son. Porque es una historia que podía ser llevada a cine perfectamente. Pero Jolie y los Coen no consiguen dotarla de consistencia suficiente o del tono de épica necesario para hacerla inolvidable. Para hacerla volar un poco más alto.
Zamperini sobrevive a su cautiverio. Pero la gloria Louie la consiguió antes de ser hecho prisionero. Después el protagonista simplemente sobrevivió, tal y como sobrevive Jolie a los cuatrocientos golpes que ha recibido. Su película no es memorable, ni lo suficientemente épica, pero tampoco se hunde en el Pacífico y, a pesar de todos los tiburones que le aguardan para devorar, sale airosa... pero poco más.
Nota: 6/10
Lo Mejor: La secuencia en la que, al borde de la muerte, toca nadar en un mar repleto de tiburones al acecho.
Lo Peor: Que la vida de Zamperini parezca quedar reducida a un chico destinado a recibir golpes una y otra vez, sin llegar a ser algo más que un superviviente.
El resultado es "Unbroken", un film cuyo título en castellano (Invencible) no refleja fielmente todo lo que abarca el título original. Alguien que no se puede romper, o algo que no se puede quebrar, como el alma de un hombre que las pasó canutas para sobrevivir, primero a 45 días en el mar, abandonado junto a dos compañeros, y después en un campo de prisioneros.
Como decíamos, la vida de Louie no fue una más, y por lo tanto debía ser contada. Pero el error final consiste en convertir al protagonista en un mártir, en una especie de Jesucristo. Jolie lo eleva a ese punto en esa crucifixión final que debe soportar, levantando su propia cruz -madero- ante la atenta mirada de los que han sido compañeros suyos y verdugos.
El film abarca, únicamente, la parte elogiosa de su proeza. Sobrevivir a un mar infestado de tiburones y a los japoneses. De su pasado, el que verdaderamente le dio gloria y le puso nombre, apenas hay un par de pinceladas. Intuimos una infancia complicada y conflictiva en apenas tres escenas, y pasamos a ver a un Zamperini adulto que no cree en Dios hasta que este le pone la prueba de fuego.
Todo así, a brochetazos de unos Coen que, bien por no alargar la trama demasiado, o por no cogerle el punto no dieron el énfasis necesario a la historia. De este modo el film trata de lo que trata, de la vida de Louie, y lo demás -y los demás-.... quedan abandonados a su suerte más que el protagonista, meros secundarios que parece que pasaban por ahí.
Porque el error es vender sus dos años de cautiverio repletos de palizas como si fuera él quien recibió y recibió, y no los demás. Porque si una parte del film es interesante, esa es la de las barcas salvavidas, donde ahí se ve a un Zamperini capaz de luchar por él y por sus compañeros, capaz de dotar de su alma a los demás, de creer en que pueden sobrevivir. A partir de ahí, sin sus compañeros de aventura, termina en un campo de prisioneros donde todos menos él parecen ser anónimos.
Lo es incluso para un Watanabe que, primero como cabo y después como sargento, no parece tener otro objetivo en esta vida que destruir el alma de un hombre inquebrantable. Hasta el punto de llevarlo por el camino de la amargura hasta su crucifixión, donde termina siendo erigido como héroe para las masas.
El film es interesante, no cabe la menor duda. Porque la vida y aventuras de Zamperini lo son. Porque es una historia que podía ser llevada a cine perfectamente. Pero Jolie y los Coen no consiguen dotarla de consistencia suficiente o del tono de épica necesario para hacerla inolvidable. Para hacerla volar un poco más alto.
Zamperini sobrevive a su cautiverio. Pero la gloria Louie la consiguió antes de ser hecho prisionero. Después el protagonista simplemente sobrevivió, tal y como sobrevive Jolie a los cuatrocientos golpes que ha recibido. Su película no es memorable, ni lo suficientemente épica, pero tampoco se hunde en el Pacífico y, a pesar de todos los tiburones que le aguardan para devorar, sale airosa... pero poco más.
Nota: 6/10
Lo Mejor: La secuencia en la que, al borde de la muerte, toca nadar en un mar repleto de tiburones al acecho.
Lo Peor: Que la vida de Zamperini parezca quedar reducida a un chico destinado a recibir golpes una y otra vez, sin llegar a ser algo más que un superviviente.
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