Al igual que "Corazones del mundo", en 1918 se estrenaría "Armas al hombro", comedia protagonizada por Chaplin en la cual el humorista ironizaba sobre la contienda. No se vea mal que el actor decidiera, aún en plena guerra y con tantos muertos de por medio, intentar vender la guerra como una aventura. Consciente en todo momento de lo que hacía, el film se metía con el enemigo, pero también había unas cuantas secuencias que mostraban la guerra de trincheras... a su manera.
Fue el último reconocido film de la I Guerra Mundial en plena Gran Guerra. El conflicto terminaría en noviembre de ese mismo año... esta vez sí, por fin, antes de navidad -cuando muchos pensaban que para la primera navidad, la del 14, podrían estar en casa-.
Aún con las heridas sin cicatrizar lanzaría Abel Gance, ese genio que por encima de toda su obra destacaría su "Napoleón" (aun cine mudo), su acusación a la guerra. Entonando el "J´accuse" de Zola para ponerle título a una obra un tanto diferente a lo que el cine de EEUU podría dejarnos.
La secuencia de los muertos alzándose del campo de batalla y caminando, o deambulando. El horror de la guerra expuesto como si de una pintura se tratase. A la obra de Gance puede que le falte ritmo, pero la sucesión de primeros planos, como Dreyer haría con su Juana de Arco, la convertían en una obra diferente, artística, que no buscaba entretener al público... si no acusar, tocar esa herida aún abierta en tierras galas.
Tendría que ser, por lo tanto, Hollywood quien diera el siguiente paso. La industria norteamericana gozaba de gran salud y se empezaba a hablar de taquillazos y de estrellas. Ahí entró de lleno "Los 4 jinetes del apocalipsis" con Rodolfo Valentino como estrella del reparto. Drama familiar con el ámbito bélico como aspecto que mueve y rompe la vida de las personas y de los que los rodean.
Ese film fue el más taquillero en su año, 1921... pero la I Guerra Mundial tenía tirón y tocaba aprovecharla. Otro film, en 1925, rompió nuevamente los moldes, reventó taquillas. Se trataba de "El gran desfile", de King Vidor. Una película que nos adentra en el cine norteamericano de pleno. En lo que son muchos films actuales.
Dividida en dos partes, en la primera toca la clave de humor... con soldados marchando al frente y en la retaguardia. Hay historia de amor de por medio a la vez que unos personajes y situaciones que busquen ver la guerra como un lugar donde hacer aventuras... las que el protagonista quiere vivir. Sin embargo llega el contraste... la guerra, destruye todo, divide a los enamorados, mata amigos... hiere. El contraste, con ese gran desfile camino a la batalla o la secuencia (que ampliaremos en otro momento) del bosque son dos momentos brillantes del film de Vidor.
Había dos bombazos hollywoodienses de por medio en esa década de los años 20, pero faltaba la guinda. Posiblemente no sea la mejor película sobre la I Guerra Mundial, quizás no sea tan grande o memorables como "El gran desfile", pero "Alas" tiene el honor de ser la primera película ganadora del Oscar a la mejor película, además de ser la única muda en lograrlo.
Recibirían, también, un premio por sus efectos de ingeniería. No es para menos, si algo dejó en "Alas" su grandeza y marca fueron las batallas aéreas. Apenas corría 1927 y el cine surcaba los aires con secuencias aereas de lo más interesantes, con combates, incluso. La historia de fondo era bastante clásica, aunque incluía triángulos amorosos de por medio. En todo el enredo llegará la guerra, como una aventura, y dos auténticos ases de la aviación combatiendo por Europa. A destacar la imagen mejorada que se tuvo en esta década sobre los alemanes.
Cine Sonoro
Fue tal la imagen conseguida de "neutralidad" hacia los alemanes que en 1930 tuvo lugar una película que no hubiera podido ser concebida en los primeros años posteriores a la guerra, ni durante la misma... ni tan siquiera unos pocos años después con la irrupción de Hitler al poder. Se trataba de "Sin novedad en el Frente" de Lewis Milestone, y que lograría el Oscar a la mejor película y director.
Basado en la obra de Remarque, el film se pone del lado alemán. Es un film norteamericano en el cual no aparecen ni ingleses ni americanos. Alemanes contra franceses, con el punto de vista alemán de por medio. A destacar la secuencia del baile de botas, que condensa en menos de un minuto unas cuantas muertes, además de, por supuesto, la mariposa que llega a aparecer en portada.
Era 1930, y en ese año se estrenarían tres películas más sobre la contienda de bastante renombre. En primer lugar toca destacar la parte alemana, con "Cuatro de infantería" de Pabst, para muchos mejor obra que la de Milestone y que tuvo escasa repercusión en el momento. Las otras dos son sobre aventuras aéreas, una "Escuadrilla al amanecer" que tendría un remake apenas ocho años después, y la otra "Ángeles del infierno" del multimillonario Howard Hughes.
En este año, 1930 el sonido ya estaba inventado, por lo que todas estas obras mencionadas ya eran sonoras. Sin embargo hay que señalar que la de Hughes no estaba prevista que fuera sonorizada porque su estreno iba a ser mucho antes. A remolque de "Alas" había perdido, a pesar de sus ganas, la idea. El hecho de tener escaso tiempo atrás una obra sobre batallas aéreas hacía perder puntos a la película de Hughes.
Por si esto fuera poco, con el rodaje terminado, la irrupción del sonido hacía que la gente pasara de las anticuadas películas mudas. El resultado fue un nuevo montaje, tener que rodar nuevas escenas, añadir sonido a otras... lo cual alargó en exceso el film que terminaría rodándose en 1930, prácticamente tres años después de ser concebida.
El hastío de la guerra se tenía que hacer notar. Si las películas mencionadas reflejaban de pleno el conflicto y tenían la moraleja final dentro de tanta aventura -hasta 1927-, las dos obras de Milestone y Pabst se metían de lleno en el terreno dejado por Abel Gance, la crítica de la guerra de lleno, sin momentos para la gloria más allá de los primeros compases donde la ilusión de unos jóvenes les lleva a la guerra.
El fin de la ilusión
De ese hastío llegarían las siguientes dos obras reconocidas, para comenzar el "Adiós a las armas" basado en la obra de Heminghway que protagonizarían Helen Hayes y Gary Cooper a las órdenes de Frank Borzage. Por otro lado, y ya en 1937, "La gran ilusión".
En mi modesta opinión, la obra cumbre sobre la I Guerra Mundial, que no posiblemente sobre la guerra. Dirigida por Jean Renoir es un alegato a la esperanza, por encima de todo, pero en el mismo trasfondo se mete de lleno en la lucha de clases sociales. Para Renoir la I Guerra Mundial supuso el final de la aristocracia. La guerra equiparó a los hombres.
Ahí entran en contraste un militar alemán fiel a la vieja guardia. Capaz de confraternizar con el enemigo si era alguien de su misma clase social. Por el otro lado... el enemigo, un prisionero de clase alta capaz de sacrificarse por sus amigos, esos pobres que quizás curraban de panadero o de carpintero. La guerra iguala a las personas, y las mata por igual.
La esperanza, esa gran ilusión, será la que mueva el film, como mueve a sus protagonistas. Pero por encima de todo Renoir habla de una ilusión un tanto imposible de creer. Habla de finalizar las guerras, habla de que Europa haya tenido bastante con una... y lo hace en pleno 1937, siendo consciente en todo momento de que esa ilusión, ese paso que se dio en 1918 terminando con la contienda, está a punto de llegar a su fin. Hitler tenía un plan mucho más destructor y desalmado que el que abogaba Renoir.
Imanol López
Ver también
*Dirigido Por... (Revista sobre cine) Mes Julio-agosto 2014
*100 mejores películas sobre cine Bélico (José Luís Mena)
*La primera guerra mundial en el cine (Emilio González Romero)
Fue el último reconocido film de la I Guerra Mundial en plena Gran Guerra. El conflicto terminaría en noviembre de ese mismo año... esta vez sí, por fin, antes de navidad -cuando muchos pensaban que para la primera navidad, la del 14, podrían estar en casa-.
Aún con las heridas sin cicatrizar lanzaría Abel Gance, ese genio que por encima de toda su obra destacaría su "Napoleón" (aun cine mudo), su acusación a la guerra. Entonando el "J´accuse" de Zola para ponerle título a una obra un tanto diferente a lo que el cine de EEUU podría dejarnos.
La secuencia de los muertos alzándose del campo de batalla y caminando, o deambulando. El horror de la guerra expuesto como si de una pintura se tratase. A la obra de Gance puede que le falte ritmo, pero la sucesión de primeros planos, como Dreyer haría con su Juana de Arco, la convertían en una obra diferente, artística, que no buscaba entretener al público... si no acusar, tocar esa herida aún abierta en tierras galas.
Tendría que ser, por lo tanto, Hollywood quien diera el siguiente paso. La industria norteamericana gozaba de gran salud y se empezaba a hablar de taquillazos y de estrellas. Ahí entró de lleno "Los 4 jinetes del apocalipsis" con Rodolfo Valentino como estrella del reparto. Drama familiar con el ámbito bélico como aspecto que mueve y rompe la vida de las personas y de los que los rodean.
Ese film fue el más taquillero en su año, 1921... pero la I Guerra Mundial tenía tirón y tocaba aprovecharla. Otro film, en 1925, rompió nuevamente los moldes, reventó taquillas. Se trataba de "El gran desfile", de King Vidor. Una película que nos adentra en el cine norteamericano de pleno. En lo que son muchos films actuales.
Dividida en dos partes, en la primera toca la clave de humor... con soldados marchando al frente y en la retaguardia. Hay historia de amor de por medio a la vez que unos personajes y situaciones que busquen ver la guerra como un lugar donde hacer aventuras... las que el protagonista quiere vivir. Sin embargo llega el contraste... la guerra, destruye todo, divide a los enamorados, mata amigos... hiere. El contraste, con ese gran desfile camino a la batalla o la secuencia (que ampliaremos en otro momento) del bosque son dos momentos brillantes del film de Vidor.
Había dos bombazos hollywoodienses de por medio en esa década de los años 20, pero faltaba la guinda. Posiblemente no sea la mejor película sobre la I Guerra Mundial, quizás no sea tan grande o memorables como "El gran desfile", pero "Alas" tiene el honor de ser la primera película ganadora del Oscar a la mejor película, además de ser la única muda en lograrlo.
Recibirían, también, un premio por sus efectos de ingeniería. No es para menos, si algo dejó en "Alas" su grandeza y marca fueron las batallas aéreas. Apenas corría 1927 y el cine surcaba los aires con secuencias aereas de lo más interesantes, con combates, incluso. La historia de fondo era bastante clásica, aunque incluía triángulos amorosos de por medio. En todo el enredo llegará la guerra, como una aventura, y dos auténticos ases de la aviación combatiendo por Europa. A destacar la imagen mejorada que se tuvo en esta década sobre los alemanes.
Cine Sonoro
Fue tal la imagen conseguida de "neutralidad" hacia los alemanes que en 1930 tuvo lugar una película que no hubiera podido ser concebida en los primeros años posteriores a la guerra, ni durante la misma... ni tan siquiera unos pocos años después con la irrupción de Hitler al poder. Se trataba de "Sin novedad en el Frente" de Lewis Milestone, y que lograría el Oscar a la mejor película y director.
Basado en la obra de Remarque, el film se pone del lado alemán. Es un film norteamericano en el cual no aparecen ni ingleses ni americanos. Alemanes contra franceses, con el punto de vista alemán de por medio. A destacar la secuencia del baile de botas, que condensa en menos de un minuto unas cuantas muertes, además de, por supuesto, la mariposa que llega a aparecer en portada.
Era 1930, y en ese año se estrenarían tres películas más sobre la contienda de bastante renombre. En primer lugar toca destacar la parte alemana, con "Cuatro de infantería" de Pabst, para muchos mejor obra que la de Milestone y que tuvo escasa repercusión en el momento. Las otras dos son sobre aventuras aéreas, una "Escuadrilla al amanecer" que tendría un remake apenas ocho años después, y la otra "Ángeles del infierno" del multimillonario Howard Hughes.
En este año, 1930 el sonido ya estaba inventado, por lo que todas estas obras mencionadas ya eran sonoras. Sin embargo hay que señalar que la de Hughes no estaba prevista que fuera sonorizada porque su estreno iba a ser mucho antes. A remolque de "Alas" había perdido, a pesar de sus ganas, la idea. El hecho de tener escaso tiempo atrás una obra sobre batallas aéreas hacía perder puntos a la película de Hughes.
Por si esto fuera poco, con el rodaje terminado, la irrupción del sonido hacía que la gente pasara de las anticuadas películas mudas. El resultado fue un nuevo montaje, tener que rodar nuevas escenas, añadir sonido a otras... lo cual alargó en exceso el film que terminaría rodándose en 1930, prácticamente tres años después de ser concebida.
El hastío de la guerra se tenía que hacer notar. Si las películas mencionadas reflejaban de pleno el conflicto y tenían la moraleja final dentro de tanta aventura -hasta 1927-, las dos obras de Milestone y Pabst se metían de lleno en el terreno dejado por Abel Gance, la crítica de la guerra de lleno, sin momentos para la gloria más allá de los primeros compases donde la ilusión de unos jóvenes les lleva a la guerra.
El fin de la ilusión
De ese hastío llegarían las siguientes dos obras reconocidas, para comenzar el "Adiós a las armas" basado en la obra de Heminghway que protagonizarían Helen Hayes y Gary Cooper a las órdenes de Frank Borzage. Por otro lado, y ya en 1937, "La gran ilusión".
En mi modesta opinión, la obra cumbre sobre la I Guerra Mundial, que no posiblemente sobre la guerra. Dirigida por Jean Renoir es un alegato a la esperanza, por encima de todo, pero en el mismo trasfondo se mete de lleno en la lucha de clases sociales. Para Renoir la I Guerra Mundial supuso el final de la aristocracia. La guerra equiparó a los hombres.
Ahí entran en contraste un militar alemán fiel a la vieja guardia. Capaz de confraternizar con el enemigo si era alguien de su misma clase social. Por el otro lado... el enemigo, un prisionero de clase alta capaz de sacrificarse por sus amigos, esos pobres que quizás curraban de panadero o de carpintero. La guerra iguala a las personas, y las mata por igual.
La esperanza, esa gran ilusión, será la que mueva el film, como mueve a sus protagonistas. Pero por encima de todo Renoir habla de una ilusión un tanto imposible de creer. Habla de finalizar las guerras, habla de que Europa haya tenido bastante con una... y lo hace en pleno 1937, siendo consciente en todo momento de que esa ilusión, ese paso que se dio en 1918 terminando con la contienda, está a punto de llegar a su fin. Hitler tenía un plan mucho más destructor y desalmado que el que abogaba Renoir.
Imanol López
Ver también
*Dirigido Por... (Revista sobre cine) Mes Julio-agosto 2014
*100 mejores películas sobre cine Bélico (José Luís Mena)
*La primera guerra mundial en el cine (Emilio González Romero)
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