La IIGM en el Cine (Capítulo XIX): "La patrulla del Coronel Jackson" (1945)

Tras los últimos movimientos en la guerra en Europa, tras el fracaso de Market Garden, toca volver al frente de Pacífico. Tras Guadalcanal en 1942, los americanos fueron invadiendo isla tras isla todos los territorios ocupados por los japoneses en los primeros seis meses del conflicto. Tras narrar los movimientos de Birmania, tocaba cumplir con la promesa que el General MacArthur realizó a los que se quedaron en Filipinas. De este modo, y saltándose el orden de liberación de islas, el General obligó a dividir tropas para saldar una cuenta pendiente.

"Back to Bataan", titulada aquí "La patrulla del Coronel Jackson" es el título analizado en esta ocasión, que resume a la perfección la reconquista de las Filipinas por parte del ejército de los Estados Unidos.


La Producción
RKO, productora de "Ciudadano Kane" pero de muchísimo cine de Serie B, quiso aprovechar los recientes hechos del retorno de los USA a Filipinas para llevar a la gran pantalla la historia de quienes habían resistido allí. Dicho retorno se dio en Octubre de 1944, y la película se estrenaría a finales de mayo de 1945. Hagan cuentas, poco más de seis meses. Y es que en la época no tardaba tanto en rodarse y realizarse una película, de modo que el guión se escribió en tres telediarios y... a rodar.

Con John Wayne en nómina todo debía salir bien. Y, de este modo, sin ser uno de los grandes títulos de la época, sí que es una de las películas más recordadas de aquella época (al menos en España). De hecho, RKO dirigiría numerosas películas durante el conflicto, pero esta es la que mejor éxito obtuvo. Como detalle curioso, la secuencia inicial de la película que da pie al flash-back para narrarnos las desventuras de Wayne y Anthony Quinn, se escribió y rodó con el rodaje ya iniciado. Los hechos (reales) de dicha secuencia tienen lugar a finales de enero, apenas cuatro meses antes del estreno de la película.

Sinopsis
30 de enero de 1945, en el campo de prisioneros de Cabanatuán, las tropas americanas realizan un rescate heroico. ¿Cómo? Matando primero a los centinelas y después, entrando a saco por la puerta a la antigua usanza. Un ataque que acabará con las tropas japonesas y en el que rescatarán a prisioneros americanos. En su huida, el Capitán Bonifacio (Anthony Quinn) y un grupo de guerrilleros filipinos detendrá heroícamente a las tropas de refuerzo japonesas enviadas en busca de los americanos. Con mensajes patrióticos y mencionando a soldados reales rescatados, se nos pasa a contar, en modo flash-back a esos heroicos guerrilleros que estuvieron durante más de dos años dando guerra a los nipones.

Corregidor, 1942. Los japoneses tienen la isla prácticamente en sus manos. Una mujer, Dalisay Delgado, lanza mensajes a favor del invasor japonés por la radio local. Eso sienta fatal al Capitán Bonifacio, ex pareja de ella y que la considera una traidora. Tras resistir al invasor japonés, el Coronel Joseph Madden (Jackson para el título español, curioso) (John Wayne) habla con su superior, que le informa de que el General MacArthur ha abandonado la isla para ir a Australia, dando por perdida las Filipinas, y que deberá organizar un grupo de la Resistencia, olvidándose de sus tropas. Al mismo tiempo el informará que Dalisay Delgado no es una traidora, ya que está infiltrada, jugándose la vida, pasando información a los americanos.

Madden organiza un pequeño grupo de la Resistencia filipina con el objetivo de volar un depósito donde habrá 500 japoneses. Mientras tanto, en un colegio cercano, el profesor se niega a arriar la bandera estadounidense junto a la escuela, y acabará siendo colgado delante de sus alumnos, donde se encuentra un joven de nombre Máximo, del que hablaremos más adelante. Los acontecimientos se suceden y Estados Unidos se rinde, con lo que nuestro Cowboy favorito decidirá que no pueden cumplir la misión y deberán esconderse en las montañas a la espera de órdenes.

Caida Bataan, se inicia la marcha de la muerte. Entre los prisioneros está el Capitán Bonifacio. Madden convence a los filipinos de luchar por la causa si, a cambio, les trae al héroe local Bonifacio. Cabe hacer un receso y mencionar que el personaje interpretado por Anthony Quinn es, en el film, nieto de un antiguo héroe de la guerra contra los españoles. Consiguen, con cierto ingenio, rescatar a Bonifacio y éste se unirá a la causa.

Poco después, Madden enviará a Bonifacio a unirse (vestido de cura) a un enlace que pasa información. Dicho enlace es su amada Dalisay, y ahí comprenderá que no es una traidora. Se juran amor eterno y prometerá venir a buscarla. De hecho, le dirá a Madden que una vez consiga rescatarla, él se marchará con ella donde pueda y dejará las armas. Consiguen contactar con Australia y les indican que han de combatir por todos los medios a los japoneses.

El oficial al mando japonés indica que ofrecerá a Filipinas la Independencia, para conseguir, de este modo, que los filipinos no se unan a los americanos en la lucha armada. Organizan un tinglado para lanzar dicho mensaje a toda la población y, en ese momento, los guerrilleros hacen acto de presencia para acribillar a los japoneses, rescatar a la chica y darse a la fuga por la jungla. El niño Máximo, que ha estado ayudándoles y salva al resto de niños del ataque, caerá prisionero de los japoneses, y le meten en un camión junto a soldados japoneses para dar caza a Madden, Bonifacio y el resto.

El camión dará con los soldados americanos, pero Máximo, en un acto heroico, se fajará con el conductor del vehículo y lo hará caer por un barranco, provocando la muerte de los soldados japoneses. Después de esto, se separarán en dos grupos para llegar al Golfo de Leyte. Apuntad este nombre.

Pasa el tiempo, el capitán Bonifacio tras muchas escaramuzas con el enemigo, llega a Leyte, donde se le comunica que Madden no está, pero que debe volver en submarino, y que se rumorea que los americanos lanzarán un ataque. Llega el bueno de Wayne con un superior, y le comenta a Bonifacio que él y todos los filipinos allí afincados podrán salir en submarino. Pero Bonifacio se niega a abandonarle, y combatirá junto a él. El día 20 de octubre desembarcarán las tropas americanas, y para ello será vital bloquear una carretera por la que el enemigo japonés podría hacer llegar refuerzos y blindados. Madden y los suyos serán los encargados de bloquear la carretera.

Escondidos en los arrozales, con unas cañas para poder respirar no serán descubiertos por el enemigo y lanzarán un ataque para acabar con la mayoría de tropas allí afincadas. Una vez ahí, montan el tinglado defensivo. Resistirán al enemigo hasta que, casi en las últimas, llegan los refuerzos americanos, con sus tanques: "llegais veinte minutos tarde" le espetará Wayne a las tropas americanas en tono de humor antes de que un bonito mensaje nos informe de que no está la guerra terminada:

"LA LIBERTAD ESTÁ TODAVÍA EN MARCHA".

Escenas
Hay diferentes momentos reseñables en la película. El primero de todos, el del profesor de escuela negándose a arriar la bandera y siendo colgado delante de sus anuncios. Después de dicha escena llega el rescate a Bonifacio. ¿Cómo rescatar con facilidad a un amigo? Paso primero, matar a un soldado japonés y que un filipino se ponga el uniforme (que los japoneses y los filipinos son primos hermanos...), posteriormente que alguien, no sabemos como, le de el chivatazo. Después de esto Bonifacio se tira a la cuneta haciéndose el muerto y el soldado filipino infiltrado hará como que le clava la bayoneta. Después, los hombres de Madden le rescatarán.

Pero, la secuencia cumbre de la película es, sin duda alguna, la del joven Máximo. El chaval, tras una charla con John Wayne que le da sus galones de Coronel, salva a los niños pero acaba siendo hecho prisionero. Después de recibir una paliza de manos de los salvajes inhumanos y desalmados japoneses, será metido en un camión rumbo a buscar a Madden y los suyos. Abajo llega el momento de las coñas, con dos hombres diciendo que desde allí arriba ellos y los japoneses ahí abajo (donde están ellos realmente) acribillarían a los japoneses, que no tendrían escapatoria.

De este modo el espectador sabe que ahí abajo están bien jod**** si les descubren. Los japoneses lo harán, pero el muchacho despierta (gran idea llevárselo con ellos en el camión y, para más inri, tenerlo cómodamente junto al conductor) y cogerá el volante provocando que el vehículo caiga por el barranco. Problemas del presupuesto de la época, se ve a la legua los muñecos japoneses que hay encima del camión en el momento en que este se despeña antes de explotar. Curioso que Wayne y los suyos vayan allí a acabar con los japoneses y sepan dónde y cómo encontrar al muchacho (cuando ni siquiera sabían que los japoneses lo habían hecho prisionero ni que fuera en el vehículo siniestrado).

Crítica
Mucho más de una década después, y posiblemente casi dos décadas, he vuelto a visionar una de las películas que mi abuelo tenía grabada en VHS en su colección. Una de esas cintas que vi unas cuantas veces, corta, fácil de seguir... y de John Wayne y la Segunda Guerra Mundial. Uno de esos clásicos que merecía la pena recordar.

No decepciona si sabes lo que buscas. Es un título más del cine propagandístico rodado durante la guerra. Una película hecha para alabar la labor, sobretodo, de los filipinos que defendieron los colores USA durante la guerra. Un homenaje a aquellos que se quedaron en la isla combatiendo, esperando que MacArthur cumpliera su promesa.

Edward Dmytrik tras las cámaras, un director que se haría carrera en el género. Sin grandes títulos, pero con algunas reconocidas para los amantes del género. Aquí, en una de esas producciones víctima de su época y con un guión poco elaborado e hilvanado como demuestran los escasos meses que transcurrieron entre el 20 de Octubre (fecha en que los americanos vuelven a Filipinas) y finales de mayo, cuando se estrena en Estados Unidos, Dmytrik se defiende bastante bien para llevarla a buen puerto.

Todo es una excusa para hacer una película patriótica, y cumple con ella. Los japoneses siguen siendo unos malos despiadados como el resto del cine made in Hollywood de la época, y algunas historias como la de la supuesta traidora o el heroico niño hacen que se juegue con los secundarios, que son, en definitiva, quienes dan vidilla a la película. Eso y el personaje interpretado con Anthony Quinn, empeñado en dejar claro que los filipinos han sido dominados por los americanos, pero que, aún así, lucharán a lado de ellos porque loa japoneses son peores.

Entretenido film de aventuras bélicas que cumple su propósito, sin excesivos alardes, sin mucha gloria, y con las clásicas torpezas de una producción de su especie. Pero se deja ver, es disfrutable y para pasar un rato agradable con un clásico de John Wayne, nos vale y nos sobra.

Nota: 5,75

Lo Mejor: Wayne y Quinn, una pareja exquisita... pero, sobretodo, las historias que rodean al resto de personajes.
Lo Peor: Las torpezas típicas de una producción de su especie

Escenas

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