El director estadounidense estrenó en 1938 la película "Submarino". Para entonces ya existía alguna muestra de cine submarino, como una versión de "20000 leguas de viaje submarino", pero este título podría considerarse el primero que Hollywood dedicó a un submarino en su vertiente militar.
Cabe señalar que la película llegó en un año extraño, ya que se había estrenado "El cantor de Jazz" y algunas producciones se vieron interrumpidas por el sonido, obligándolas a volverse a rodar (con suerte), en este caso si bien no hay diálogos, sí que se volvieron a rodar escenas para darles sonido y , con ello, mayor espectacularidad; también era la época del boom del cine de aviación tras el éxito de "Alas" en 1927. Por ello, el cine sublarino todavía iba en pañales. De hecho, hasta la llegada de la IIGM no se empezaron a ver grandes títulos del cine submarino.Además, a diferencia de posteriores obras como "Mar de fondo" (John Ford) o la alemana "Morgenrot" (estrenada en 1933), en "Submarino" se evita la Gran Guerra ya que por entonces era la maquinaria alemana quien dominaba el fondo marino y la película se centraba, obviamente, en estadounidenses. De ahí que la trama nos traslade al periodo de entreguerras, sin fecha fija pero entendiendo que es coetánea a su época (recordemos, 1928).
En las Filipinas arranca una obra que rápidamente pondrá todos sus ingredientes y protagonistas sobre la mesa. Dos buzos submarinistas, compañeros de aventuras, se pelearán por el amor de una mujer. Entre medias, uno de ellos decide abandonar ese tipo de operaciones para ser oficial de un submarino.Con un triángulo amoroso de por medio, muy en al línea del cine del momento (y bases que se han mantenido en el tiempo), "Submarino" es un entretenimiento para el público de aquella época, un film fácil de digerir como sencillo en sus bases y, por lo tanto, fácil de olvidar. La ausencia de sonido echará a más de uno para atrás en su idea de descubrir esta pionera del cine submarino, y más cuando está lejos de pertenecer a las altas esferas del cine mudo.
Capra llegó a ser un gran director. Pero por entonces, como Ford, todavía estaba buscando su sitio y su género en ese mundillo. Nos deleitó con una película de aventuras marítimas, una auténtica rareza para el cine que se consumía y, por lo tanto, de una valentía enorme llevarla a cabo. Rex Ingram ya había tocado el cine submarino en "Mare Nostrum", pero una trama de espionaje ocupaba buena parte de aquella obra. Aquí, si exceptuamos el tramo dedicado al romanticismo, es el fondo de mar y el submmarino (y submarinistas) los auténticos protagonistas.El largometraje sienta las bases de una de esas cuestiones que en más de una ocasión aparecen en este cine: el buque es hundido y deberá realizarse un rescate de los posibles supervivientes, una tarea difícil y que será el auténtico clímax de la producción. Es ahí donde se pone todo el pescado en la brasa y vemos de los primeros intentos en mostrar esa claustrofobia y la falta de oxígeno. La agonía de un hundimiento, desde dentro, y la esperanza de un rescate, desde fuera.
No será cine bélico como tal, pero "Submarino" muestra el camino que intentaría seguirse tiempo después. Y sí, más de una película de la IIGM o la Guerra Fría puede que naciera de alguien que vio y disfrutó con esta cinta menor de Frank Capra.
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