El largometraje está basado en hechos reales, y muestra como un monseñor del Vaticano, el irlandés O'Flaherty (Peck) montó un grupo de acción para salvar a personas perseguidas por el nazismo (prisioneros de guerra fugados o judíos, principalmente). Pudo lograr esto gracias a que el Vaticano era una zona ajena a los nazis, donde no tenían potestad de acción, ya que de intervenir, se montaría una muy gorda.
Esos hechos permitieron a O'Flaherty actuar con rapidez y, si bien el oficial al mando alemán, Keppler (Plummer) sabía que el monseñor estaba al frente de la operación, no conseguiría acabar con él, si bien sí atrapó y ejecutó a otros prisioneros involucrados en la trama.Se podría dividir la película en tres fragmentos. El primero muestra los inicios del operativo y la situación estratégica del Vaticano dentro de la Roma ocupada por los nazis. Roma donde Keppler es el máximo mandatario, el policia despiadado dispuesto a todo por el III Reich y cumplir su deber. Una segunda mitad nos lanza de lleno a la persecución por parte de los nazis, atrapando a miembros de la organización.
El tercer punto y que acabará siendo el más interesante, parte del momento en que O'Flaherty y Keppler se conocen en persona y ese duelo interpretativo que llevará la producción hacia su desenlace con una escena, la de Keppler pidiendo asilo/protección para su familia, que es el clímax a esta interesante obra.La película tiene un defecto bastante importante. Parece hecha con pocos medios, más digna de televisión, una pobre fotografía y un montaje y fundidos casi de miniserie. Todo ello lastra el buen hacer de sus protagonistas, que están inmensos en sus papeles pese a estar entrados en edad, y lo que mantiene viva a la película acaba siendo un guion lo suficientemente sólido y una trama a la que saben darle buena intriga.
Algunos títulos sobre este tipo de operaciones son más pobres en contenido, mientras que en "Escarlata y negro" la trama avanza con suficiente soltura pese a las mencionadas torpezas y medios, y el hecho de ir variando el protagonismo y la acción hace que el espectador entre, por momentos, en una película de suspense.Precisamente el suspense que generan algunas de sus escenas son los puntos álgidos de la misma. En primer lugar el fusilamiento de un obispo donde las tropas italianas de turno se negarán a dispararle aún a riesgo de represalias, teniendo Keppler que actuar en primera persona mostrando quien manda ahí. Posteriormente cualquier momento en el que Peck y Plummer se cruzan en pantalla hace saltar chispas.
Pero realmente recomendable es la escena en la que, sabiendo que tiene francotiradores esperando a que salga de la zona del Vaticano, O'Flaherty se pasea ante la atenta mirada de los mismos. La tensión va in crescendo con el amago de Keppler en primera persona de disparar. Su dedo toca el gatillo y observamos como el punto de mira muestra a Peck, sonriente por momentos, retador todo el rato.Con algún momento divertido como ver a Peck disfrazado de monja, "Escarlata y negro" sobrevive gracias a sus personajes y la trama, y al suspense impregnado en los dos últimos actos de la película. El espectador asiste a una interesantísima historia sobre la II Guerra Mundial. De esas que en muchas ocasiones se falla en su traslado a la gran pantalla. Aquí cumple con su cometido, no siendo fácil debido a sus medios.
Nota: 6'5
Lo mejor: Peck y Plummer y su último tercio.
Lo peor: Ese deje a Tv movie presente en todo el largometraje
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