13 horas (Michael Bay, 2016)

Michael Bay es uno de esos directores marcados de por vida por pirotécnico. De los que la critica acribilla o menosprecia con facilidad sin necesidad de entrar a la sala de cine. Un director nada sutil en sus formas pero cuyo cine palomitero ha traído éxitos y muchos ratos de diversión entre los que gustan de saborear su particular propuesta.

Al cine bélico le ha dedicado dos de sus películas. La aquí presente: "13 horas: Los soldados secretos de Bengasi" y la romántico-bélica "Pearl Harbor". Yo tengo claro con cuál me quedo pese a que la crítica la pusiera a caer de un burro. No obstante, en "13 horas" asistimos al Bay menor, al que se aleja del ruido de los Transformers y meteoritos y abraza un cine menos dedicado a llamar la atención. Pero todo ello sin perder sus señas de identidad.

Tenemos los clásicos chascarrillos para quitar tensión, tenemos violencia y sangre por todos lados, tenemos numerosos planos en uno de sus ya clásicos montajes videocliperos que al cine bélico le sientan bien en las escenas de combate. Todo ello con una Banda Sonora de tocar la fibra y enaltecer al héroe. Todo muy a lo "Pearl Harbor" pero pasando por debajo del radar y sin historia de amor de por medio.

La grandilocuencia de Bay, no obstante, vuelve a enviar el espectáculo más allá de las dos horas, para que quien pagase entrada la disfrutase en cines. Para verla en el sofá no se agradece tanto porque a "13 horas" le falta algo más de chicha, de alma, de ser consciente de que es una película. Algo que, gustase más o menos, sí tenía "Pearl Harbor". 

Esa conciencia de acercar la trama casi al reportaje o documental nos acerca mucho a "Blackhawk derribado", película que se menciona en la propia obra (también veremos un pequeño homenaje a "Tropic Thunder" de Ben Stiller) y de la que tiene similitudes. Ambas están cortadas por el mismo patrón en cuanto a que dan protagonismo a un grupo poco numeroso de soldados americanos en un país africano donde cualquiera a su alrededor puede ser un enemigo.

En ambas la cantidad de muertos de cada bando es bastante diferente y las dos viven del realismo de sus secuencias bélicas. Después de calentar motores Bay dedica todos sus esfuerzos en narrar con soltura y buen ritmo esas 13 horas de asedio que tuvieron que vivir y sufrir aquellos hombres. Centrada, sobre todo, en los seis 'subcontratados' de la CIA destinados a defender el fuerte cuando tocase.

Las penurias y el sufrimiento quedan bien reflejados. Y si bien le falta mucho para acercarse al nivel, ritmo y dramatismo de su hermana mayor ("Blackhawk Derribado") el resultado es una entretenida película bélica de las que los que adoran el fragor de la batalla, disfrutarán como enanos.

Como no podía ser de otra manera viviendo de Bay y su nada sutil cine, toca mostrar la bandera USA, poner poses de cartel publicitario con la BSO remarcando el momento con mayor énfasis, y dedicar la obra a los fallecidos como toda película sobre hechos reales made in USA debe hacer con el plano final mostrando las estrellas en la CIA de los caídos en acción.

El verdadero poder de la película, en definitiva, radica en estar basada en hechos reales y en ver cómo acaban hechos trizas esos superhéroes especialistas en el combate. Lo de ver a John Krasinski en un rol así, acostumbrado a verle en "The Office" es un puntazo. Pero le quedó tan bien que le hemos visto en Jack Ryan de la misma pose. Los amantes de lo belico, si embargo, preferirán al personaje de John Badge Dale, que volvía al género tras ser uno de los personajes principales de la serie "The Pacific".

Nota: 6'25

Lo mejor: El combate, esencia y excusa de la película.

Lo peor: Fácil de olvidar, sin la gloria del buen cine épico o el mejor sello Bay

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