Para poner en situación la película. "La conquista del Oeste" fue un esfuerzo titánico donde se agruparon hasta 24 estrellas internacionales de gran nivel. El Western tuvo aquí presentes a Henry Fonda, James Stewart, Gregory Peck o John Wayne, entre otros. Un film caro que seguía la estela del exitazo de 1962 "El día más largo", y que contó también con varios directores. Siendo, Henry Hattaway el que más horas dedicó. Sin embargo, el fragmento bélico dedicado a la Guerra Civil Americana está firmado por John Ford, que intervino en esta pequeña parte presente en una de las cuatro historias que se narran. Señalar que la película se estrenó en un formato novedoso llamado Cinerama, que intentaba ir más allá del Cinemascope y bebía mucho del Polyvision de Abel Gance: Se grababa con tres cámaras y las salas tendrían tres pantallas una junto a la otra, ofreciendo algo visualmente innovador y que, de cara a los planos generales, era realmente bello de ver.
En este pasaje el actor principal se podría considerar George Peppard, que hace el papel de hijo de James Stewart en la película. Pero, la gran atención del fragmento radica en la aparición y conversación de dos generales de la Unión, interpretados por John Wayne y Harry Morgan. Ellos dan vida a los generales Sheridan y Ullysses Grant, respectivamente.Es esta conversación, junto a un río ensangrentado, el aporte histórico de la propuesta. Tras una dura batalla en 1862 en el Frente del Oeste, el General Grant avisa a Sheridan de que presentará su dimisión. Eran momentos difíciles para la Unión, pero acababan de lograr vencer una batalla importante y, en palabras de Sheridan (Wayne), la guerra se ganaría en el Oeste. Cual pepito grillo, a Wayne se le dejan las mejores frases, animando a su compañero a seguir en la contienda, puesto que para dimitir debería haberse equivocado y él había hecho lo correcto. La historia tuvo a Grant como General más laureado de la Unión.
Esa conversación es un aporte histórico para contextualizar pero, al mismo tiempo, que sirve de excusa para que nuestro protagonista principal en ese momento, George Peppard logre su minuto de gloria. Inesperado minuto de gloria que no buscaba puesto que apenas unos minutos antes, convencido por un soldado sureño que tampoco parecía tener claro qué hacía en esa batalla, se disponía a abandonar el frente, desertar... con lo que ello conllevaba. Por suerte o desgracia para nuestro protagonista, se acabarán topando con los generales en la conversación, y su nuevo y fugaz amigo sureño le acabará obligando a tomar una drástica decisión con su bayoneta, único arma de la que disponía.El río ensangrentado del que, con nocturnidad, bebe Peppard y del que su amigo sureño le señala que unas horas antes, cuando había luz, dicho río se veía totalmente rojo (de ahí su extraño gusto). Esa estampa refleja a la perfección la guerra. Dos soldados enemigos, uno de cada bando, conversando tranquilamente, hablando incluso de desertar, ante un ensangrentado río debido a las largas horas en las que habían caído numerosos jóvenes norteamericanos. De hecho, llama la atención la fosa que se cava en los primeros compases y a la que, unos planos después, se vuelve, para ver como tapan dicha fosa. Los cuerpos que había apilonados a su alrededor, ya no están.
Una pequeña escaramuza casi insignificante, a modo de batalla, será el resto de la aportación bélica de ese fragmento de "La conquista del Oeste". Sin embargo, tanto lo que precede como lo que acontece después toca mencionarlo, puesto que también forma parte del fragmento de la Guerra Civil Americana, y fue dirigido por Ford. En primer lugar, con una madre que ha visto marchar a su marido al frente (James Stewart) y ve como el cabo de turno, para la Milicia de Ohio pide voluntarios. El joven (George Peppard) quiere asistir a la fiesta, como su padre. La madre no entiende que habiendo dejado marchar a uno, le toque dejar marchar también a uno de sus hijos. Desgarradora escena, que concluye con la madre poco menos que rogando a Dios y comentando que hacía lo correcto, porque así lo hubiese querido su marido.Tras el fragmento bélico que le sigue, asistimos a como un barco deja al bueno de Peppard en la orilla de un río. Suena "When Johnny Comes Marching Home", tema que tanto miembros de la Unión como Confederados entonaban a modo de alegría y que es de sobra conocido para quien lo escuche en la gran pantalla. Al acabar, el joven que ya ha sido un veterano de guerra vuelve a su hogar, la granja de sus padres. Cuando llega ve que tanto su padre como su madre han fallecido. La guerra ha acabado, pero ha costado vidas incluso de civiles. Su madre moriría de pena, o eso es lo que parece decirle su hermano, ya que no fue la misma tras la noticia de la muerte de su padre en el frente.
Ford cierra así el ciclo de una manera brillante. Un joven que es llamado a combatir por el Ejército de la Unión, que obedece a la llamada y que cuando vuelve, pensando en volver a ver a su madre, se encuentra con que tanto su padre como ella han fallecido, variando su rumbo y abandonando así su hogar familiar. Su juventud o infancia, ya había quedado atrás con la guerra. Guerra que había salpicado al Norte pese a haber sido creada en el Este, tal y como su "amigo" confederado le había mencionado antes de darse a la fuga en ese amago de deserción. ¿Por qué combatir en una guerra generada al otro lado del país?El tramo dirigido por John Ford de "La conquista del Oeste" nos muestra que al Oeste (aunque no a California) llegaría la guerra, pese a que la mayoría del grueso y de la historia se la llevaran los Estados del Este. Cabe recordar que el Oeste americano era en su mayoría colonos que habían ido conquistando el territorio. Un territorio, en 1861-65 todavía por explorar en su mayoría. No obstante las hazañas del General Custer y otras matanzas sucederían a posteriori. Tras la guerra se encrudeció esa "Conquista" del Lejano Oeste, auspiciada con la llegada del "caballo de hierro".
Sólo dos puntos. John Wayne no interpeta a Sheridan, sino a Sherman, la auténtica mano derecha de Grant. Y la batalla a la que se hace mención es Shiloh, de abril de 1862, que fue la primera batalla realmente sangrienta de la Guerra Civil y ocurre en la noche del primer día de batalla, que el Norte, y muy especialmente Sherman, fue sorprendio por el ejército Sureño de Albert Sidney Johnston, quien murió ese mismo día. El General Lew Wallace andaba perdido (quizás ya pensando en escribir su libro Ben-Hur). Al día siguiente, con los refuerzos del General Don Carlos Buehl, Grant, fiel a su costumbre, no se intimida, no huye y es el primero en salir a disparar en la mañana del segundo día de combate., expulsando a los Confederados del área.
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