Cuarta parada en nuestro homenaje a las grandes filmografías europeas de habla no inglesa en lo que respecta al cine sobre los conflictos bélicos. Toca hablar de la U.R.S.S. que si bien es un cine mucho más marcado de autor, no deja de ser una filmografía lo suficientemente interesante como para tener su septeto como ya he reconocido a la alemana, francesa o italiana. En total he seleccionado siete títulos, con dos histórico-bélicas de por medio, y tres dramas con el trasfondo de la Segunda Guerra Mundial, junto a dos títulos algo más bélicos.
Estamos ante una obra maestra del cine. Del cine mudo en concreto. En ella, Sergei M.Eisenstein nos dio una lección sobre montaje que dejó boquiabierto al mundo. En especial mención a la escena de las escaleras de Odessa, donde las masas huyen despavoridas ante el ataque del ejército ruso. La película está ambientada en una revolución acontecida en 1905, y no en la Revolución de Octubre del 17, a la que el director dedicaría posteriormente otra gran obra. Se trata de una película de propaganda, hecha por "encargo", pero eso no impediría que traspasara fronteras. Un drama histórico social con el ejército muy presente.
Mikhail Kalatozov es el director de este drama romántico ambientado en la II Guerra Mundial. Puede que a los amantes del cine bélico alguno de los títulos escogidos no les convenza lo más mínimo. Pero me parecía conveniente reconocerla casi tanto como lo que fue reconocida en su momento. En 1958 se alzó con la Palma de Oro en Cannes. La película nos narra una historia de amor entre dos jovenes rusos que se verá truncada por culpa de la guerra. El joven protagonista deberá partir al frente. A destacar la interpretación de la joven Tatyana Samojlova, que llegó a ser nominada al BAFTA.
Apenas dos años después de "Cuando pasan las cigüeñas" llegaría un nuevo drama rememorando la II Guerra Mundial. En "La balada del soldado" la guerra solo está presente en una pequeña escena inicial con la cuál un joven (interpretado por Vladimir Ivashov) acabará siendo condecorado. En lugar de una medalla, el chaval pedirá un permiso de apenas unos días para poder ir a visitar a su madre. Por el camino acabará entablando una bonita relación con una joven. La pobreza derivada de la guerra y el propio conflicto están presentes en toda la película hasta ese infeliz final con la madre despidiendo al joven con quien apenas ha podido pasar un rato. Tras las cámaras Grigori Chukrai. Se comercializaría más tarde y en 1962 sería reconocida como Mejor Película en los BAFTA. También fue nominada al Óscar al Mejor Guión.
Duro relato de la infancia. Y, sobretodo, de como los más jóvenes sufren las penurias de la guerra. El joven Iván acabará ayudando a soldados soviéticos durante la II Guerra Mundial. Con un toque que por momentos podría considerarse surrealista u onírico, Andrei Tarkovsky nos brinda una gran obra que incluí en el #Belicómetro. En mi opinión, tras "El acorazado Potemkin" se trata de la segunda mejor cinta de la presente lista. No esperéis grandes conflictos bélicos. Pero la escena en el pantano pone los pelos de punta... casi tanto como la escena final que no destriparé. El cine soviético de la época estaba tan bien considerado que este título, al igual que los anteriormente mencionados, traspasaría fronteras, llegando a alzarse con el León de Oro del Festival de Venecia. Casi nada.
Cine histórico-bélico y una buena ración de guerras napoleónicas. Digo lo de buena ración por su extensa duración, que alcanzaba los 401 minutos para gran gloria del régimen soviético, que fue quien auspició dicha película. Sergei Bondarchuk no repararía en gastos para llevar a cabo dicha epopeya que doblaba en duración a la también gigantesca (208 minutos) versión anglosajona de la película, la "Guerra y paz" de King Vidor que había contado con un gran reparto liderado por Audrey Hepburn y Henry Fonda. En la versión soviétnica no hay grandes rostros para el público no soviético, pero se contó con un reparto que incluía a muchos de los grandes actores del momento. A destacar que su director, Bondarchuk, sería quien dirigiría apenas cuatro años después "Waterloo", ya analizada en el blog.
Conocida comúnmente como "La batalla de Berlín", el título "Liberación" es, en realidad, una especie de miniserie soviética de la época, pero destinada a hacer sufrir al espectador en el cine a lo largo de casi 500 minutos. Yuri Ozerov fue el encargado de llevar a cabo este título que se estrenaría 30 años después del inicio de la invasión alemana a la URSS. En ella vemos como se inicia el contraataque soviético que iniciará esa "Liberación" que habla el título. Iremos viendo los principales campos de batalla en los que los soviéticos lucharon por su madre patria y acabaron con el nazismo. El cuarto capítulo se titulaba precisamente "La batalla de Berlín" que serviría para titularla en España. A destacar, sobretodo, el capítulo final, con los últimos días de la capital alemana donde las escenas con el metro inundándose ponen los pelos de punta. Impactante propuesta, que contó con gran presupuesto y muy destacable. Eso sí, para disfrutar por capítulos.
El título original "Idi i smotri" significa "Ven y mira", que fue empleado en España como "subtítulo" que acompañase al más explícito "Masacre". La película, dirigida por Elem Klimov se realizó para conmemorar el 40 aniversario del final de la II Guerra Mundial. Sin embargo, toca reconocer que como obra de propaganda y patriótica tiene poco valor. Se aleja de ese enfoque que nos ofrecía "Liberación" y nos lanza de lleno a la invasión alemana en una zona de lo que sería hoy en día Bielorrusia. Tras un inicio que nos recuerda a "La infancia de Iván", para remarcarnos el horror de la juventud y la infancia en pleno conflicto pero con un marcado sello de autor, llega la barbarie. Una película horripilante, que muestra crudamente las atrocidades acometidas durante la guerra. Imágenes que hacen de esta película una de esas que se debería ver una vez en la vida... pero que uno prefiere olvidar al momento.
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