En plena polémica en Estados Unidos con el racismo como telón de fondo, llega Spike Lee para enseñarnos lo que es algo evidente, que es un tema que sigue sin estar solucionado. "Da 5 bloods", lo nuevo de Netflix, que vuelve a contar con un director de prestigio nos traslada al Vietnam actual con una cuadrilla de ancianetes que vuelven para recuperar el cuerpo de un compañero muerto, su líder de pelotón. Y ya de paso, para recuperar el oro que le deben "a sus hermanos".
Toca recalcar la palabra "hermanos" porque como buen film de Spike Lee, el antirracismo está patente de principio a fin. La película acaba teniendo numerosos recordatorios a héroes y hombres afroamericanos destacados de la historia. El curioso montaje, que nos puede recordar a los parones tarantinianos, nos sirve para conocer un poco más de esa parte de la historia de EEUU un tanto olvidada.
El descaro de Lee, que nunca se ha escondido, nos deja un regusto claro a que en su llamamiento antirracista, acaba pudiendo ser tachado de racista en el lado opuesto. Pero obviando esos deslices que incluyen unos secundarios "blancos" que son un esbozo mal llevado a la gran pantalla, la propuesta de Lee resulta atractiva a primera vista. Por un lado, nos recuerda a los caídos en Vietnam. Y sí, el cine bélico nos ha mostrado que en el conflicto había numerosos afroamericanos, y muchos cayeron... pero ninguna película sobre Vietnam les tenía por protagonistas principales y, por lo tanto, resultaba un homenaje a la comunidad afroamericana.
El otro lado atractivo de la propuesta es esas imágenes a modo flashbacks que, por desgracia, no ocupan gran parte del metraje. El personaje interpretado por Chadwick Boseman, ese Stormin' Norman, y lo que rodea a la parte del combate en Vietnam deja en un servidor un regusto agradable. Una fotografía muy mimada que nos retrotrae a los años 60, a plena Guerra de Vietnam, y con unas escenas que beben, en cierto modo, del Blaxploitation puro y duro. La propuesta promete.
No obstante Lee nos trae la historia de cuatro veteranos de guerra, y el hijo de uno de ellos para narrarnos una historia un tanto manida y simplona que ya hemos visto antes. Personas mayores ante el reto de sus vidas, entrando en el peligro y conociéndose un poco más a ellos mismos. La guerra y el paso de los años han hecho mella y cada uno tiene sus diferentes matices. Buen manejo de los personajes, buenas interpretaciones, pero una historia de base tan sencillita que es imposible pensar en ningún momento que uno está ante una gran película.
Y eso que Spike Lee nos hace algún que otro homenaje al género. Desde esa lancha por el río al son de la Cabalgata de las Valkirias (fiesta "Apocalypse now", aparte) a ese final con un clarísimo (y sensacional) homenaje a "El puente sobre el río Kwai", pasando por recordarnos ese cine de Stallone y Chuck Norris tan ochentero. Ese viaje a la locura, aunque esta vez por fuera del río y con el Oro como objetivo, resulta atractivo en su primer tramo. Pero si algo adolece la película es de un ritmo único, y son esos cambios de ritmo y de humor los que acaban propiciando un collage difícil de digerir.
Porque los mencionados homenajes, incluso la buena labor de los actores acaba yéndose al garete en una segunda parte de la película tan atropellada como llena de topicazos y de sinsentidos. El oro, ese personaje excesivamente secundario que provoca la ruptura de la película, acabará convirtiéndose en el peor enemigo de la misma. Resulta chocante, puesto que tras un acertado y prometedor arranque, uno está esperando al momento de encontrarse con el cuerpo de su ex compañero y del preciado botín para ver la película acabar de romper. Sin embargo, no rompe... se rompe, debido a una última hora erróneamente llevada a cabo.
No acompaña una Banda Sonora que a momentos parece desacompasada con las imágenes o no transmite lo que uno espera que consiga, ni en las escenas del Vietnam de los 60-70, ni en lo que sucede en la actualidad. Y a pesar del buen afán y lo lograda de la fotografía, al final acaba quedando un producto excesivamente largo (150 minutazos) que no ha sabido buscar su sitio en el mundo cinematográfico. Eso sí, la excusa le sirve a Spike Lee para lanzar su homenaje a los afroamericanos que combatieron en Vietnam, y de llegar en el momento oportuno para su discurso antirracista. Quizá llegar en el momento clave provoque que sea mejor vista de lo que en realidad propone.
Nota: 5,5
Lo Mejor: Los flashbacks, el homenaje bélico y el buen hacer de los actores protagonistas.
Lo Peor: Un guión torpe y simplón, una banda sonora desacertada. Y pocas ideas para rematar la película con acierto
Toca recalcar la palabra "hermanos" porque como buen film de Spike Lee, el antirracismo está patente de principio a fin. La película acaba teniendo numerosos recordatorios a héroes y hombres afroamericanos destacados de la historia. El curioso montaje, que nos puede recordar a los parones tarantinianos, nos sirve para conocer un poco más de esa parte de la historia de EEUU un tanto olvidada.
El descaro de Lee, que nunca se ha escondido, nos deja un regusto claro a que en su llamamiento antirracista, acaba pudiendo ser tachado de racista en el lado opuesto. Pero obviando esos deslices que incluyen unos secundarios "blancos" que son un esbozo mal llevado a la gran pantalla, la propuesta de Lee resulta atractiva a primera vista. Por un lado, nos recuerda a los caídos en Vietnam. Y sí, el cine bélico nos ha mostrado que en el conflicto había numerosos afroamericanos, y muchos cayeron... pero ninguna película sobre Vietnam les tenía por protagonistas principales y, por lo tanto, resultaba un homenaje a la comunidad afroamericana.
El otro lado atractivo de la propuesta es esas imágenes a modo flashbacks que, por desgracia, no ocupan gran parte del metraje. El personaje interpretado por Chadwick Boseman, ese Stormin' Norman, y lo que rodea a la parte del combate en Vietnam deja en un servidor un regusto agradable. Una fotografía muy mimada que nos retrotrae a los años 60, a plena Guerra de Vietnam, y con unas escenas que beben, en cierto modo, del Blaxploitation puro y duro. La propuesta promete.
No obstante Lee nos trae la historia de cuatro veteranos de guerra, y el hijo de uno de ellos para narrarnos una historia un tanto manida y simplona que ya hemos visto antes. Personas mayores ante el reto de sus vidas, entrando en el peligro y conociéndose un poco más a ellos mismos. La guerra y el paso de los años han hecho mella y cada uno tiene sus diferentes matices. Buen manejo de los personajes, buenas interpretaciones, pero una historia de base tan sencillita que es imposible pensar en ningún momento que uno está ante una gran película.
Y eso que Spike Lee nos hace algún que otro homenaje al género. Desde esa lancha por el río al son de la Cabalgata de las Valkirias (fiesta "Apocalypse now", aparte) a ese final con un clarísimo (y sensacional) homenaje a "El puente sobre el río Kwai", pasando por recordarnos ese cine de Stallone y Chuck Norris tan ochentero. Ese viaje a la locura, aunque esta vez por fuera del río y con el Oro como objetivo, resulta atractivo en su primer tramo. Pero si algo adolece la película es de un ritmo único, y son esos cambios de ritmo y de humor los que acaban propiciando un collage difícil de digerir.
Porque los mencionados homenajes, incluso la buena labor de los actores acaba yéndose al garete en una segunda parte de la película tan atropellada como llena de topicazos y de sinsentidos. El oro, ese personaje excesivamente secundario que provoca la ruptura de la película, acabará convirtiéndose en el peor enemigo de la misma. Resulta chocante, puesto que tras un acertado y prometedor arranque, uno está esperando al momento de encontrarse con el cuerpo de su ex compañero y del preciado botín para ver la película acabar de romper. Sin embargo, no rompe... se rompe, debido a una última hora erróneamente llevada a cabo.
No acompaña una Banda Sonora que a momentos parece desacompasada con las imágenes o no transmite lo que uno espera que consiga, ni en las escenas del Vietnam de los 60-70, ni en lo que sucede en la actualidad. Y a pesar del buen afán y lo lograda de la fotografía, al final acaba quedando un producto excesivamente largo (150 minutazos) que no ha sabido buscar su sitio en el mundo cinematográfico. Eso sí, la excusa le sirve a Spike Lee para lanzar su homenaje a los afroamericanos que combatieron en Vietnam, y de llegar en el momento oportuno para su discurso antirracista. Quizá llegar en el momento clave provoque que sea mejor vista de lo que en realidad propone.
Nota: 5,5
Lo Mejor: Los flashbacks, el homenaje bélico y el buen hacer de los actores protagonistas.
Lo Peor: Un guión torpe y simplón, una banda sonora desacertada. Y pocas ideas para rematar la película con acierto
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