Aquella cosecha de 1949

La II Guerra Mundial había terminado. Y con ella, el cine propagandístico bélico pasaba a un segundo plano. Desde que los japoneses bombardeasen Pearl Harbor hasta la bomba de Hiroshima, la maquinaria de Hollywood había llevado a cabo una labor inigualable destinando no pocos millones de dólares a la producción de cine bélico para animar al pueblo y para conseguir voluntarios.

En esa época dorada del cine bélico se hicieron films como churros. Muchos hoy en día olvidados, pero otros aún en la memoria del espectador como pudieran ser los de "Objetivo:Birmania", "Destino Tokio", "30 segundos sobre Tokio" y un largo etcétera. Las grandes estrellas del momento, como Errol Flynn o John Wayne, contribuyeron a la causa. Sin embargo, 1945 supuso el fin de dicho cine, y prueba de ello pudiera ser la llegada, en 1946 de "Los mejores años de nuestras vidas", película que narraba los avatares de tres soldados en su retorno a casa al acabar la guerra.


Llegaría un trienio flojo en cuanto a cine bélico, mientras la tensión con la URSS iba in crescendo. Entre 1946 y 1949 no se produjeron apenas películas bélicas, aunque una parte de las producciones made in USA tenían que ver con la posguerra. Llegaría entonces 1948 y saltó el telón de acero y la tensión con los rusos llevó a una guerra fría que se notaba en el ambiente. Fue entonces cuando Hollywood volvió a revisar las hazañas del ejército para contar batallitas. Y, por lo tanto, en 1949 hubo tres títulos importantes que resucitaron el género. Como detalle, todos ellos tuvieron presencia importante en los Oscars.

Almas en la hoguera
Dirigida por Henry King, y con Gregory Peck de protagonista principal, se trata de un drama bélico que ahonda en la psicología de la tripulación y oficiales de bombarderos que a diario sobrevolaban los cielos de Europa sin saber si podrían volver a casa, si aquella misión sería la última. Especial hincapié toca hacer en el papel de Peck, de Oficial al mando, el encargado de llevar a esos pobres corderitos al combate... a la muerte.

La tensión de esa situación pesará cada vez más sobre el personaje principal hasta el punto de bloquearle. Se trata de una película donde apenas se ven combates aéreos. El presupuesto era austero pero, sobretodo, la intención de la película era otra, consistía en tratar los shocks y estreses traumáticos a los que tenían que hacer frente los que combatían en la guerra, puesto que también eran seres humanos. La película sería nominada a cuatro estatuillas de los Oscars incluyendo la de Mejor Película y Mejor Actor para Peck. Se alzó con dos de dichos premios, los correspondientes a Mejor Secundario (Dean Jagger) y Mejor Sonido.

Fuego en la nieve
William A.Wellman fue un director muy belicosero. Tanto, que entró en el Top 5 de los directores con más cintas bélicas en el ranking que efectué a finales del año pasado. Sobretodo dedicó su carrera al cine de aviación, cuyo mejor film sería "Alas", y cuyo último largometraje fue su homenaje a la "Escuadrilla Lafayette". No obstante, en 1949 se puso cuerpo a tierra para narrarnos una de las grandes batallas bélicas de toda la II Guerra Mundial: Las Ardenas.

"Battleground" (su título original) narraba la historia de los bastardos de Bastogne, esos hombres que quedaron aislados y bajo la nieve cuando la Alemania Nazi lanzó su última y feroz ofensiva para ganar tiempo en pos de alargar la guerra. Fue la primera gran batalla en ser llevada al cine, antes de que Pearl Harbor, Normandía o Stalingrado tuvieran su película. En el reparto, destacar a Van Johnson y a James Withmore, este último conseguiría el Globo de Oro al mejor Secundario y la nominación al Oscar. No obtuvo el premio, pero la película logró dos estatuillas: Mejor Historia y Guión y Mejor Fotografía en b/n. En total había conseguido representación en seis categorías, incluyendo Film y Director para Wellman.

Arenas Sangrientas
Posiblemente la más reconocida mundialmente de las tres cintas de 1949. Eso sí, la única de ellas que no logró ser nominada a mejor película, pero también la cinta más patriótica y más claramente destinada a captar "seguidores" y voluntarios a los marines. "Sands of Iwo Jima", como se titula el film en su idioma original hace mención a una de las últimas grandes batallas de la guerra, la de Iwo Jima, donde se haría famosa la foto de unos soldados americanos clavando una bandera sobre el monte Suribachi.

La producción parece austera en las bases. Un director como Allan Dwan, sin grandes películas a sus espaldas y secundarios que no llegarían a ser gran cosa, encabezados por John Agar. Eso sí, la estrella del proyecto fue el Cowboy por excelencia: John Wayne. El papelón que hace como Sargento Stryker le llevaría a su primera nominación a los Oscars. Aunque, al igual que le pasaría a Peck, no consiguió el preciado galardón. La película también obtuvo tres nominaciones más: Historia, Montaje y Sonido.

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