
Durante años estuvo inmerso en la producción de un film aún más ambicioso, centrado en la idea de un soldado coreano que fue descubierto muerto, con uniforme alemán, durante el desembarco de Normandía. De dicha anécdota basada en hechos reales, el director hilvanó una historia (también realizó el guión) que acabase con dicho evento. Pero lo hizo queriendo homenajear a sus antepasados y echando un vistazo a los años en los que soldados coreanos tuvieron que luchar "obligados" con el ejército japonés. Dicha película se tituló: "My Way".
La película nos muestra, desde pequeños, a un coreano y a un japonés. El niño coreano es hijo de trabajadores que cuidan de la casa y familia del japonés. El pique entre ambos niños, que son corredores de fondo, se acrecenta durante los años de juventud, donde ambos van alternándose victorias de Maratón. Se nos muestra, como no podía ser de otra manera, que el japonés es mucho más orgulloso, siguiendo los cánones imperialistas.
Pasan los años y, expulsados de la casa, el coreano se dedica al trabajo típico de los coreanos, el de tirar de carros (los famosos taxis asiáticos), mientras el japonés es el gran campeón del país. Finalmente al coreano le dejarán participar en las competiciones nacionales preolímpicas, de las que se había prohibido competir a los coreanos... ganará la carrera pero le expulsarán para ofrecer el triunfo al mimado japonés. Poco importará, la guerra contra los soviéticos llama y nuestro protagonista irá al frente... donde poco después se encontrará con su rival de carreras, como oficial al mando.
Batallas

Tanques, infantería... e incluso caballería. Je Gyu muestra la crudeza del combate desde ese inicio de batalla demoledor. Toda batalla de la película acaba siendo un completo infierno repleto de sangre y esto no es menos. Vemos dos batallas diferentes, una primera, introductoria. Y posteriormente otra donde una vez suplantado el oficial al mando (Harakiri mediante) hacen frente a los tanques soviéticos con el batallón suicida, compuesto por 50 hombres (en su mayoría coreanos) cuya labor es inmolarse contra los blindados soviéticos.
Afueras de Moscú: Tras pasar y sobrevivir al calvario de un campo de prisioneros soviéticos, estalla la guerra entre la Alemania Nazi y la URSS, con lo cual aquel prisionero que quiera, puede defender los colores del ejército rojo. ¿Y quién no? Tiro en la cabeza y arreglado. Ahí nuestros protagonistas son enviados cerca de Moscú a defender la capital soviética de la invasión alemana. La estética de la batalla que recuerda excesivamente a la batalla inicial de "Enemigo a las puertas" (pareciendo el mismo Stalingrado de la película de Jean Jacques Annaud), incluyendo el rifle por persona y tenerse que turnar, el ataque suicida contra el puesto enemigo y, para rematar, el morir bajo las balas amigas si pretendes batirte en retirada. Aún así nos muestra otra sangrienta batalla y un frente diferente.

Detalles
Cabe destacar, por lo tanto, los cuatro diferentes infiernos a los que se tienen que enfrentar los protagonistas: Las tres batallas comentadas y ese campo de prisioneros donde uno de sus mejores amigos coreanos acabará creciéndose en su rol de guardia vigilante siendo tan fiero o más que los propios soviéticos. Y es que el enemigo está en casa y eso se hace latente en todo momento, donde son los oficiales al mando los que acaban enviando a los soldados a la muerte. Tanto el oficial japonés que quiere inmolarse en Jaljin Gol, como ese oficial alemán del final.

Es ahí donde peca el director de querer generar buen rollo y una historia que atraiga aún más al público. Haciendo creer que lo que estamos viendo (con esa carrera final en Londres 48) es verídico cuando en realidad es una ficción. En definitiva, que para aprovechar la historia de un coreano anónimo muerto en Normandía, se nos acaba vendiendo la película de un duelo entre un japonés y un coreano que se inicia en su niñez con carreras de andar por casa, y acaba trascendiendo a unos JJOO mientras el infierno de la guerra les hará cambiar como personas (sobretodo al japonés).
"My Way" es una entretenida y acertada película bélica. Notable en su propuesta bélica, ya que se acaban abarcando diferentes frentes. Los soldados pasan mil penurias y sobreviven al desierto, a la nieve y a las playas de Omaha si hiciera falta. Todo un recorrido por medio mundo en los años de la II Guerra Mundial, y narrados con sangrienta veracidad. La dureza de algunas imágenes es el poder de Je Gyu para convencernos sobre su film.
No obstante comete ligeros errores que le pueden costar caro. Más allá de una escusa barata como es la de los dos atletas para hilvanar y unirles a lo largo de tantos años y de toda la película, nos encontramos con la debilidad del director a la emoción barata y al toque épico tan masticado a veces. La BSO de algunos momentos, con cierto tono tristón para recalcar las penurias y la parte del campo de prisioneros restan. No por estar mal ejecutados, si no por acabar convirtiéndose en una serie de topicazos ya vistos.

Se trata de una buena película, muy recomendable para amantes del género bélico que no la conozcan. Pero que, por desgracia, intenta calcar en exceso las virtudes que hicieron de "Lazos de guerra" una acertadísima reflexión sobre la Guerra de Corea. El director es el mismo, pero el hecho de querer contentar al público y repetir el mismo ABC que le dio el éxito, le acaba restando credibilidad. Eso y que su historia no llegaría tanto al público coreano como una historia sobre esa guerra entre hermanos de principios de los años 50.
Nota: 6,5
Lo Mejor: Las escenas de combate. Una batalla desconocida cinematográficamente como la de Jaljin Gol y un Desembarco de Normandía muy trabajado para un film coreano.
Lo Peor: Querer repetir la fórmula del éxito de "Lazos de guerra", además de los topicazos en algunos momentos (y esas similitudes con "Enemigo a las puertas").
Comentarios
Publicar un comentario