From the halls of Montezuma To the Shores of Tripoli... así comienza el himno de los marines de los Estados Unidos. Con esas dos frases que quien no sepa de la hisoria de los marines no sabrán ni por asomo qué significan. Así leídas, tampoco es que parezcan importar mucho, ni que alguien las recuerde fácilmente. Sin embargo el que se ha visto un puñado de películas bélicas lejanas en el tiempo (los 40 y 50) tendrá que haberla escuchado prácticamente por decreto.
Así arranca, decíamos, el himno de los marines. Y al igual que el himno, así arrancan unas cuantas películas de los citados años. Las bases de las mismas eran claras, se trataban de películas patrióticas que habían gozado del amparo de la Marina y las Fuerzas de los Estados Unidos. O lo que es lo mismo, a cambio de dinero y medios para hacer la película uno ponía líneas de guión que gustaran y pasaran el filtro del Ejército, al mismo tiempo que se incluía ipso facto la canción al citado film.
El ejemplo más claro o recordado de un film con esta premisa es "Arenas Sangrientas" (1949), dirigida por Allan Dwan, con John Wayne de protagonista y que narraba el asalto a Iwo Jima. De hecho el título original "Sands of Iwo Jima" dejaba claro a qué batalla de la II Guerra Mundial se hacía referencia. La película arrancaba con una intro con el tema de fondo, el escudo de la marina y obviamente las clásicas y obligatorias referencias de agradecimiento a la Marina por su colaboración con el film, así como servía para lanzarles loas.
El film parecía sacado de unos años atrás, propagandístico y vendedor de lo buenos que son los norteamericanos en el combate. La película se realizó cuatro años después del término de la guerra por lo que aparentemente no hacía falta tanto patriotismo. Sin embargo el Ejército era el que ponía mucho dinero en estas películas y a cambio quería su buena propaganga, su publicidad. De este modo Hollywood siguió vendiendo patriotismo, y aunque los japoneses no eran tan malos como años atrás, tocaba seguir vendiendo la guerra, cuanto menos para que más de uno firmara por el equipo del Ejército de los Estados Unidos.
De hecho no hace falta irse tan lejos para ver patriotismo. Hace menos de 15 años "Pearl Harbor" entraba en la misma dinámica de alabar a las barras y estrellas a cambio de dinero del Ejército, que dejó que se rodara en las islas Hawaii así como prestó armamento y unidades.
Dos films
El caso es que la canción a la que hacíamos referencia, ese himno de los marines fue la base de un buen puñado de películas e incluso fue más allá. Dos films llegaron a titularse con tales famosas frases. "Halls of Montezuma", de 1950 y "To the shores of Tripoli" de 1942.
El segundo de ellos si se mira la fecha parece clara su labor. Película rodada poco después de Pearl Harbor (7 de diciembre de 1941) y que era una de esas hazañas de aventuras con amor de por medio que tanto gustaba -y gusta- al público estadounidense. El caso es que el film no contenía batalla alguna, narraba únicamente el entrenamiento de las tropas en época previa a Pearl Harbor, y concluía con la noticia de que atacaban Pearl Harbor y, por lo tanto, todo marine sabía cual era su labor en esa marcha militar del final rumbo a la guerra... o a las costas de Tripoli.
El primero, realizado años más tarde, ya terminada la guerra fue dirigido por Lewis Milestone, director de la crucial y oscarizada "Sin novedad en el frente" y que realizó unos cuantos films bélicos en toda su carrera (por lo que tendrá su entrada llegado el debido momento). "Situación desesperada", título en España de dicha película era una simple y entretenida película bélica, una de hazañas bélicas en toda regla que no iba más allá, ni pretendía.
Posiblemente fue de las películas bélicas menos logradas de su director, y tenía ya con el título y la intro (con la debida canción) su granito patriótico puesto. Película que valió nuevamente para que el Ejército intentara engatusar almas estadounidenses en época de guerra (por entonces, aunque la película hace referencia a la II Guerra Mundial, los norteamericanos estaban inmersos en Corea).
Historia
Para concluir este particular homenaje a esa cancioncilla que un servidor silbaba de pequeño y veía en tantas películas, haré un pequeño repaso al porqué de esas dos frases. ¿Qué es Montezuma? y ¿Qué tiene que ver Tripoli en la historia estadounidense?
Pues bien, Halls of Montezuma, en castellano vendría a significar "salones de Montezuma" y hace referencia a una batalla acontecida en Septiembre de 1847 en México, donde los marines norteamericanos atacaron el castillo de Chapultepec que también es reconocido como "Halls of Montezuma".
En el otro lado queda Tripoli, donde la marina estadounidense realizó una de sus primeras misiones en un ya lejano 1801, donde el presidente Jefferson mandó tropas norteamericanas a las costas de Tripoli (y sus inmediaciones) durante una guerra que duraría cuatro años. El motivo del conflicto era mantener a salvo el comercio marino ya que en aquellas costas había numerosos piratas, los cuales, con el jefe de turno a la cabeza, habían pedido dinero a los USA a cambio de no abordar los barcos con bandera americana. La respuesta norteamericana la hemos expuesto en este mismo párrafo.
En definitiva, dos frases que son cuestión de orgullo e historia viva de la marina de los Estados Unidos han servido para un himno que hubiera quedado en eso, en himno de los marines, de no ser por el séptimo arte, ese que traspasa fronteras, y que ha acercado dicha canción a los oídos de la gente, a base de no pocas películas bélicas.
Así arranca, decíamos, el himno de los marines. Y al igual que el himno, así arrancan unas cuantas películas de los citados años. Las bases de las mismas eran claras, se trataban de películas patrióticas que habían gozado del amparo de la Marina y las Fuerzas de los Estados Unidos. O lo que es lo mismo, a cambio de dinero y medios para hacer la película uno ponía líneas de guión que gustaran y pasaran el filtro del Ejército, al mismo tiempo que se incluía ipso facto la canción al citado film.
El ejemplo más claro o recordado de un film con esta premisa es "Arenas Sangrientas" (1949), dirigida por Allan Dwan, con John Wayne de protagonista y que narraba el asalto a Iwo Jima. De hecho el título original "Sands of Iwo Jima" dejaba claro a qué batalla de la II Guerra Mundial se hacía referencia. La película arrancaba con una intro con el tema de fondo, el escudo de la marina y obviamente las clásicas y obligatorias referencias de agradecimiento a la Marina por su colaboración con el film, así como servía para lanzarles loas.
El film parecía sacado de unos años atrás, propagandístico y vendedor de lo buenos que son los norteamericanos en el combate. La película se realizó cuatro años después del término de la guerra por lo que aparentemente no hacía falta tanto patriotismo. Sin embargo el Ejército era el que ponía mucho dinero en estas películas y a cambio quería su buena propaganga, su publicidad. De este modo Hollywood siguió vendiendo patriotismo, y aunque los japoneses no eran tan malos como años atrás, tocaba seguir vendiendo la guerra, cuanto menos para que más de uno firmara por el equipo del Ejército de los Estados Unidos.
De hecho no hace falta irse tan lejos para ver patriotismo. Hace menos de 15 años "Pearl Harbor" entraba en la misma dinámica de alabar a las barras y estrellas a cambio de dinero del Ejército, que dejó que se rodara en las islas Hawaii así como prestó armamento y unidades.
Dos films
El caso es que la canción a la que hacíamos referencia, ese himno de los marines fue la base de un buen puñado de películas e incluso fue más allá. Dos films llegaron a titularse con tales famosas frases. "Halls of Montezuma", de 1950 y "To the shores of Tripoli" de 1942.
El segundo de ellos si se mira la fecha parece clara su labor. Película rodada poco después de Pearl Harbor (7 de diciembre de 1941) y que era una de esas hazañas de aventuras con amor de por medio que tanto gustaba -y gusta- al público estadounidense. El caso es que el film no contenía batalla alguna, narraba únicamente el entrenamiento de las tropas en época previa a Pearl Harbor, y concluía con la noticia de que atacaban Pearl Harbor y, por lo tanto, todo marine sabía cual era su labor en esa marcha militar del final rumbo a la guerra... o a las costas de Tripoli.
El primero, realizado años más tarde, ya terminada la guerra fue dirigido por Lewis Milestone, director de la crucial y oscarizada "Sin novedad en el frente" y que realizó unos cuantos films bélicos en toda su carrera (por lo que tendrá su entrada llegado el debido momento). "Situación desesperada", título en España de dicha película era una simple y entretenida película bélica, una de hazañas bélicas en toda regla que no iba más allá, ni pretendía.
Posiblemente fue de las películas bélicas menos logradas de su director, y tenía ya con el título y la intro (con la debida canción) su granito patriótico puesto. Película que valió nuevamente para que el Ejército intentara engatusar almas estadounidenses en época de guerra (por entonces, aunque la película hace referencia a la II Guerra Mundial, los norteamericanos estaban inmersos en Corea).
Historia
Para concluir este particular homenaje a esa cancioncilla que un servidor silbaba de pequeño y veía en tantas películas, haré un pequeño repaso al porqué de esas dos frases. ¿Qué es Montezuma? y ¿Qué tiene que ver Tripoli en la historia estadounidense?
Pues bien, Halls of Montezuma, en castellano vendría a significar "salones de Montezuma" y hace referencia a una batalla acontecida en Septiembre de 1847 en México, donde los marines norteamericanos atacaron el castillo de Chapultepec que también es reconocido como "Halls of Montezuma".
En el otro lado queda Tripoli, donde la marina estadounidense realizó una de sus primeras misiones en un ya lejano 1801, donde el presidente Jefferson mandó tropas norteamericanas a las costas de Tripoli (y sus inmediaciones) durante una guerra que duraría cuatro años. El motivo del conflicto era mantener a salvo el comercio marino ya que en aquellas costas había numerosos piratas, los cuales, con el jefe de turno a la cabeza, habían pedido dinero a los USA a cambio de no abordar los barcos con bandera americana. La respuesta norteamericana la hemos expuesto en este mismo párrafo.
En definitiva, dos frases que son cuestión de orgullo e historia viva de la marina de los Estados Unidos han servido para un himno que hubiera quedado en eso, en himno de los marines, de no ser por el séptimo arte, ese que traspasa fronteras, y que ha acercado dicha canción a los oídos de la gente, a base de no pocas películas bélicas.
Está claro que no hay nada nuevo bajo el Sol. Lo mismo que USA unta pasta a Hollywood para que engatusen a los yankis con películas bélicas, la progretería de la izquierda casposa subvenciona el cine de los goyitas para que engatusen a los españolitos de a pie con lo políticamente correcto y el nuevo opio para el pueblo.
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