Hace poco más de un año se estrenó "Espías desde el cielo"; por aquel entonces este blog estaba en modo hivernación, por ello no realicé la crítica de la película. Tras haberla revisado ahora que se puede seguir en Netflix, toca dedicar un artículo a una de las películas bélicas más diferentes que pueden existir, una de esas de las que hace pensar.
"Espías desde el cielo" está dirigida por el sudafricano Gavin Hood, y aunque fue rodada en 2015 llegó a las grandes pantallas en 2016. Con guión de Guy Hibbert, nos lanza una cuestión moral sobre la guerra actual, a la par que muestra lo fácil (o difícil) que es tomar decisiones sobre perpretar un ataque aéreo.
El film inicia poniendo las fichas sobre el tablero. Una oficial del Ejército británico en Londres, un superior encargado de enseñar a mandamases políticos una operación que inicialmente es de "hacer prisionero" pero se girará a la obligación de lanzar un misil que acabe con la vida de terroristas; los pobres oficiales subordinados que desde EEUU manejan un dron en Kenia (imagínense la distancia que hay, y con solo un botón mandar todo por los aires; incluso se nos muestra Hawaii donde está ubicada inteligencia y Kenia, a pie de campo, donde también hay un somalí arriesgando su vida por la Misión.
Por si esto fuera poco, se nos muestran los tiras y aflojas entre todos, pasándose la patata caliente unos a otros, no queriendo saber nada sobre las repercusiones. Lanzar una bomba que acabará con ciudadanos americanos y británicos, a pesar de que sean terroristas de Al Qaeda, y el problema moral mayor, que es el poder acabar o no con la vida de una niña como daño colateral al estar la pobre muchacha vendiendo pan junto al edificio que toca destruir.
Hora y cuarenta minutos repleta de tensión y suspense donde todos desean que esa niña venda el pan y se marche, a la par que los altos cargos militares meten prisa para poder Ejecutar la operación y los políticos aliados se pasan unos a otros el problema sin querer mancharse (como es lógico) las manos. ¿La vida de una niña puede valer la de 50 o 100 personas que podrían morir, niños incluidos, en un atentado perpetrado por esos terroristas (a los cuales se les ve con chalecos bomba)?.
Con pulso firme y regular, la película va manejándose al antojo que el guión y su director marcan. El hecho de tener múltiples protagonistas desde diferentes ubicaciones hace que el largometraje sea dinámico y repleto de interés. Por si fuera poco, llega a hacer pensar al espectador sobre qué es o deja de ser lo correcto, a la par que la Oficial al mando parece ser la mala de la película dispuesta a acabar con la vida de la niña si fuera necesario por cumplir con su deber.
"Espías desde el cielo" es, en definitiva, una forma fresca y nueva de hacer cine bélico. Al igual que las guerras modernas han cambiado hasta el punto de poder decidir apretar un botón desde Londres, apretarlo desde EEUU y acabar con vidas en Kenia en un santiamén, las películas de guerra deben modernizarse para mostrarnos lo fácil que es combatir desde los despachos, y lo difícil que es tomar decisiones que puedan acabar con las vidas de las personas. Eso sí, quienes aprietan o no el botón son los pobres soldados rasos de turno, los que menos pintan y deben cargar igualmente con las culpas morales.
Todo muy bien preparado gracias a un montaje, como digo, dinámico, y a un guión muy bien elaborado. A ello toca sumar unas buenas interpretaciones donde sobresale la de Hellen Mirren en el papel de la Oficial al cargo de la Operación. Un film bastante menor y de poco presupuesto (como muestran unos efectos visuales poco logrados para los tiempos que corren) pero que ataca sin piedad a la moralidad actual de la guerra y la política.
Nota: 7,25
Lo Mejor: Un montaje dinámico y un guión bien elaborado.
Lo Peor: Que un film así merecía mejor suerte y reconocimiento del que tuvo.
"Espías desde el cielo" está dirigida por el sudafricano Gavin Hood, y aunque fue rodada en 2015 llegó a las grandes pantallas en 2016. Con guión de Guy Hibbert, nos lanza una cuestión moral sobre la guerra actual, a la par que muestra lo fácil (o difícil) que es tomar decisiones sobre perpretar un ataque aéreo.
El film inicia poniendo las fichas sobre el tablero. Una oficial del Ejército británico en Londres, un superior encargado de enseñar a mandamases políticos una operación que inicialmente es de "hacer prisionero" pero se girará a la obligación de lanzar un misil que acabe con la vida de terroristas; los pobres oficiales subordinados que desde EEUU manejan un dron en Kenia (imagínense la distancia que hay, y con solo un botón mandar todo por los aires; incluso se nos muestra Hawaii donde está ubicada inteligencia y Kenia, a pie de campo, donde también hay un somalí arriesgando su vida por la Misión.
Por si esto fuera poco, se nos muestran los tiras y aflojas entre todos, pasándose la patata caliente unos a otros, no queriendo saber nada sobre las repercusiones. Lanzar una bomba que acabará con ciudadanos americanos y británicos, a pesar de que sean terroristas de Al Qaeda, y el problema moral mayor, que es el poder acabar o no con la vida de una niña como daño colateral al estar la pobre muchacha vendiendo pan junto al edificio que toca destruir.
Hora y cuarenta minutos repleta de tensión y suspense donde todos desean que esa niña venda el pan y se marche, a la par que los altos cargos militares meten prisa para poder Ejecutar la operación y los políticos aliados se pasan unos a otros el problema sin querer mancharse (como es lógico) las manos. ¿La vida de una niña puede valer la de 50 o 100 personas que podrían morir, niños incluidos, en un atentado perpetrado por esos terroristas (a los cuales se les ve con chalecos bomba)?.
Con pulso firme y regular, la película va manejándose al antojo que el guión y su director marcan. El hecho de tener múltiples protagonistas desde diferentes ubicaciones hace que el largometraje sea dinámico y repleto de interés. Por si fuera poco, llega a hacer pensar al espectador sobre qué es o deja de ser lo correcto, a la par que la Oficial al mando parece ser la mala de la película dispuesta a acabar con la vida de la niña si fuera necesario por cumplir con su deber.
"Espías desde el cielo" es, en definitiva, una forma fresca y nueva de hacer cine bélico. Al igual que las guerras modernas han cambiado hasta el punto de poder decidir apretar un botón desde Londres, apretarlo desde EEUU y acabar con vidas en Kenia en un santiamén, las películas de guerra deben modernizarse para mostrarnos lo fácil que es combatir desde los despachos, y lo difícil que es tomar decisiones que puedan acabar con las vidas de las personas. Eso sí, quienes aprietan o no el botón son los pobres soldados rasos de turno, los que menos pintan y deben cargar igualmente con las culpas morales.
Todo muy bien preparado gracias a un montaje, como digo, dinámico, y a un guión muy bien elaborado. A ello toca sumar unas buenas interpretaciones donde sobresale la de Hellen Mirren en el papel de la Oficial al cargo de la Operación. Un film bastante menor y de poco presupuesto (como muestran unos efectos visuales poco logrados para los tiempos que corren) pero que ataca sin piedad a la moralidad actual de la guerra y la política.
Nota: 7,25
Lo Mejor: Un montaje dinámico y un guión bien elaborado.
Lo Peor: Que un film así merecía mejor suerte y reconocimiento del que tuvo.
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