Dentro del #MaratónBelicosero, toca hablar de una película de alta mar, que hace un tiempo (desde U-571) que no hago. Pero, en esta ocasión, me voy cuatro décadas atrás en el tiempo, con una película en Blanco y Negro, y en alta mar. Eso sí, continuamos en el Atlántico Norte, con una historia basada en hechos reales: "Hundid el Bismarck".
La historia
El Bismarck, fue un acorazado alemán que operó durante la II Guerra Mundial. En palabras de la propia marina alemana, el mayor y la más devastadora arma marina de la guerra. Un buque dispuesto a hacer estragos entre los convoyes y la marina británica. Botado en 1939, y unido a la Marina germana en 1940, no llegó a participar más que en una misión, una fatídica misión. Como el "Titanic", acabaría en el fondo del mar en su primer viaje.
¿Cómo lo narra la película?
La película muestra con detalles como el acorazado es descubierto en su salida del mar báltico, junto a otro buque alemán, el Prinz Eugen. Gran Bretaña pone toda la carne en el asador para dar con el temible Bismarck y hundirlo como sea. El Suffolk descubrirá en el mar del Norte al buque y se dará parte al Hood y al Prince of Wales, que irán a su caza. Tras una cruenta batalla, el Hood queda destruido totalmente y el Prince of Wales sufrirá graves daños, el Bismarck, por su parte, queda algo tocado y necesario de reparación.
A pesar de que inicialmente el comandante superior al mando decide que el buque siga en busca de sus objetivos principales: Los convoyes que parten de Estados Unidos a Gran Bretaña. Finalmente le tocará ir a reparar a las costas francesas. Los británicos darán con él movilizando todo lo que pueden, incluso la flota del Mediterráneo será enviada. El portaaviones Ark Royal podrá alcanzarle y sus aviones torpederos dejarán tocado al buque, que queda con problemas en el timón, sin poder maniobrar, a la espera de la ayuda de la Luttwaffe.
Esa ayuda no llegará y, en su lugar, buques británicos acribillarán al Bismarck hundiéndolo con numerosas víctimas. Fue uno de los grandes triunfos de una Gran Bretaña que vivía sus horas más oscuras siendo bombardeada por la Alemania nazi.
Reparto coral
"Hundid el Bismarck" es uno de esos títulos que podría tener, desde la distancia, similitudes con las grandes como "El día más largo" o "Un puente lejano". Una película hecha para narrar unos hechos históricos y contar con personajes interpretando roles reales de aquella operación. Muchos actores en papeles cortos, pero sin una gran estrella. Aquí Kenneth Moore está al frente del reparto, viviendo todas las escenas desde el despacho, y únicamente la escena final al aire libre.
Lo curioso es que este título llegaría años antes de que Hollywood pusiera de moda este tipo de cine. Si bien con repartos más lujosos y gran espectáculo a diferencia de un cine británico que durante los años 50 e inicios de los 60 narraba sus batallas en el Norte de África ("Ice Cold in Alex"), en el Atlántico ("Mar cruel"), Mediterráneo ("Historia de Malta") o los logros aéreos ("Proa al cielo"). Ya en "Dunkerque" (1958) se dejó claro este buen hacer con repartos corales con los diferentes puntos de vista.
Puntos de vista
Tenemos al Alto Mando británico, con Kenneth Moore a la cabeza. Ellos están dentro del búnker, pasando largas horas. Tantas horas que constantemente pierde la noción de a qué hora del día está. Junto a él, el personaje femenino de la película y otros miembros de la plana mayor. Resulta curioso comprobar como son vistos desde "fuera". Al acabar la operación, tras largos días sin ver el sol y sin poder dormir en condiciones, sale fuera, con la misión cumplida, sin saber qué hora es. Un marinero que le ve, lanzará la siguiente afirmación: "Tienen cuatro bandas en el brazo y ni siquiera sabe qué hora es". Este marinero, en tierra, desconoce el sacrificio y las malas horas que ha tenido que pasar ese hombre desde el subterráneo.
Tenemos también la visión marítima de Gran Bretaña. Vemos a diferentes buques de todos los colores. El Suffolk, el Prince of Wales, el Salent, el portaaviones Victoria o el Ark Royal, entre otros. Apenas vemos a la tripulación de todos ellos, pero en las escenas bélicas toca ir apareciendo en escena a los diferentes buques que van en busca y captura del Bismarck.
El Bismarck. Sí, ese temido buque tiene su protagonismo a lo largo de todo el filme, y otro par de secundarios que dan empaque a la propuesta. El capitán Lindemann, un hombre alemán, al servicio de su país pero que choca frontalmente con su superior, uno de esos nazis que desde el primer discurso de arenga a sus marineros deja claro de qué pie cojea. Su orgullo alemán, pero sobretodo su fanatismo nazi ("Somos más rápidos, no pueden hundirnos y somos alemanes" o "nunca olvidéis que sois alemanes. Nunca olvidéis que sois nazis"), serán determinantes en el desastre final de la tripulación del Bismarck. A lo largo de la película se van alternando estas escenas con las del alto mando británico.
Por lo tanto, tenemos una película con tres puntos clave: Tierra (Gran Bretaña), y el mar representado en el Bismarck y en el resto de buques, que incluye alguna escena aérea. En total se podría decir que las tres partes gozan de parecido protagonismo, si bien en el primer tramo del film la parte del alto mando británica es la que gana. Cuando entra la acción en escena, esta va dejando paso a los tres combates importantes que tienen lugar, y a un peligroso error de cálculo cuando aviones británicos confunden el buque Sheffield con el Bismarck, error que por suerte no llega al extremo mortal al fallar los torpedos por culpa de las espoletas magnéticas. Estos estallaban al mínimo contacto con el agua.
La Guerra de Todos
Como antes decía, "Hundid el Bismarck" Es una más de la amplia lista de interesantes títulos que Gran Bretaña dedicó en los años 50 a la II Guerra Mundial. Por entonces Hollywood hacía cine del conflicto, pero lo dividía con la guerra de Corea, y Alemania y Gran Bretaña realizaron producciones que, por desgracia, son poco conocidas, pero que contienen un nutrido de títulos interesantes que merece la pena conocer.
Pero en ellas, intenta dejar claro el mensaje de honor a las víctimas, a quienes sufrieron y lucharon en aquella guerra. Como cualquier película rodada en plena guerra (que las hubo, a pesar de rodarse bajo las bombas), el mensaje a los caídos está en cada plano. Una mujer que ha perdido a su prometido en Dunkerque pero ha continuado con su vida como ha podido. Un oficial que acaba de enviar el buque donde su hijo pilota un avión a enfrentarse al temido monstruo y cuyo hijo acaba siendo declarado desaparecido. Ese mismo hombre que nos recuerda como volvió a casa tras casi morir en una misión y dónde debía estar su casa con su mujer esperando, había un agujero enorme. Todo ello, sacrificios de la guerra, una cruel guerra que tocaba combatir.
Como detalle a añadir en este apartado. La película arranca con un noticiario de radio donde Ed Murrow habla a los oyendes, en este caso, al espectador. A lo largo de la película volveremos a ver al periodista narrando los últimos acontecimientos a modo resumen, a pesar de que los hayamos visto en la pantalla. El dato curioso es que Ed Murrow en la II Guerra Mundial era periodista y su labor precisamente, era esa misma, locutar los noticiarios de guerra.
Comentario
"Hundid el Bismarck" es una de las obras más reconocidas de la cinematografía bélica británica de aquellos años 50-60. Un título marítimo rodado con bastante interés e intentando un amplio rigor histórico. Lo consigue gracias a alternar con buen montaje tres puntos de vista diferentes que envían al espectador en todo momento a los diferentes lugares como si de un documental se tratase. Una historia dónde no hay héroes, ya que el protagonista principal está en tierra, moviendo barquitos de juguete.
Una historia que se limita a contar uno de los hechos más sobresalientes del ejército británico (o de la marina británica) en esos duros inicios de la guerra. El hundimiento del Bismarck, una misión de fuerza mayor, una de esas victorias que no parecen gran cosa, pero que pueden causar impacto. Una demostración de que la guerra se podía ganar, de que se podía hacer frente al gigante germánico. Una historia que, como muchas de esos años, parece diferenciar entre los nazis, y los alemanes, con dos oficiales enemigos de Gran Bretaña, de carácter tan dispar.
La película es entretenida, más que interesante. Y en la parte bélica, a pesar de no ser una gran superproducción made in Hollywood, aguanta el paso de los años bastante bien (algo a lo que ayuda el Blanco y negro). Recomendable para quienes quieran saber un pedazo de historia de la Batalla en el Atlántico. Y, lo mejor de todo, lo suficientemente corta para verla del tirón y no aburrirse.
Nota: 6,5
Lo Mejor: El montaje alternando los dos bandos y lo que pasa en tierra y en el mar
Lo Peor: Es casi un documental, sin la suficiente emoción que genera una película donde sufres con los protagonistas.
La historia
El Bismarck, fue un acorazado alemán que operó durante la II Guerra Mundial. En palabras de la propia marina alemana, el mayor y la más devastadora arma marina de la guerra. Un buque dispuesto a hacer estragos entre los convoyes y la marina británica. Botado en 1939, y unido a la Marina germana en 1940, no llegó a participar más que en una misión, una fatídica misión. Como el "Titanic", acabaría en el fondo del mar en su primer viaje.
¿Cómo lo narra la película?
La película muestra con detalles como el acorazado es descubierto en su salida del mar báltico, junto a otro buque alemán, el Prinz Eugen. Gran Bretaña pone toda la carne en el asador para dar con el temible Bismarck y hundirlo como sea. El Suffolk descubrirá en el mar del Norte al buque y se dará parte al Hood y al Prince of Wales, que irán a su caza. Tras una cruenta batalla, el Hood queda destruido totalmente y el Prince of Wales sufrirá graves daños, el Bismarck, por su parte, queda algo tocado y necesario de reparación.
A pesar de que inicialmente el comandante superior al mando decide que el buque siga en busca de sus objetivos principales: Los convoyes que parten de Estados Unidos a Gran Bretaña. Finalmente le tocará ir a reparar a las costas francesas. Los británicos darán con él movilizando todo lo que pueden, incluso la flota del Mediterráneo será enviada. El portaaviones Ark Royal podrá alcanzarle y sus aviones torpederos dejarán tocado al buque, que queda con problemas en el timón, sin poder maniobrar, a la espera de la ayuda de la Luttwaffe.
Esa ayuda no llegará y, en su lugar, buques británicos acribillarán al Bismarck hundiéndolo con numerosas víctimas. Fue uno de los grandes triunfos de una Gran Bretaña que vivía sus horas más oscuras siendo bombardeada por la Alemania nazi.
Reparto coral
"Hundid el Bismarck" es uno de esos títulos que podría tener, desde la distancia, similitudes con las grandes como "El día más largo" o "Un puente lejano". Una película hecha para narrar unos hechos históricos y contar con personajes interpretando roles reales de aquella operación. Muchos actores en papeles cortos, pero sin una gran estrella. Aquí Kenneth Moore está al frente del reparto, viviendo todas las escenas desde el despacho, y únicamente la escena final al aire libre.
Lo curioso es que este título llegaría años antes de que Hollywood pusiera de moda este tipo de cine. Si bien con repartos más lujosos y gran espectáculo a diferencia de un cine británico que durante los años 50 e inicios de los 60 narraba sus batallas en el Norte de África ("Ice Cold in Alex"), en el Atlántico ("Mar cruel"), Mediterráneo ("Historia de Malta") o los logros aéreos ("Proa al cielo"). Ya en "Dunkerque" (1958) se dejó claro este buen hacer con repartos corales con los diferentes puntos de vista.
Puntos de vista
Tenemos al Alto Mando británico, con Kenneth Moore a la cabeza. Ellos están dentro del búnker, pasando largas horas. Tantas horas que constantemente pierde la noción de a qué hora del día está. Junto a él, el personaje femenino de la película y otros miembros de la plana mayor. Resulta curioso comprobar como son vistos desde "fuera". Al acabar la operación, tras largos días sin ver el sol y sin poder dormir en condiciones, sale fuera, con la misión cumplida, sin saber qué hora es. Un marinero que le ve, lanzará la siguiente afirmación: "Tienen cuatro bandas en el brazo y ni siquiera sabe qué hora es". Este marinero, en tierra, desconoce el sacrificio y las malas horas que ha tenido que pasar ese hombre desde el subterráneo.
Tenemos también la visión marítima de Gran Bretaña. Vemos a diferentes buques de todos los colores. El Suffolk, el Prince of Wales, el Salent, el portaaviones Victoria o el Ark Royal, entre otros. Apenas vemos a la tripulación de todos ellos, pero en las escenas bélicas toca ir apareciendo en escena a los diferentes buques que van en busca y captura del Bismarck.
El Bismarck. Sí, ese temido buque tiene su protagonismo a lo largo de todo el filme, y otro par de secundarios que dan empaque a la propuesta. El capitán Lindemann, un hombre alemán, al servicio de su país pero que choca frontalmente con su superior, uno de esos nazis que desde el primer discurso de arenga a sus marineros deja claro de qué pie cojea. Su orgullo alemán, pero sobretodo su fanatismo nazi ("Somos más rápidos, no pueden hundirnos y somos alemanes" o "nunca olvidéis que sois alemanes. Nunca olvidéis que sois nazis"), serán determinantes en el desastre final de la tripulación del Bismarck. A lo largo de la película se van alternando estas escenas con las del alto mando británico.
Por lo tanto, tenemos una película con tres puntos clave: Tierra (Gran Bretaña), y el mar representado en el Bismarck y en el resto de buques, que incluye alguna escena aérea. En total se podría decir que las tres partes gozan de parecido protagonismo, si bien en el primer tramo del film la parte del alto mando británica es la que gana. Cuando entra la acción en escena, esta va dejando paso a los tres combates importantes que tienen lugar, y a un peligroso error de cálculo cuando aviones británicos confunden el buque Sheffield con el Bismarck, error que por suerte no llega al extremo mortal al fallar los torpedos por culpa de las espoletas magnéticas. Estos estallaban al mínimo contacto con el agua.
La Guerra de Todos
Como antes decía, "Hundid el Bismarck" Es una más de la amplia lista de interesantes títulos que Gran Bretaña dedicó en los años 50 a la II Guerra Mundial. Por entonces Hollywood hacía cine del conflicto, pero lo dividía con la guerra de Corea, y Alemania y Gran Bretaña realizaron producciones que, por desgracia, son poco conocidas, pero que contienen un nutrido de títulos interesantes que merece la pena conocer.
Pero en ellas, intenta dejar claro el mensaje de honor a las víctimas, a quienes sufrieron y lucharon en aquella guerra. Como cualquier película rodada en plena guerra (que las hubo, a pesar de rodarse bajo las bombas), el mensaje a los caídos está en cada plano. Una mujer que ha perdido a su prometido en Dunkerque pero ha continuado con su vida como ha podido. Un oficial que acaba de enviar el buque donde su hijo pilota un avión a enfrentarse al temido monstruo y cuyo hijo acaba siendo declarado desaparecido. Ese mismo hombre que nos recuerda como volvió a casa tras casi morir en una misión y dónde debía estar su casa con su mujer esperando, había un agujero enorme. Todo ello, sacrificios de la guerra, una cruel guerra que tocaba combatir.
Como detalle a añadir en este apartado. La película arranca con un noticiario de radio donde Ed Murrow habla a los oyendes, en este caso, al espectador. A lo largo de la película volveremos a ver al periodista narrando los últimos acontecimientos a modo resumen, a pesar de que los hayamos visto en la pantalla. El dato curioso es que Ed Murrow en la II Guerra Mundial era periodista y su labor precisamente, era esa misma, locutar los noticiarios de guerra.
Comentario
"Hundid el Bismarck" es una de las obras más reconocidas de la cinematografía bélica británica de aquellos años 50-60. Un título marítimo rodado con bastante interés e intentando un amplio rigor histórico. Lo consigue gracias a alternar con buen montaje tres puntos de vista diferentes que envían al espectador en todo momento a los diferentes lugares como si de un documental se tratase. Una historia dónde no hay héroes, ya que el protagonista principal está en tierra, moviendo barquitos de juguete.
Una historia que se limita a contar uno de los hechos más sobresalientes del ejército británico (o de la marina británica) en esos duros inicios de la guerra. El hundimiento del Bismarck, una misión de fuerza mayor, una de esas victorias que no parecen gran cosa, pero que pueden causar impacto. Una demostración de que la guerra se podía ganar, de que se podía hacer frente al gigante germánico. Una historia que, como muchas de esos años, parece diferenciar entre los nazis, y los alemanes, con dos oficiales enemigos de Gran Bretaña, de carácter tan dispar.
La película es entretenida, más que interesante. Y en la parte bélica, a pesar de no ser una gran superproducción made in Hollywood, aguanta el paso de los años bastante bien (algo a lo que ayuda el Blanco y negro). Recomendable para quienes quieran saber un pedazo de historia de la Batalla en el Atlántico. Y, lo mejor de todo, lo suficientemente corta para verla del tirón y no aburrirse.
Nota: 6,5
Lo Mejor: El montaje alternando los dos bandos y lo que pasa en tierra y en el mar
Lo Peor: Es casi un documental, sin la suficiente emoción que genera una película donde sufres con los protagonistas.
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