Este 2018 se cumplirán 100 años del final de la I Guerra Mundial. Por ese motivo he decidido homenajear la efeméride analizando cada mes dos títulos referentes a la contienda. Para comenzar la Colección de películas no podía escoger una mejor que "El gran desfile", el mejor film bélico que se realizó durante la época del cine mudo, y una notable película que merece la pena que no caiga en el olvido.
El cine sobre la I Guerra Mundial ya había tenido alguna obra famosa como "Armas al hombro", el mediometraje de Chaplin; un director afamado, y muy importante en la historia del cine como D.W.Grifftih ("El nacimiento de una nación") puso su granito de arena con "Corazones del mundo" (1918), pero posiblemente la gran obra de éxito sobre la IGM hasta 1925 sería "Los cuatro jinetes del Apocalipsis", drama basado en la obra de Vicente Blasco Ibañez, que haría estrella a Rodolfo Valentino, guaperas de la época.
Pero en 1925 King Vidor realizó una de sus obras cumbres (La otra llegaría 3 años después: "Y el mundo marcha"). En "El gran desfile" no hay gloria en la guerra, cruel y descarnada. Así nos la definiría Vidor en un alegato contra el conflicto armado, con algunas secuencias que merecen mencionar y que no queden olvidadas. Aviso que el siguiente análisis tendrá numerosos spoilers, por lo que quien quiera ver la película antes de seguir leyendo, ya está tardando en hacerlo.
El primer desfile
Vidor parte perfectamente la película como si de una obra de teatro se tratara. Primero en un Prólogo presenta a los tres personajes que serán compañeros de hazañas en Francia. Un niño rico que no quiere oir la palabra trabajar (Jim, protagonizado por John Gilbert); un trabajador de la construcción (Slim) y un barman (Bull). De este modo tan simple Vidor nos enseña en medio minuto que a la guerra fueron hombres de todas las clases y con distintas vidas.
Pero se centrará en la de Jim, el holgazán que por amor de una mujer que le quiere ver vestido de militar y volver con gloria y, sobretodo, por la musiquilla del primer desfile, decide alistarse. Porque no es casual que cuando Jim decide ir a ver el desfile militar estén ahí sus amigos animándole a meterse en la "fiesta". Un primer desfile en EEUU lleno de banderitas, de patriotismo y de la gente animando a los suyos, sirve para adentrarnos en la parte amable. Se trata, sin duda, de un desfile festivo, como el del circo cuando llega a la ciudad.
Y ahí, en unos pocos minutos, los alistados pasan a ser soldados y de ahí pasan a Francia... a un pequeño pueblo de campesinos donde se nos mostrará una historia más de amor. Amparándose en unos pequeños sketches cómicos, pero bastante ligeros, ese primer tramo de la película nos muestra la historia de amor entre Jim y una campesina francesa (interpretada por Renee Adoree).
Estamos ante una de las más bellas historias de amor que recuerde. A diferencia de otros films donde solo sirve para alargar el metraje, aquí la película debe ser vista como dos historias, una de amor y otra de guerra, que casan perfectamente. Pero Vidor logra lo que se propone gracias a una historia bien trabajada. Desde ese cómico primer momento de los dos protagonistas, donde la francesa ríe al ver a un soldado escondido detrás de un barril, hasta el momento de su despedida para el combate todo es una historia romántica perfectamente llevada, nada forzada y donde el amor va surgiendo en ella mucho más "poco a poco" de lo que es habitual en el cine de la época.
El segundo desfile
Algo sucede cuando, después de estar perdidamente enamorado de una chica francesa Jim recibe la carta de su prometida que ha dejado en América. Sus sentimientos se revuelven y dentro de su indecisión la campesina francesa se marcha, dolida pero no indignada por la situación. Es ahí cuando los soldados de retaguardia son llamados al frente. Se movilizan rápidamente y se inicia el segundo desfile, el de los soldados marchando.
Al ver marchar a los soldados, Melisande (la campesina) se da cuenta de que puede que no vuelva a ver a su amado y va en su búsqueda en una secuencia inolvidable. Primero se nos muestra por separado a los dos protagonistas buscándose hasta, tras un buen rato de agobio (donde no pocos soldados abrazan a la chica buscando un último "achuchón" que ella se quita de encima como puede) por fin logran encontrarse y fundirse en un emotivo beso y abrazo antes de que Jim parta a la guerra.
Acaba la secuencia brillántemente con ella desconsolada, llorando en el suelo, totalmente sola, mientras en otro plano vemos numerosos camiones en una larguísima carretera recta camino de la guerra. Vidor aprovecha para anunciar en los intertítulos que se trata de "El gran desfile"; el segundo que vemos en la película, pero en este todos saben que quizás no vuelvan, que van al matadero, a una guerra cruel. Vidor lo avisa... van para no regresar.
Tras este segundo desfile llega la guerra en todo su esplendor. Durante algo más de media hora Vidor nos avasalla con el combate sin dejar respiración alguna a los soldados. Primero son atacados por un avión enemigo en una secuencia aislada que rápido quedará eclipsada por uno de las mejores secuencias del cine bélico.
Los soldados americanos avanzan por un bosque donde se nos ha avisado que hay francotiradores enemigos, así como ametralladoras. Solo se nos muestra inicialmente el avance de las tropas por un bosque donde, poco a poco, se nos van enseñando más muertos en el suelo. Todo eso con una música repleta de suspense (es cine mudo, pero recordemos que se veía en el cine con una orquesta u organillo tocando música y las películas que podemos encontrar en DVD tienen a una Orquesta todo el film obsequiando con una música que sirve para mostrar todo tipo de sentimientos).
Esa música, en esos momentos escasa, que va marcando los pasos de los soldados hacia lo desconocido comienza a tornarse en terrorífica cuando poco a poco unos ligeros sonidos de fondo nos van avisando de que en el plano un soldado ha caido. En efecto, Vidor nos va enseñando desde el silencio más solemne (y eso con el cine sonoro no se puede lograr) el peligro que les acecha. Van cayendo los soldados poco a poco y no se nos muestra inicialmente al enemigo. Esto cambia cuando, por fin, vemos a un soldado enemigo en un arbol... Slim dispara y éste cae al suelo. Ya han avistado al enemigo.
Enemigo que estará constantemente en las siguientes secuencias. Se continúa por el bosque donde el enemigo acaba rindiéndose en otro momento estelar donde el protagonista y sus amigos pasan incrédulos al costado de soltados alemanes que se han rendido. Pero ellos siguen su camino, continúan hacia la siguiente línea de defensiva.
Batalla final
Una vez tienen que buscar cobijo en agujeros provocados por la artillería, nuestros tres amigos se encuentran dentro del mismo. Por instantes parece volver el toque humorístico cuando Slim llega a decir en alto: "¿Ya estoy muerto?" después de un angustioso e incesante ataque con fuego de artillería. No lo está... de momento; porque en un acto heroico y suicida propiciado por el jefe al mando, Slim morirá, provocando la ira de sus dos compañeros.
No hay tiempo para pensar, Jim y Bull deciden salir a buscar a su amigo, a quien encuentran muerto y atacados por la ira deciden atacar al enemigo. Bull caerá en el intento y Jim, herido, acabará arrastrándose en busca de un alemán al que también ha dejado herido. He ahí otro de los momentos del séptimo arte. Ver a Jim arrastrándose y al alemán en la misma posición alejándose para acabar ambos en un agujero es sobrecogedor. Como lo es ver el miedo del soldado alemán contrastando con la ira en el rostro del personaje interpretado por John Gilbert, cuchillo en mano.
No podrá matar. En un drástico instante Jim se da cuenta horrorizado de que ese alemán no es diferente a sus amigos, que ahí todos son seres humanos que están en una guerra que no deberían estar librando. Jim descansará y dará su último cigarrillo a un soldado alemán que morirá en breves instantes. El combate concluye con los aliados atacando a los alemanes ante el júbilo de un herido Jim.
A partir de ahí, Vidor tiene otro momento histórico cuando en apenas cinco minutos nos enseña las penurias de quienes vuelven a la guerra. Indirectamente era el primero en mostrar a gran escala los daños sufridos. Jim vuelve con una pierna amputada (que el único de los tres protagonistas viva y lo haga herido es algo que no ya entonces, sino ahora, es raro en el mundo del cine) a su hogar, donde su madre será la única en la que pueda encontrar algo de consuelo, la misma que le dirá que vuelva a Francia a buscar a su amada. El film concluye con esperanza, la que hay en el reencuentro de una campesina francesa que debe tirar de su país asolado por la reciente guerra, y la de un niño rico, cojo, que no encuentra acomodo en su país tras los desastres de la guerra.
Valoración
Éxito de taquilla y de crítica (7,8 filmaffinity y 8,3 Imdb), "El gran desfile" es considerada la primera gran película bélica y que asentaría los cimientos para el tipo de cine que se haría en años posteriores. Films como "Alas" o sobretodo "Sin novedad en el frente" hubiera sido raro concebirlos si antes no hubiera existido este precedente. La guerra no se mostraba como algo heroico y se criticaba el conflicto.
Es, sin duda, la mejor película bélica muda de la historia y uno de los mejores films sobre la I Guerra Mundial de cuantos se hayan hecho. Un clásico que su condición de cine mudo quizás haya hecho olvidar pero que merece recordar. Secuencias como la de la despedida entre los amantes rumbo a la guerra, desoladora, o esa secuencia bélica en el bosque hacen que el film merezca mucho la pena.
8,5
Lo mejor: Todo lo que va después del segundo desfile. Un incesante bombardeo bélico al público muy bien elaborado.
Lo Peor: Que el mundo del cine no recuerde a menudo un clásico del que han bebido muchas películas bélicas desde entonces.
El cine sobre la I Guerra Mundial ya había tenido alguna obra famosa como "Armas al hombro", el mediometraje de Chaplin; un director afamado, y muy importante en la historia del cine como D.W.Grifftih ("El nacimiento de una nación") puso su granito de arena con "Corazones del mundo" (1918), pero posiblemente la gran obra de éxito sobre la IGM hasta 1925 sería "Los cuatro jinetes del Apocalipsis", drama basado en la obra de Vicente Blasco Ibañez, que haría estrella a Rodolfo Valentino, guaperas de la época.
Pero en 1925 King Vidor realizó una de sus obras cumbres (La otra llegaría 3 años después: "Y el mundo marcha"). En "El gran desfile" no hay gloria en la guerra, cruel y descarnada. Así nos la definiría Vidor en un alegato contra el conflicto armado, con algunas secuencias que merecen mencionar y que no queden olvidadas. Aviso que el siguiente análisis tendrá numerosos spoilers, por lo que quien quiera ver la película antes de seguir leyendo, ya está tardando en hacerlo.
El primer desfile
Vidor parte perfectamente la película como si de una obra de teatro se tratara. Primero en un Prólogo presenta a los tres personajes que serán compañeros de hazañas en Francia. Un niño rico que no quiere oir la palabra trabajar (Jim, protagonizado por John Gilbert); un trabajador de la construcción (Slim) y un barman (Bull). De este modo tan simple Vidor nos enseña en medio minuto que a la guerra fueron hombres de todas las clases y con distintas vidas.
Pero se centrará en la de Jim, el holgazán que por amor de una mujer que le quiere ver vestido de militar y volver con gloria y, sobretodo, por la musiquilla del primer desfile, decide alistarse. Porque no es casual que cuando Jim decide ir a ver el desfile militar estén ahí sus amigos animándole a meterse en la "fiesta". Un primer desfile en EEUU lleno de banderitas, de patriotismo y de la gente animando a los suyos, sirve para adentrarnos en la parte amable. Se trata, sin duda, de un desfile festivo, como el del circo cuando llega a la ciudad.
Y ahí, en unos pocos minutos, los alistados pasan a ser soldados y de ahí pasan a Francia... a un pequeño pueblo de campesinos donde se nos mostrará una historia más de amor. Amparándose en unos pequeños sketches cómicos, pero bastante ligeros, ese primer tramo de la película nos muestra la historia de amor entre Jim y una campesina francesa (interpretada por Renee Adoree).
Estamos ante una de las más bellas historias de amor que recuerde. A diferencia de otros films donde solo sirve para alargar el metraje, aquí la película debe ser vista como dos historias, una de amor y otra de guerra, que casan perfectamente. Pero Vidor logra lo que se propone gracias a una historia bien trabajada. Desde ese cómico primer momento de los dos protagonistas, donde la francesa ríe al ver a un soldado escondido detrás de un barril, hasta el momento de su despedida para el combate todo es una historia romántica perfectamente llevada, nada forzada y donde el amor va surgiendo en ella mucho más "poco a poco" de lo que es habitual en el cine de la época.
El segundo desfile
Algo sucede cuando, después de estar perdidamente enamorado de una chica francesa Jim recibe la carta de su prometida que ha dejado en América. Sus sentimientos se revuelven y dentro de su indecisión la campesina francesa se marcha, dolida pero no indignada por la situación. Es ahí cuando los soldados de retaguardia son llamados al frente. Se movilizan rápidamente y se inicia el segundo desfile, el de los soldados marchando.
Al ver marchar a los soldados, Melisande (la campesina) se da cuenta de que puede que no vuelva a ver a su amado y va en su búsqueda en una secuencia inolvidable. Primero se nos muestra por separado a los dos protagonistas buscándose hasta, tras un buen rato de agobio (donde no pocos soldados abrazan a la chica buscando un último "achuchón" que ella se quita de encima como puede) por fin logran encontrarse y fundirse en un emotivo beso y abrazo antes de que Jim parta a la guerra.
Acaba la secuencia brillántemente con ella desconsolada, llorando en el suelo, totalmente sola, mientras en otro plano vemos numerosos camiones en una larguísima carretera recta camino de la guerra. Vidor aprovecha para anunciar en los intertítulos que se trata de "El gran desfile"; el segundo que vemos en la película, pero en este todos saben que quizás no vuelvan, que van al matadero, a una guerra cruel. Vidor lo avisa... van para no regresar.
Tras este segundo desfile llega la guerra en todo su esplendor. Durante algo más de media hora Vidor nos avasalla con el combate sin dejar respiración alguna a los soldados. Primero son atacados por un avión enemigo en una secuencia aislada que rápido quedará eclipsada por uno de las mejores secuencias del cine bélico.
Los soldados americanos avanzan por un bosque donde se nos ha avisado que hay francotiradores enemigos, así como ametralladoras. Solo se nos muestra inicialmente el avance de las tropas por un bosque donde, poco a poco, se nos van enseñando más muertos en el suelo. Todo eso con una música repleta de suspense (es cine mudo, pero recordemos que se veía en el cine con una orquesta u organillo tocando música y las películas que podemos encontrar en DVD tienen a una Orquesta todo el film obsequiando con una música que sirve para mostrar todo tipo de sentimientos).
Esa música, en esos momentos escasa, que va marcando los pasos de los soldados hacia lo desconocido comienza a tornarse en terrorífica cuando poco a poco unos ligeros sonidos de fondo nos van avisando de que en el plano un soldado ha caido. En efecto, Vidor nos va enseñando desde el silencio más solemne (y eso con el cine sonoro no se puede lograr) el peligro que les acecha. Van cayendo los soldados poco a poco y no se nos muestra inicialmente al enemigo. Esto cambia cuando, por fin, vemos a un soldado enemigo en un arbol... Slim dispara y éste cae al suelo. Ya han avistado al enemigo.
Enemigo que estará constantemente en las siguientes secuencias. Se continúa por el bosque donde el enemigo acaba rindiéndose en otro momento estelar donde el protagonista y sus amigos pasan incrédulos al costado de soltados alemanes que se han rendido. Pero ellos siguen su camino, continúan hacia la siguiente línea de defensiva.
Batalla final
Una vez tienen que buscar cobijo en agujeros provocados por la artillería, nuestros tres amigos se encuentran dentro del mismo. Por instantes parece volver el toque humorístico cuando Slim llega a decir en alto: "¿Ya estoy muerto?" después de un angustioso e incesante ataque con fuego de artillería. No lo está... de momento; porque en un acto heroico y suicida propiciado por el jefe al mando, Slim morirá, provocando la ira de sus dos compañeros.
No hay tiempo para pensar, Jim y Bull deciden salir a buscar a su amigo, a quien encuentran muerto y atacados por la ira deciden atacar al enemigo. Bull caerá en el intento y Jim, herido, acabará arrastrándose en busca de un alemán al que también ha dejado herido. He ahí otro de los momentos del séptimo arte. Ver a Jim arrastrándose y al alemán en la misma posición alejándose para acabar ambos en un agujero es sobrecogedor. Como lo es ver el miedo del soldado alemán contrastando con la ira en el rostro del personaje interpretado por John Gilbert, cuchillo en mano.
No podrá matar. En un drástico instante Jim se da cuenta horrorizado de que ese alemán no es diferente a sus amigos, que ahí todos son seres humanos que están en una guerra que no deberían estar librando. Jim descansará y dará su último cigarrillo a un soldado alemán que morirá en breves instantes. El combate concluye con los aliados atacando a los alemanes ante el júbilo de un herido Jim.
A partir de ahí, Vidor tiene otro momento histórico cuando en apenas cinco minutos nos enseña las penurias de quienes vuelven a la guerra. Indirectamente era el primero en mostrar a gran escala los daños sufridos. Jim vuelve con una pierna amputada (que el único de los tres protagonistas viva y lo haga herido es algo que no ya entonces, sino ahora, es raro en el mundo del cine) a su hogar, donde su madre será la única en la que pueda encontrar algo de consuelo, la misma que le dirá que vuelva a Francia a buscar a su amada. El film concluye con esperanza, la que hay en el reencuentro de una campesina francesa que debe tirar de su país asolado por la reciente guerra, y la de un niño rico, cojo, que no encuentra acomodo en su país tras los desastres de la guerra.
Valoración
Éxito de taquilla y de crítica (7,8 filmaffinity y 8,3 Imdb), "El gran desfile" es considerada la primera gran película bélica y que asentaría los cimientos para el tipo de cine que se haría en años posteriores. Films como "Alas" o sobretodo "Sin novedad en el frente" hubiera sido raro concebirlos si antes no hubiera existido este precedente. La guerra no se mostraba como algo heroico y se criticaba el conflicto.
Es, sin duda, la mejor película bélica muda de la historia y uno de los mejores films sobre la I Guerra Mundial de cuantos se hayan hecho. Un clásico que su condición de cine mudo quizás haya hecho olvidar pero que merece recordar. Secuencias como la de la despedida entre los amantes rumbo a la guerra, desoladora, o esa secuencia bélica en el bosque hacen que el film merezca mucho la pena.
8,5
Lo mejor: Todo lo que va después del segundo desfile. Un incesante bombardeo bélico al público muy bien elaborado.
Lo Peor: Que el mundo del cine no recuerde a menudo un clásico del que han bebido muchas películas bélicas desde entonces.
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