Entre dos fuegos (Guy Hamilton, 1963)

Robert Mitchum es uno de los grandes del cine bélico. Títulos como "El día más largo" o "Duelo en el Atlántico" lo corroboran. Pero dentro de su extensa filmografía existe un drama judicial militar ambientado en la II Guerra Mundial que ha sido totalmente olvidado: "Entre dos fuegos", título que traigo hoy a la palestra.

Dirigida por Guy Hamilton, director de algunos clásicos de James Bond y de la superproducción "La batalla de Inglaterra", "Entre dos fuegos" nos mete de lleno en materia con un asesinato. El personaje interpretado por Keenan Wynn, un Teniente norteamericano, asesina sin compasión a un Sargento británico dentro de su barracón en un campamento en la India durante la II Guerra Mundial.

El asesinato se ve in situ, no dando opción alguna a dudas: ha sido él. A partir de ahí la trama, basada en una novela de Howard Fast, se centra en los esfuerzos de Robert Mitchum en desvelar la verdad. Una incómoda verdad tras el asesinato que no gustará a todos.

Al bueno de Mitchum, en el papel de un Coronel, le traen desde Europa, cojo, poco después del día D. En cierto modo es como si su General Cota pasase de las costas normandas a la jungla birmana cercana a la India, en ese 1944. Su buena amistad con el General de turno le da la oportunidad de ejercer de abogado defensor de una causa perdida. Además, por si esto fuera poco, se le avisa que únicamente va a cumplir el expediente, ya que el objetivo es defender con honra... Pero el destino del asesino está decidido: la horca.

De ahí que las investigaciones de Mitchum levanten ampollas cuando descubre que el Teniente en cuestión está loco pero desde el Ejército quieren ocultarlo para que sea ajusticiado y, de este modo, quede contento el aliado británico, cuyo ejército pide justicia por la muerte de uno de los suyos.

En los 90 minutos de duración del largometraje, vamos descubriendo algunos detalles nuevos a la par que avanza una relación de amor entre Mitchum y (cómo no) una enfermera, interpretada por France Nuyen. Relación que da otro toque a la película y, por momentos, nos desvía de la misión.

Apoyado en un buen elenco de secundarios donde luce en peso e importancia el bueno de Trevor Howard, la película cumple con los cánones del drama judicial. Un "algunos hombres buenos" que mezcla la comparsa de un abogado defensor al más puro estilo "Senderos de gloria" con el empeño en esclarecer la verdad del bueno de Cruise.

Y, en efecto, como le espetaba el sensacional Jack Nicholson a Cruise en el film de Rob Reiner, "Usted no puede encajar la verdad", esa incómoda verdad que se va revelando a ojos del espectador, dejando todo el polvo (y la mierda) fuera de la alfombra, por parte de un Mitchum que habiendo venido 'a jugar' se juega un posible ascenso, su reputación y toda su carrera militar por esclarecer los hechos.

Entretenimiento sesentero clasicote, con buenos actores y una trama realmente interesante. El drama judicial rara vez falla como género, y si lo unimos al estamento militar y como suelen pretender ocultar algunos hechos de manera mafiosa, tenemos un buen clásico que, además, es fácil de digerir por su escasa duración.

Nota: 6'5

Lo mejor: Que es un drama judicial militar y cumple.

Lo peor: Quizás no tenga la fuerza  de otros buenos títulos del subgénero.