El fantasma rojo (Andrey Bogatyrev, 2020)

Llega la hora de repescar las famosas 'rusadas'. Hacía tiempo que no hincaba el diente a un producto del Este con claro aroma propagandístico, pero la aparición de "El fantasma rojo" en Prime Video me hizo volver a querer 'droja' de tal calibre.

El ejército soviético fue el más castigado de la guerra, y en 1941 el aroma era de derrota contra la Alemania Nazi; sin embargo, como si de aldeanos galos se tratara, la resistencia incluía a su particular Obelix, caído en la marmita de pequeño, en forma de fantasma rojo. Un hombre capaz de acribillar decenas de alemanes sin ser visto. Un rumor, una leyenda...

No se necesita mucho más que una simple leyenda creada para la causa o revivida para la ocasión, para que la filmografía rusa dedique una de guerra a sus héroes. Sin embargo, tras la fachada de tal sugerente título y trama se esconde, en realidad, una película minimalista en muchos aspectos. De casi escenario único.

Una pequeña granja sirve de escenario donde se cruzarán las vidas de no pocos alemanes, de unos rusos que intentan reagruparse (o desertar de la guerra, si bien esto último no está estipulado en el cine más patriótico) y de un fantasma rojo dispuesto a impartir justicia. Ese lobo solitario capaz de, cual Rambo, acribillar uno a uno al enemigo. Echen cuentas si vemos a unos pocos rusos caer muerto en el largometraje... donde no queda alemán viviente.

Lo de la granja me parece curioso ya que es algo muy habitual en el cine ruso. En la película de tanques "T-34" la primera escena era una batalla de tanques en un pequeño poblado; en "1942: La gran ofensiva" gran parte de la película tiene una localización parecida; y ahora en este caso, también. Pero si unimos a los famosos hombres de Panfilov o a la muy pobre "Stalingrado" rusa donde todo acontece en un edificio y una plaza, nos topamos con que el cine bélico ruso abusa de finiquitar toda o casi toda la trama en un escenario en concreto.

Hechas las presentaciones, toca hablar de las posibles virtudes de "El fantasma rojo". Recojozco que esperaba mayor presencia del personaje en cuestión y que creía que la película seguiría a este hombre cual vengador matando nazis a diestro y siniestro al más puro estilo "Sisu" (film finés que tiene segunda parte en marcha); sin embargo, el personaje es una mera excusa para algunas escenas puntuales y para que el espectador note en todo momento que en cualquier esquina y en el segundo menos pensado aparecerá dicho superhéroe a acribillar al enemigo.

Tiene muchos dejes de rusada, sí, pero es lo suficientemente entretenida de principio a fin como para que no se aburra alguien en el sofá e incluso acabe pidiendo más ración de nazis en salsa rusa con los que disfrutar. Incluso se permite jugar con el humor, con chistes de rusos que les dejan como los héroes que fueron y parecen ser, o con alemanes defendiendo que el baño ruso es más chachi que la sauna. Impagable ver al teórico nazi temible de turno en pelotas de un lado a otro como pollo sin cabeza.

La película incluso pinta a soldados alemanes con buen corazón, si bien no hace prisioneros y no por querer ser buenas personas se librarán del feroz justicieron "El fantasma rojo". Resulta peculiar toda la parte con la rusa embarazada. La tensión de la escena, con el momento en que es descubierta, el interrogatorio y todo lo que deriva en la aparición del temible justificiero para deleitarnos con la que posiblemente sea la mejor escena de la película, por encima de su pirotécnico final.

"El fantasma rojo" es una buena rusada. Un entretenimiento de principio a fin que no abusa de duración y tampoco parece querer ser tenido muy en cuenta por los historiadores. La leyenda de base y la película son para lo que son, y por lo tanto entra más en el divertimento alocado que era "T-34" que en títulos como la mencionada "Stalingrado" y sus licencias históricas cochambrosas.

Nota: 6

Lo mejor: Las apariciones del fantasma rojo, más letal que Vasili Zaitsev.

Lo peor: Como toda rusada, limitada en varios aspectos y fácil de olvidar.