Durante largos años tuvo un proyecto entre ceja y ceja sobre la Primera División de Infantería, el Uno Rojo. Por fin, en 1980 esta película vio la luz y para bastantes críticos es una de las mejores del género. Personalmente, a mí me deja fría tal afirmación, no pasando (aviso a navegantes) de ser una producción entretenida sobre la IIGM, peculiar en algunos momentos, pero un tanto irregular.
En "Uno rojo" tenemos a Lee Marvin de protagonista. Un Marvin ya entradito en edad y que no termina de pegar (por viejo) en su papel. Homenaje a "Lawrence de Arabia" aparte, en "Uno rojo" se pretende abarcar muchísimo terreno en poco espacio de tiempo (al menos en la versión que vi en su momento y he vuelto a ver). Y ahí acaba notándose los tijeretazos en la sala de edición que no le sientan bien.Fuller muestra su dureza como acostumbra, pero no es Peckinpah que pocos años antes había rodado una película de la IIGM moderna para lo que el Hollywood del momento buscaba. El asunto es que "Uno rojo" se estrenó en una época donde ya había irrumpido Vietnam en el cine y existía esa "La cruz de hierro" que se adelantaba a su tiempo, llevando la violencia de "Doce del patíbulo" a un nivel más alto.
A "Uno rojo" le falta algo de mala baba, sangre y otros elementos que en 1980 tenían que inundar la pantalla. Su guion, edición e historia bien podría enmarcarse una década antes. Si bien no va propiamente de hazañas bélicas como la mayoría del cine sesentero, sí se asemeja en el acabado a "Patton", pero sin la grandilocuencia que hace especial la película multiganadora de Óscars estrenada en 1970.No obstante, el viaje que nos muestra Fuller en la película merece la pena en cuanto a anécdotas se refiere. Ya su escena inicial, con soldados norteamericanos a punto de combatir contra franceses (de Vichy) ya avisa de que no veremos lo típico del cine de la IIGM. Así lo mostrarán otros momentos como esa mina castradora, la escena del manicomio o el ver los últimos días de la IIGM desde el bando americano (lo habitual era el alemán o el soviético).
Junto a todo ello, un desembarco nada plácido en Omaha que muchos críticos siguen aplaudiendo, que buscaba el realismo alejado de la gloria de Mitchum en "El día más largo" pero a quien el paso de tiempo y Spielberg, para mi gusto, no dejan en tan buen lugar.De desembarco en desembarco, asistimos al Norte de África, Sicilia, Normandía, Bélgica o el término de la guerra que muestra un final cíclico que no podía ser otro. Fuller de manera peliculera arranca con una Primera Guerra Mundial donde el personaje principal (el sargento interpretado por Lee Marvin) mata a un alemán que repetía que la guerra había acabado.
En efecto, la guerra había concluido, pero el sargento no lo sabía. Los planos de esa cruz de Cristo en medio del infierno volverán a estar presentes en el metraje. La intensidad de esa mirada acusatoria del crucificado es de lo mejor de la película. Que la escena final sea idéntica en gran medida, con un alemán diciendo que la guerra ha terminado y Marvin volviendo a asestar la puñalada no es casualidad.Pese a algunos elementos demasiado peliculeros para un director como Fuller y un montaje que no puede abarcar tanto frente (daría para una miniserie), "Uno rojo división de choque" se erige como el gran proyecto en la vida de su director. Pero, a mí que me perdonen, tras un revisionado casi 25 años después del primero, siigo viendo superiores "Casco de acero" o "Invasión en Birmania". Y a Fuller, un director muy belicosero pero sin una obra que toque la excelencia. Siempre, repito, desde mi modesto punto de vista.
Nota: 6'5
Lo mejor: Escenas surrealistas como la del loquero y algunos diálogos de Marvin.
Lo peor: Un montaje que destripa, probablemente, elementos que cohesionarían mejor todo el viaje.
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