Sangre sobre el sol (Frank Lloyd, 1945)

Hoy me escapo un poco del cine bélico para adentrarme en el cine negro con un thriller ambientado en el Japón previo a la II Guerra Mundial. Su título, "Sangre sobre el sol", dirigido por el oscarizado Frank Lloyd y protagonizado por James Cagney.

La acción nos sitúa en Japón a finales de los años 20 o principios de los 30, previos a la invasión de los japoneses a China, y en ella se trata en Plan Tanaka, plan ideado originalmente para invadir Manchuria, pero que aquí al convertirse en producto made in Hollywood aprovechan para hablar de la invasión de China y la futura expansión por Asia, incluyendo un ataque a los Estados Unidos.

Cagney ejerce de periodista que accede a dicha información y que deberá decidir qué hacer con ella. En lugar de aprovecharse para vender periódicos acabará intentando guardar a buen recaudo el propio plan Tanaka, sobre todo después de la muerte de un amigo suyo que era quién poseía dicho documento.

A partir de ahí tenemos una hora y media de persecuciones con unos japoneses (interpretados por rostros pálidos 'maquillados') que son peores que belcebú, y que quieren agredir disimuladamente a nuestro protagonista. Ya que si quisieran matarlo sin disimulo lo tendrían fácil. Cagney en su salsa, con cara de pocos amigos y una relación amorosa con una espía son los ingredientes que necesita la película para tirar adelante.

Se rodó en 1944 y estrenó en 1945, con lo cuál estamos en una época donde si hacías una película sobre la II GM o con los japoneses de por medio, el público iba a ir encantado. Y debía quedar claro el odio a lo asiático, al menos a lo japonés. Y la película pretendía mostrar a un Japón dispuesto y preparado para la guerra más de una década antes de la misma.

No debía quedar duda alguna del maléfico plan y para dotarle del máximo realismo posible y que la gente creyese que estaba ante unos hechos reales, además del plan Tanaka (aunque cambiado por necesidad de guion) y del propio Tanaka tenemos al mismísimo Toho, en un papel de oficial de renombre... Cuando en la realidad tardó más años en alcanzar dicho rango y status.

No puede faltar en la producción un hara-kiri para mostrar lo exóticos y a la vez asilvestrados que están los enemigos nipones, dispuestos a cualquier cosa, y sin miedo a morir luchando o acabar con su vida a la mínima deshonra. De este modo el público norteamericano podía conocer lo que interesaba de dicha cultura.

La película se deja ver, pero esperaba bastante más. Un ritmo irregular y una trama poco aprovechada son las culpables de una cinta para pasar la tarde sin más pretensiones y que resulta interesante por ser una de propaganda de la IIGM que por tratarse de cine negro de calidad. No podía faltar, como costumbre, alguna frase lapidaria que expongo a continuación:

"Perdona a tus enemigos. Pero primero, ponte a la par".

No hace falta mencionar que pocos meses después de esta película y de esta frase con la que concluye la misma, cierto invento de Oppenheimer puso fin a la guerra. Y puso, en efecto, a la par (o más) a quienes habían recibido la primera bofetada.

Nota: 5

Lo mejor: Ser diferente al cine de propaganda de la IIGM al mostrar hechos previos.

Lo peor: Lo desaprovechada que está la premisa.

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