Sus primeras incursiones en el género vinieron por parte de las aventuras coloniales. "Tres lanceros bengalíes" (1935) es un clásico del cine de aventuras de aquellos años 30. Tiene el sello de Hathaway y contó con Gary Cooper de protagonista principal, todo un clásico de aquel Hollywood. El propio Cooper repetiría a las órdenes del director en la siguiente película de aventuras coloniales previa a la irrupción de la II Guerra Mundial. En "La jungla en armas" la acción nos traslada a la 'independencia' de las Filipinas, con un secundario de la talla de David Niven en el reparto. Ambos títulos gozan de muy buena salud si bien en aquella época mis preferidas son "Beau Geste" o "La carga de la brigada ligera".
La llegada de la II Guerra Mundial y la necesidad de realizar obras de carácter propagandístico hizo que Hathaway se pusiera manos a la obra con varios largometrajes con la guerra como telón de fondo. Cuatro de sus seis largometrajes entre 1941 y 1946 tuvieron la guerra por protagonista. Inició su periplo con "Cuando muere el día", film claramente de aventuras ambientado en África pero al que se le quiso dar un toque de ambiente bélico al situar en la trama al enemigo nazi en plena Kenia. Lo más interesante el discurso final de un cura en la iglesia en Londres que justifica el ambiente de IIGM del film. Destacar que en "La señora Miniver" existe un discurso similar, pero es posterior a este clásico de Hathaway.En 1942 estrenó dos obras, ambas de carácter militar. En "Diez héroes de West Point" dirige a George Montgomery y Maureen O'Hara en un drama heroico con el ejército por protagonista, pero alejado de la IIGM. Sí volvió a la contienda, con el matiz de tratarse en realidad de la II Guerra chino-japonesa en "Infierno en la tierra", donde repetiría George Montgomery y el papel femenino recaía en Gene Tierney pasada por la maquilladora para conseguir rasgos asiáticos. La trama se centra en un periodista y una china que logran una información del enemigo vital para la contienda.
En 1944 llegaría un clasicazo del Hollywood de la guerra, por desgracia desconocido por muchos. Bajo el título de "Alas y una plegaria" se esconde una trama bastante bien trabajada sobre un portaaviones norteamericano que tiene constantemente la misión de esquivar cualquier confrontación con el enemigo intentando no ser visto para, llegado el momento, poder entrar en acción. A destacar su reparto coral que incluye a Don Ameche y Dana Andrews. Pero, por encima de toda la trama, esa sensacional secuencia final donde en lugar de mostrarnos la acción, asistimos a los mensajes por radio de los pilotos mientras la tripulación del portaaviones, que ha vivido junto a ellos durante meses, sufre escuchando lo que sucede a millas de distancia.La II Guerra Mundial durante la guerra concluiría para Hathaway en 1945, último año del conflicto, donde estrena "La casa de la calle 92". Se trata de una cinta de cine negro o policiaca en toda regla, ambientada en USA, y que muestra los inicios de lo que sería el FBI. En USA policías de los servicios secretos intentarán desarticular una banda de nazis que pretende atentar en el país. Interesante película con William Eithe de protagonista (actor que formaba parte del reparto coral de "Alas y una plegaria").
Resulta curioso que el siguiente largometraje de ámbito de la IIGM que realizó (estrenado en 1946) tuviese un título ciertamente parecido al de su anterior incursión. Pasó de la calle 92 a "Calle de la Madeleine n13". Esta vez, con ese nombre, la acción tenía lugar en la Francia ocupada y la Resistencia francesa por protagonista. Un brillante James Cagney es el encargado de protagonizar esta trama de espionaje IIGM con la misión de conseguir dar y destruir una base secreta de misiles.A partir de 1946 Hathaway se hizo un nombre en diferentes géneros como el Western o las aventuras, pasando por el cine negro. Su producción en el cine bélico decayó claramente, y tras protagonizar numerosos títulos ambientados en guerras con armas de fuego en cuestión de una década pasó a apenas realizar dos a principios de los 50, uno de ellos una comedia. "Esto es la Marina" es una comedia olvidada de la mano de Dios con Gary Cooper de protagonista.
Eso sí, ese mismo año (1951) estrenó tres largometrajes más, uno de los cuales es, probablemente, su obra bélica más famosa. Se trata de "Rommel, el zorro del desierto" con James Mason en el rol de Rommel (que repetiría en "Las ratas del desierto"), biopic centrado en exceso en la labor del mariscal de campo en el complot contra Hitler y pasando muy de puntillas por su periplo con el Afrika Korps. Apenas 25 minutos tienen lugar en el Norte de África, siendo la mayoría correspondientes al tramo final de clara derrota alemana. Eso sí, fue pionera en blanquear de cara a la opinión pública a un enemigo de los aliados, separando nazis de alemanes.
Después de 1951 Hathaway siguió dirigiendo 20 años más, pero no volvería al cine bélico hasta su penúltima película. Y, con perdón, ojalá no hubiese vuelto. "Comando del desierto" es un refrito sin presupuesto suficiente para abarcar lo que pretende, con una trama muy parecida a "Tobruk" y que, para colmo, empleó numerosos tramos de metraje de la mencionada película. En muchas ocasiones resultan enganchados de mala manera obligando a variar el rumbo de la película. Ni siquiera tener a Richard Burton (aunque también descendiendo en prestigio) y al mítico Wolfgang Preiss como Rommel salvaba esta cinta de ser un cúmulo de imperfecciones una detrás de otra.Una lástima concluir así en el cine bélico. No son muy famosas y, como habéis visto, la mayoría de sus muescas en el género se circunscribe al de aventuras o al cine negro y/o espionaje. Aún así, recomiendo dar una oportunidad a "Alas y una plegaria", mientras que "Rommel, el zorro del desierto" sigue siendo un buen clásico del cine bélico recordado por muchos. Y sus dos incursiones coloniales: "Tres lanceros bengalíes" o "La jungla en armas" son dos películas entretenidísimas y de las recordadas del subgénero.
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