Westward Desperado (Kihachi Okamoto, 1960)

En ocasiones está bien descubrir alguna rareza relacionada con el cine bélico. Por ello hoy os hablaré de "Westward desperado", un título japonés de Kihachi Okamoto ("La batalla de Okinawa") que descubrí gracias a un twittero que la subió a su canal. La pude disfrutar y hoy hago una breve entrada sobre la misma.

"Westward desperado" es una secuela como tal, de otro título de Okamoto: "Desperate outpost", estrenado un año antes. La película está ambientada en la guerra chino-japonesa, con protagonismo en el bando nipón, y la rocambolesca historia de un puesto avanzado en el que el oficial al mando pide a toda costa recuperar una bandera. El honor, el orgullo depende de ese andrajoso trapo que resulta ser una bandera agujereada por todas partes.

El largometraje está rodado en clave de comedia, para lo bueno y para lo malo, ya que quien no esté habituado al humor japonés, una cultura diferente, puede encontrar exagerados los momentos cómicos. No solo exagerados, también estruendosos, por la manía de emplear el grito donde se busca la carcajada. Pese a ese tono altisonante reconozco haberme reído con algunos de los momentos, sobre todo de la primera mitad de la película, la no bélica.

En ella contemplamos momentos hilarantes como el de tres grupos diferentes corriendo entre la niebla cuando podrían estar a cañonazo limpio. Pero el enemigo chino acaba siendo, por momentos, un aliado en la búsqueda del humor, con ese grupo de valerosos soldados japoneses corriendo tras mujeres chinas mientras el ejército japonés corre en paralelo haciendo parecer eso un juego de niños. 

Mismo juego al que parecen jugar con esa búsqueda de la bandera: Unos la buscan porque es la misión que les han encomendado y por el orgullo... Otros, por fastidiar y dar un golpe de moral. Por ello resulta toda la película una sátira de la guerra, con una premisa tan absurda y con personajes tan peculiares como el que no pertenece al ejército y tiene montado el negociste del burdel, o ese otro que acabará haciéndose pasar por un oficial de mayor graduación para liberar a sus compañeros y que puedan ir en busca de la bandera.

No obstante la armonía en un montaje bien labrado y en un humor convincente dejará paso a una segunda mitad destinada a la misión en sí. Tras una brillante escena sobre cómo superar (o no) un campo minado llegará un tramo bélico. Okamoto rueda con bastante soltura lo bélico pese al tono humorístico y absurdo de la trama, pero ello no quita que la segunda parte acabe siendo mucho más alocada, no en el humor, más escueto, sino en una trama que se abalamza sin frenos hacia el disparate.

Porque la sucesión de confrontaciones, donde se incluye una historia romántica de por medio, no acabó de engancharme a la pantalla como sí lo hicieron sus primeros 50 minutos. Eso sí, pese a ello, Okamoto aprovecha para mostrar el verdadero horror de la guerra. La comedia da paso, por momentos, a la muerte y destrucción, y el hecho de no dejar lugar para el amor en las ruinas de la guerra es buena prueba de ello.

De esa casi hora final rescato el fusilamiento por la espalda a los soldados japoneses. Un fusilamiento tan peculiar y curioso, tan disparatado como salvaje. Lo divertido de saber que se hacen los muertos choca con la violenta idea de que quien dispara cree estar matándolos de verdad. Todo ello unido a ese histronismo y a la exageración de muecas únicamente comparables al humor de Jerry Lewis.

"Westward Desperado" acaba haciéndose algo larga en sus 105-110 minutos, pero más por su algo fallido y excesivamente mezclado en la coctelera tramo final, que por su rocambolesca idea de base, la cual se abraza gustosamente. Tiene momentos divertidos, hilarantes, y la crítica a la contienda, al conflicto bélico es bastante acertada, como lo llegan a ser los momentos dedicados a matar personajes, no huyendo de la barbarie bélica.

Un buen descubrimiento el de este director que tiene algunas obras más bélicas a descubrir. Y eso que mi primer contacto con Okamoto fue en "La batalla de Okinawa", película que despellejé por ser una mezcla fallida entre un amago de hacer una americanada a lo "El día más largo" mezclada con una obra antibélica al estilo de las destacables "Nobi" o "El arpa birmana". 

Nota: 6'5

Lo mejor: El humor y lo absurdo de su trama y esos 50 minutos iniciales.

Lo peor: Pese a contener buenos momentos y un buen director, su ritmo frenético de todo su tramo final.

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