Todos eran valientes (Frank Sinatra, 1965)

Entre los clásicos de mi infancia siempre ha habido un sitio para la película que os comento hoy: "Todos eran valientes". Se trata del único largometraje dirigido por Frank Sinatra. Y, pese a no contar con excesiva buena fama (5'7 FilmAffinity con pocos votos) siempre me ha parecido una entretenidísima película con algunos ingredientes que la diferenciaban de otras producciones de su época.

"Todos eran valientes" narra los avatares de un grupo reducido de soldados japoneses en una isla olvidada de la mano de Dios y a la que llegan en un aterrizaje forzoso (tras ser derribados por un Zero japonés) un grupo de parecido número de soldados americanos. Ambos bandos, con una quincena de hombres (arriba/abajo) cada uno, deberá hacer frente a la jungla y al enemigo, además de al ciclón o tormenta de turno. Supervivencia, compañerísmo y amistad se unen en un título bélico bastante olvidado.

Llama poderosamente la atención las intenciones de Sinatra (o de quien tuviera la idea) a la hora de adaptar una historia de autor japonés y en la cual el protagonismo principal, en apariencia, cae del bando rival. La película llegó 5 años antes de "Tora Tora Tora" o "Infierno en el Pacífico" y un par con respecto a la antibelicista "Playa roja". Menciono estas películas porque pese a que títulos como "El puente sobre el río Kwai" mostraba al oficial japonés como un personaje principal y de peso, el cine bélico no había puesto a los japoneses encabezando (o a la par) una película. Sí se había hecho, en ocasiones, con el enemigo alemán.

De ahí que se deba aplaudir y valorar que la película se adelantó en ese sentido a ese 1970 donde "Tora Tora Tora" les dio Protagonismo o John Boorman puso a la par a dos bandos opuestos luchando por su supervivencia. El entendimiento entre ambos bandos, condenados a hermanarse para hacer frente a algunos problemas pero obligados a luchar los unos conta los otros por las vicisitudes de la guerra y ese orgullo y hacer japonés reacio a capitular ponen en la gran pantalla los motivos por los que creo que la producción merece la pena.

No puedo ocultar que el paso del tiempo le pasa factura, sobre todo en lo que respecta a la dirección de un Sinatra no habituado a estos menesteres. No hay nada que eleve el nivel de la cinta más allá de la interesante historia que pretende contar y su novedoso punto de vista, con la voz en off del protagonista japonés, si bien el peso de la parte central de la película (made in Hollywood) recae en el par de americanos interpretados por Sinatra y Clint Walker. Cuyas rencillas moverán a sus personajes.

Una escena debería ser clave para comprender a todos esos protagonistas. Sin embargo, acaba siendo la escena más 'de sobra' de la película por lo poco trabajada de la misma, con par de flashbacks un tanto forzados para ver el pasado de sus personajes. Por suerte, apenas son cinco minutos de metraje. Un metraje en el que, quizás, se eche en falta más tiempo de las escenas de hermandad entre ambos bandos. Esa confraternización que dura menos de lo que recordaba y que serviría para justificar como en la escena final, soldados norteamericanos gritan a los japoneses que si están cerca, marchen.

La escena final, con esa batalla absurda sobre la arena, con una estrategia militar por parte de ambos bandos cuanto menos poco trabajada, sirve para remarcar ese tono pesimista y de crítica a la guerra que marca la película. Los que habían sido amigos un día antes, matándose a tiros en un suicidio colectivo innecesario pero realista con la mentalidad guerrera japonesa durante la guerra.

El tono minimalista con un único escenario: la isla, con dos bandos diferenciados por su tono de piel, cultura y vestimenta, pero mucho más iguales entre sí (son seres humanos) de lo que el cine siempre había marcado son las señas de identidad de "Todos eran valientes". El acabado no es el ideal, pero tiene algunos momentos o escenas que son fáciles de recordar si se ve la película, empatizando o simpatizando con la mayoría de soldados japoneses más que por los propios americanos, mucho más oscuros y rudos en apariencia.

En mi opinión, la película merece la pena como esa lucha por la supervivencia y ese mensaje de hermandad que propone y del que se podría decir que era bastante pionera. El tiempo no la ha tratado bien, quizás porque en manos de un director con más horas de vuelo o algún actor con más carisma que Clint Walker o un Sinatra con piloto automático puesto hubiera sido una mejor película. Pero "Todos eran valientes" es lo que es, con sus virtudes y defectos. Una interesante película bélica en una isla perdida en el Pacífico. Un microcosmos donde convivirán dos enemigos condenados a entenderse... y a combatir.

Nota: 6'5

Lo mejor: La propuesta y el punto de vista japonés.

Lo peor: Había argumento para un clásico más memorable.

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