La cinta que comento hoy llegó a cines en 1939, año en que se inició la II Guerra Mundial y que conllevó un cambio en el tipo de cine de Hollywood. La década de los 30, sobre todo en su segunda mitad, fue la era dorada del cine colonialista de aventuras. Ahí se sucedieron títulos como "Tres lanceros bengalíes", "La carga de la brigada ligera", "Gunga Din" o esta "Beau Geste". 1939 fue, de hecho, el año más fructífero en este género aventurero.
Con Gary Cooper, el galán y héroe de la época, por protagonista, "Beau Geste" ya tiene mucho terreno ganado. El buen hacer de un grandísimo director poco reconocido como era Wellman hace el resto en una película que podemos dividir en tres actos bien remarcados: Un inicio con la infancia de los protagonistas y los hechos que derivarán a la aventura, una segunda parte con la Legión extranjera por protagonista y el duro sargento de origen ruso... y concluyendo con la parte puramente bélica (o de aventuras) con esa resistencia en la fortificación.El elemento que detona la historia es, curiosamente, un simple gancho. Lo que sucederá a los personajes poco o nada tiene que ver con esa joya que ha sido robada. Pero ese hecho y el honor y amor a la familia que les acogió será lo que les haga ir al Norte de África. Resulta magistral la manera en la que Wellman cierra todo para que recordemos de donde vienen los protagonistas y qué hacen allí perdidos en el desierto. La escena final, a modo de epílogo, muestra a las claras el interés del director más en cerrar el asunto de la joya con un giro que en una posible historia de amor que, pese a entreverse, no pintaría nada.
De ahí que pese a que la primera parte pueda llevar a pensar en un posible romance e incluso a unas aventuras en el Norte de África persiguiendo una joya robada, en realidad lo que sucede allí nada tiene que ver. Otro movimiento maestro es todo ese inicio con los refuerzos llegando a la fortaleza 'fantasma', defendida por muertos en una de esas escenas que quien vea la película está obligado a recordar cuando recuerde el título. Dicho movimiento consiste en arrancar la película por el final, y mostrando lo que ve un personaje que nos será secundario: el oficial de dicha expedición de refuerzo. Cuando en el tramo final de la película se vuelve a dicho punto, Wellman nos muestra lo que realizan otros personajes.Ese funeral vikingo que sirve para justificar unos hechos que sorprenden al espectador tanto como a los que llegan a esa fortaleza y no entienden nada: Muertos defendiéndola, alguien disparándoles, cuerpos que desaparecen, fuego... y esa carta delatando un robo del que tendremos constancia unos 20 minutos más tarde pero que, curiosamente, no será el punto de inflexión de la película. Sí es el punto donde comienza la aventura y su circular cierre justifica su presencia, pero de lo que va "Beau Geste" no es tanto del noble robo, como de unas aventuras en el desierto.
En ese sentido dos son las cosas a destacar. Por una parte el personaje interpretado por Brian Donlevy, ese malvado Sargento Markoff, dispuesto a morir y que mueran todos sus hombres por defender la causa. Hombre rudo procedente de rusia cuya interpretación valió una de las dos nominaciones que obtuvo la película en los Óscars. Sin duda esa locura que va in crescendo en el personaje, el odio visceral al que lleva a sus hombres, ese motín y su venganza y esa brillante y a la vez infernal idea de colocar a los muertos con sus armas 'defendiendo' esa fortaleza en mitad del desierto suponen la mayoría de grandes momentos de la película.El otro, aunque guarda relación, es todo su tramo final. Exceptuando el quizás atropellado desenlace en el desierto, todo lo que le precede es puro cine de aventuras. Con Cooper liderando la propuesta, aunque por momentos eclipsado por Donlevy. Juntos tiran del carro en unas escenas bélicas donde poco a poco irán cayendo, muy del estilo de "La patrulla perdida" de Ford y lo que posteriormente sería el "Sáhara" de Korda. Los personajes, aislados de todo lo exterior, se mantienen encerrados en esas paredes donde la locura y el cansancio crecerán hasta el límite.
Ese tramo que abarca una media hora es el largo y necesario clímax que bien justifica una entrada. Wellman demuestra su buen pulso y ritmo para la acción. Aunque para entonces el director ya había dejado nuestras de su sello con momentos como ese inicio que desubica al espectador o esa batalla naval tan realista y bien rodada que acaba siendo una batalla de maquetas entre niños. Es lo que tiene la magia del cine, capaz de encumbrar a un título como "Beau Geste" al Top del género de aventuras coloniales.Nota: 7'5
Lo mejor: El fantasmagórico inicio, ese malvado sargento y toda la parte bélica.
Lo peor: En su primera hora conocemos muchos detalles que, si bien sirven para conocer a los protagonistas, ralentiza la acción y alarga la trama.
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